Hay nuevo aspirante al trono, y no solo al de esa escisión que se ha creado en los últimos años de Action RPGs como Path of Exile y Lost Ark, sino del mismísimo Diablo, a falta de lo que tenga que decir cuando Diablo IV llegue por fin a nuestros ordenadores y consolas. Se trata de Undecember, un juego que hemos podido probar por fin gracias a su demo del Next Fest.
Lo cierto es que las semejanzas están ahí, pues solo hace falta jugar unas pocas horas para darse cuenta de la gran inspiración visual en la fantasía oscura de Diablo. El primer nivel quiere ir por todo lo alto, literalmente, situándonos en una construcción a lomos de dos gigantescas criaturas donde transcurre toda la acción. Pero, con los pies en la tierra, esos terrenos inhóspitos, bien recreados, llenos de peligros y desproporcionadas estructuras y criaturas también se hacen notar. No queda duda de que uno de los aspectos más llamativos de Undecember son sus valores de producción, con ese espectáculo visual, sus cinemáticas e incluso una traducción de los textos en español que muchos agradecerán.
El tutorial, además, es muy interesante, ya que no obliga al jugador a aventurarse con una clase, sino que te deja probar las tres clases disponibles (al menos por el momento): guerrero, arquero y mago. Las diferencias en el estilo de juego son notorias, pero, aun así, una de las señas de identidad de Undecember será la oportunidad de poder saltar de una a otra según nos venga en gana. No estaremos ligados a una clase concreta hasta el final de la aventura.
También encontramos aproximaciones interesantes en el sistema de habilidades. Mediante un sistema de runas, y dado que las clases son variables, no tenemos unas facultades y mejoras fijas, sino que tendremos que ir encontrando todas y atribuir a nuestro personaje las que nos resulten más útiles para hacer nuestra propia combinación, a las cuales se les podrá vincular otras runas pasivas para mejorar a nuestro héroe. No se olvidan tampoco de una completa personalización que va más allá de la armadura, y que incluye además el poder elegir algunos rasgos físicos.
¿Free to play bien o mal?
Todo lo anterior suena muy esperanzador, ¿verdad? Sin duda lo es, pero también hay que tener en cuenta que esto no es un juego a precio completo, como Diablo, sino que pertenece a la línea de juegos free to play como Lost Ark o Path of Exile. Si algo nos han enseñado estos juegos es que no tendría que ser un problema, en un principio, pero a medida que vamos avanzando en su demo sí he notado algunas mecánicas en las que habría que prestar atención para ver cómo evolucionan.
No hay nada que indique que su condición de free to play lo lleva al temido pay to win
Por ejemplo, el sistema de salud y maná, con sus formas de orbe características de Diablo, tienen una regeneración automática bastante rápida, lo que hace que el uso de pociones sea, al menos en un principio, muy anecdótico. Más sorprendente es ver cómo hasta los ataques más sencillos causan ataques en área o que, pasados los primeros compases del juego, podamos conseguir la habilidad de atacar también automáticamente. Podrían ser cuestiones de accesibilidad, pero lo cierto es que, acumulados, estos sistemas van en detrimento de la estrategia, del posicionamiento de nuestro héroe en el espacio de juego, en pos de centrar todos nuestros esfuerzos en ese otro componente que es el pilar del free to play: el looteo masivo de mejores armas y equipo. Está bien que vayamos consiguiendo mejores espadas, pero siempre he creído que parte de la gracia de los Action RPG es también saber desenvolverse por el escenario, aprender sus sinergias y modificarlas en base a los nuevos enemigos que te encuentras.
Por el momento, no hay nada que indique que su condición de free to play lo lleva al temido pay to win. Solo he visto un sistema de mascotas con algunas extra que solo pueden conseguirse mediante moneda del juego, pero habrá que esperar a la versión final para ver cómo funciona su economía interna. No tendremos que esperar mucho, pues el juego está a la vuelta de la esquina, el día 12 de octubre.
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