Undying es un videojuego de supervivencia diferente. Una madre y su hijo tienen que sobrevivir a un apocalipsis zombi, pero desde el principio sabes que no lo conseguirán. A ella ya la han mordido, por lo que solo puede sobrevivir lo justo hasta que su pequeño aprenda a luchar por su cuenta, a valerse por sí mismo y a seguir adelante cuando ella yano esté. Tú controlas a la madre. Prepárate para sufrir.
Este es el arranque de Undying, un videojuego donde tu peor enemigo es el personaje que manejas. A la madre le queda poca vida, y si hace demasiados esfuerzos, el virus que le han inoculado la transformará y morirá. Por eso, tiene que tener cuidado con qué acciones hace y cuáles no, y tener siempre un lugar cercano para descansar y calmar su corazón. Si reposa convenientemente, su sangre infectada le permitirá vivir un día más.
Pero, claro, tiene que conseguir comida, enseres, trastos, trozos, retales y gasolina para que ambos puedan aguantar vivos. Ha de coger un bate, una palanca o lo que tenga a mano para matar a los monstruos que los acosan a ambos. Y no solo eso, tiene que hacerlo de forma que Cody, su hijo, aprenda. El juego siempre te pide que pulses un botón si quieres que tome buena nota de tus actos y los memorice. Haces una acción y decides, ¿quieres que tu hijo sea más o menos independiente, más o menos letal, más o menos arriesgado? Eso que aprende se combina con las órdenes que tú puedes darle.
Esto no va de zombis, en realidad, sino de educar a un hijo
Esta es la gran novedad que aporta Undying al género, a enseñar a través del ejemplo. Y el niño reacciona enfurruñado, haciéndote caso o planteándote preguntas más o menos enrevesadas. A esta premisa se le suma una historia que nunca se desvía demasiado de los cánones del género zombi, pero que plantea situaciones interesantes. Todo ocurre para que lo pases fatal decidiendo todo el tiempo y que Cody aprenda una cosa o la otra. He de reconocer que me ha gustado cómo está construida esta idea. El niño responde bastante bien a lo que queremos que haga, y el juego te pone, una y otra vez, en situaciones límite. Ahí, Undying cumple.
Sin embargo, aunque le reconozco este valor, el juego no me ha acabado de enamorar por su construcción jugable. Es un título muy difícil y morirás muchísimo, pero no exactamente porque sea complicado luchar contra los infectados. La madre tiende a ponerse muy enferma demasiadas veces, y morirás. Los controles de combate tampoco son muy finos, la cantidad de elementos que puedes llevar tampoco es muy elevada, y no tendrás claro al principio de la partida para qué sirve cada cosa.
El juego no se molesta en explicarte todo esto, por lo que la mejor forma de aprender es nacer y morir, nacer y morir, nacer y morir. A mí eso me ha expulsado de la relación con mi hijo. Al volver, empezamos una historia nueva y regresa el aprendizaje. Sin embargo, sí funciona este concepto desde la jugabilidad. Undying es un título corto, en menos de diez horas lo habrás logrado, y es estupendo renacer porque sabrás jugar siempre un poquito mejor, y tomarás mejores decisiones. Descubrirás cómo curarte mejor, cómo pelear mejor y también las reglas de su opaco mundo.
Morir y renacer es el mejor maestro en Undying
Eso no quiere decir que el juego no salve tu progreso. Al morir, se te guarda la partida en la zona previa a la que has entrado. No siempre es recomendable continuar, porque los errores se acumulan Además, hay un problema con estos guardados. Si a la madre le quedan pocos segundos de vida, se salvará tu progreso con esos segundos restantes de vida. Por lo que acabarás en un callejón sin salida que te obligará a reiniciar.
Que me haya sido necesario morir varias veces hasta pillar carrerilla, me cortó bastante el flow mi relación con mi hijo. Hay otra cosa que tampoco acabó de gustarme. Las caras de todos los personajes carecen de rostro. No tienen ojos, nariz ni expresión. Eso también me ha impedido empatizar con mi hijo por muy bien que estuviera la música, los colores o la escritura.
Undying no es nada fino en estos detalles. Su interfaz y su forma de decirte qué tienes que hacer o hacia dónde ir tampoco está nada cuidado, y la traducción al español es automática, con lo que todo el dramatismo del juego se viene abajo con una mala literatura. Por suerte, todo eso se compensa con sus sistemas de construcción y arreglo de objetos, su durísima economía interna y por todas las decisiones que te hace tomar. De nuevo, no hace nada especialmente novedoso, pero como todo está movido por el deseo de cuidar a tu hijo, apetece construir y arreglar por él.
Undying es un buen survival y muy distinto
Pese a todas estas tiranteces, Undying no está nada mal y es un juego interesante. La historia funciona, también las decisiones, su mundo y la relación que mantienes con tu hijo. La madre viaja por el mundo intentando buscar a su marido desaparecido mientras enseña a Cody, y eso la hará conocer a gente y a ayudarla, o no. Creo que el juego necesita un pulido en su representación visual, en su HUD y en su dirección artística para brillar. También es bastante chapucero lo de la traducción automática al español, yo lo he acabado jugando en inglés. Pero si te gustan los juegos con recolección de bienes, crafteo, zombis y una historia bien construida, Undying te convencerá.
En definitiva, Undying es un buen juego con una buena base. Educar al niño a través del ejemplo, sentir cómo la madre tiene que luchar, buscar de todo y craftear para sobrevivir, funciona perfectamente. No me ha convencido tanto su apartado artístico, la forma de comunicar lo que se tiene que hacer o la necesidad de morir tantas veces para arrancar con soltura. Sin embargo, a cualquiera que le guste el género y su propuesta, disfrutará con él.
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