Apareció hace unos días, pero ya hay un montón de jugadores sorprendidos por la inesperada propuesta de Animal Well. Acabo de asomarme a Steam y ahora mismo cuenta con un 96% de reseñas positivas. Casi todos adoran su pixel-art, pero sobre todo lo fresco que resulta como un metroidvania, además del sorprendente dato de que está realizado por una única persona… y que es su primer juego en solitario. Se trata de Billy Basso, y tal vez debamos acostumbrarnos a leer su nombre, porque desde luego no le falta talento.
Animal Well ha estado en desarrollo durante 7 años, y ese es el otro dato que no debería sorprender a nadie. Su esquema metroidvania es intrincado y nada lineal. De hecho, una vez avanzado lo suficiente en el juego, tienes dudas sobre si podrías haber optado por uno u otro camino. Pero lo mejor no es esto, sino la variedad de planteamientos que incluye, con unas plataformas y puzles realmente inspirados, los cuales sacan partido de pocas pero potentes mecánicas jugables. Para venir sin avisar, es imposible no caer rendido ante su ingenio (y también calidad).
Un metroidvania convencional, pero al mismo tiempo diferente
Luego hablaremos de otras cosas, pero a mí personalmente una de las cosas que más me han cautivado de Animal Well es su ambientación. Me ha aportado sensaciones de belleza, de misterio y en ocasiones incluso de terror. Parece una locura decir esto en un juego que apenas pesa 40 megas, pero creo que es precisamente una de las mejores cosas que tiene un videojuego que consigue meterse en su oscuro mundo y mantenerte atrapado durante sus aproximadamente 4-6 horas de duración (bastante variable dependiendo de tu habilidad).
La vertiente plataformera es parte fundamental de la experiencia en este metroidvania
Algo que tiene gran mérito en esta producción indie, es que sientas auténtico pavor por unos simples perros que obstaculizan tu camino, unos cuervos que acechan en la parte superior de la pantalla o un gato fantasmagórico que no deja de perseguirte. Te sientes indefenso (y atemorizado) dentro de este mundo pixelado, y es una sensación tan intensa que parece difícil que se haya logrado con unos cuantos pixels.
El apartado pixel-art de este juego es algo fuera de lo normal
Y lo mejor es que el mundo parece vivo. La hierba responde a tu paso con animaciones, y en el caso de PS5 hasta se ha programado que el Dual Sense reaccione para que parezca que estás caminando por encima. Hay un montón de elementos que hacen que todo se sienta vivo, con cataratas de agua cayendo, la emulación de partículas en suspensión y un alto repertorio de efectos visuales y de iluminación. Cuando lanzas por primera vez las bengalas y ves el resultado gráfico te das cuenta de que el pixel-art de este juego es algo fuera de lo normal.
El juego es bonito a su manera, con detalles como el uso de efectos de reflejo
Pero más allá de todo esto, el verdadero motivo para jugar a Animal Well está en su intrincado diseño metroidvania, y más en particular en lo bien que funcionan sus plataformas y puzles. Aquí no os voy a engañar: es un juego difícil y que no te lleva nunca de la mano. No hay tutorial alguno, ni tampoco hace concesiones. A veces es necesario usar el prueba-error para seguir avanzando, y esto es algo que limita el alcance del juego, puesto que no solamente podrías necesitar una guía para avanzar, sino para encontrar sus secretos (que no son pocos).
Los checkpoints no están situados para comodidad del usuario, algo que a mí ha llegado a frustrarme. Además, hay viaje rápido -pero no es nada intuitivo- y se descubre como si fuese algo accesorio. Incluso la opción de hacer anotaciones en el mapa (que existe) es algo que tienes que desbloquear dentro del propio juego. Desde luego, el concepto sobre accesibilidad de este videojuego resulta bastante único, pero es algo que también lo logra distinguir del resto… y es que en el fondo tiene un regusto a obra de autor.
El mapa es intrincado y no obliga a seguir una determinada dirección
Con esto quiero decirte que te vas a encontrar un metroidvania como tantos que conoces, pero con una esencia muy singular. Tu objetivo es encontrar cuatro llamas en el fondo de un pozo con varias rutas interconectadas, y no hay enfrentamientos, pero sí un montón de desafíos inspiradísimos (y con un poquito de mala uva). Lo comprobé cuando me di cuenta de que las pompas que hacía mi personaje debían usarse como plataformas improvisadas para sortear largas caídas al vacío, siendo necesario tener cierta destreza a los mandos.
Un metroidvania como tantos que conoces, pero con una esencia muy singular
Luego tienes la consecución de ciertos objetos como un resorte, que es entonces cuando me voló la cabeza al comprobar que algunos puzles dependían de cómo lo lanzabas y llegaba a un determinado interruptor. Simplemente genial. Y hay mucho más, como un yo-yo o un disco que rebota en las paredes para ofrecerte más posibilidades de las que parece en un principio. De hecho, hay muchos momentos eureka (o también de "a quién demonios se le ha ocurrido esto"), que no hacen más que evidenciar lo maravilloso y único que es Animal Well.
Algunos puzles son realmente ingeniosos y entretenidos de resolver
¿Tiene defectos? Por supuesto. El mapa del mundo no es nada intuitivo y realmente sirve para tener una ligera referencia sobre tu posición. Tampoco me ha gustado cómo están situados algunos puntos de guardado, demasiado lejos de los puntos problemáticos. Las pocas pistas que se otorgan (más allá de lo meramente contextual) también pueden acabar con la paciencia de un alto número de jugadores, que es fácil que se pierdan dentro de un diseño laberíntico, nada guiado… y a veces un poco canalla. Y esto no es broma. Si no eres persistente, observador y te esfuerzas mucho por reexplorar mil veces el escenario, probablemente no sea tu tipo de juego, y es algo que quiero decirte antes de que te lleves una desilusión. Es reconfortante cuando das con la clave y sigues adelante, pero mientras tanto la frustración puede apoderarse de la aventura.
Esta es una clave de diseño fundamental para entender Animal Well, y si le coges el truco acabarás por explorarlo todo al cien por cien en busca de sus múltiples secretos. Yo he hallado bastantes de ellos, y a veces no están simplemente de camino, sino que se presentan tras un ingenioso puzle o prueba de habilidad. Es simplemente genial, y habla muy bien de lo cuidadoso y detallista que ha sido su desarrollador. Sin duda, desde ya es uno de los grandes indies que tendremos durante este año, y por descontado una de esas sorpresas que -como poco- hay que probar.
Animal Well parece un metroidvania convencional, pero cuando lo juegas lo suficiente te das cuenta de que cuenta con alma propia, una esencia pixel-art deslumbrante, unos puzles de lo más ingeniosos y un nivel de acabado que sorprende si tienes en cuenta que es un indie hecho por una única persona. Puede ser muy retante (y a veces frustrante), pero si logras conectar con su mundo y filosofía jugable acabarás disfrutando de un título único y que desde ya es una de las mejoras sorpresas del año.
- La ambientación pixel-art sorprende por su oscuridad, misterio y singular belleza
- Puzles y desafíos de habilidad numerosos, variados e ingeniosos
- Buena cantidad de secretos que aseguran rejugabilidad para los jugadores más dedicados
- Es desafiante y no concede ninguna ayuda o guía al jugador
- La situación de checkpoints y otros problemas de accesibilidad pueden llegar a frustrar
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