Es un juego tan angustioso que durante las primeras horas, cuando todo en él aún resulta perturbadoramente oscuro, necesitaba desconectar cada poco minutos. Literalmente abandonaba la partida porque "ya no aguanto más". Lo curioso es que apenas unos instantes después ahí estaba de nuevo, cara a cara frente a esa grotesca criatura, atrapado en un búnker de la Primera Guerra Mundial sin saber muy bien a dónde ir. No es nada nuevo en la saga Amnesia, que siempre ha sido maestra en el arte de meter miedo en el cuerpo, pero esta nueva aventura de terror de Frictional Games rompe con la tendencia de sus últimos episodios, más narrativos que survival horror, para enfrentarnos directamente a una de las experiencias más angustiosas y terroríficas de los últimos tiempos. Y eso que esta es la primera vez que tienes un arma para defenderte del monstruo que acecha en las sombras. Pues incluso así, Amnesia The Bunker da miedo.
La muerte está más presente que nunca y tiene mayores consecuencias que lo que hemos visto en los últimos juegos del estudio. Si la criatura te atrapa y no has guardado la partida… adiós muy buenas, vuelve a intentarlo. Pero The Bunker es también algo más que un "juego del ratón" en el que simplemente corres y te escondes del monstruo. La exploración es más importante que nunca; también tienes muchos más objetos con los que interactuar, y estos son un recurso tan escaso que en más de una ocasión te verás decidiendo entre coger una cosa u otra mientras un ser horripilante ruge desde la oscuridad. Todo en este juego está diseñado para hacerte pasar un mal rato, así que si es lo que buscas, si era lo que esperabas desde hace años, atento al análisis de Amnesia: The Bunker porque estás a punto de adentrarte en el mismísimo infierno.
El Amnesia más Amnesia desde The Dark Descent
Ha sido una crítica recurrente en los últimos juegos de Frictional Games. Sus historias son increíbles; tienen momentazos de esos que no olvidas fácilmente porque acaban dejándote con muy mal cuerpo (ese final del fascinante Soma…), pero a la hora de jugar han ido rebajando la dificultad en favor de una experiencia narrativa sin demasiadas interferencias. The Bunker hace justo lo contrario. Te planta en mitad de un escenario que puedes explorar libremente desde el principio y más que la historia, que la hay, lo que aquí importa es escapar con vida usando una gran variedad de objetos y herramientas que encuentras aleatoriamente por el escenario. Has leído bien.
Una de las particularidades de Amnesia The Bunker es que cada partida es distinta a la anterior porque si bien el objetivo es siempre el mismo, escapar usando dinamita y un detonador, los recursos clave que necesitas para lograrlo cambian de posición. En este sentido el juego tiene mucho del legendario Resident Evil porque una y otra vez te hace ir de aquí para allá, como en la Mansión Spencer, en busca de soluciones a problemas que has encontrado justo en la dirección opuesta. La dinamita está en el arsenal, como es obvio, pero para llegar ahí antes tienes que abrir una compuerta usando una llave que está oculta en un oscuro rincón del búnker, al que sólo puedes acceder si antes has encontrado una llave inglesa que alguien escondió en su taquilla, o en su dormitorio, o donde sea. Y ahora llega lo bueno, claro. Haz todo esto mientras escapas de una criatura horripilante que tiene la mala costumbre de aparecer en el momento más inoportuno.
Amnesia The Bunker es angustiosamente aterrador. Especialmente durante las primeras horas, cuando todo lo que te rodea es todavía un gran misterio. Y da miedo porque Frictional Games juega contigo de tal manera que no necesita al monstruo para ponerte de los nervios. Hacen un uso magistral del sonido; las explosiones, los lamentos que llegan desde las profundidades de la tierra, los arañazos que escuchas tras las paredes… es imposible caminar por los claustrofóbicos pasillos del búnker sin sentir que algo malo va a ocurrir en cualquier momento. Pero es que además el juego se regodea en estos momentos de máxima tensión. No hace falta avanzar mucho para descubrirlo. El protagonista, el soldado francés Henri Clément, puede iluminar el camino con una linterna de dinamo que tienes que cargar constantemente generando tanto ruido que, casi casi, al usarla, ves venir tu propia muerte porque la criatura se siente atraída por el sonido.
Pero la usas, claro, porque de lo contrario no verías absolutamente nada y el escenario está plagado de trampas que a ti te provocarán un infarto, y dejarán malherido al protagonista. No es poca cosa esto último porque si no te curas dejarás tras de ti un rastro de sangre que guiará al monstruo hasta tu ubicación. ¿Ves lo canalla que es el juego? Por fortuna existe un generador oculto en la única sala "segura" de todo el juego que te permite encender las luces del búnker. Si lo haces, la atmósfera cambia por completo reduciendo la sensación de miedo no solo porque ya no andas a ciegas, sino principalmente, porque esto reduce las apariciones del monstruo. ¿La pega? El combustible se agota rápido y como el inventario es ridículamente pequeño, no siempre vas a poder llevar tantos bidones de gasolina como te gustaría. Toca elegir. Todo el juego gira en torno a pequeñas decisiones que pueden marcar para bien o para mal el destino del protagonista.
La luz es tu mejor arma contra el monstruo
Amnesia The Bunker es el primer juego de la serie que pone en tus manos un arma pero te puedes hacer una idea de lo efectiva que es, ¿verdad? Apenas tienes balas, recargar el revólver es angustiosamente lento, y en la línea del terrorífico Alien Isolation, solo te permite ahuyentar a la criatura durante unos instantes. Tras el disparo volverá más furiosa que antes, que justo es lo último que deseas ver. Frictional Games lo hace tan bien que incluso el hecho de disparar a un candado para abrir una puerta provoca auténtico pavor. Es una explosión ensordecedora; un estruendo que te deja aturdido durante unos instantes y casi que te hace sentir culpable por lo que acabas de hacer. "Ya viene", te dices a ti mismo mientras corres buscando un escondite. Es aquí donde descubres otra de las grandes novedades del juego: la libertad de acción.
Nadie te dice qué hacer ni a dónde ir. Sabes que necesitas explosivos, pero ¿quién tiene la llave? ¿Y cómo rompes el candado de la puerta donde se esconde? A medida que exploras el búnker te vas encontrando con las cartas de los pobres desgraciados que allí murieron, y es ahí donde vas descubriendo las pistas que marcan el camino a seguir. Dónde están las llaves, la cizalla, la palanca… pero si quieres, puedes usar una granada para reventar una puerta, y ya está. Luego ya sabes lo que toca. Correr, esconderse, y rezar para que el monstruo no te vea. Realmente cada partida se siente única porque sin una máscara de gas, usar armas químicas debería ser tu último recurso; y si no encuentras el mechero, no puedes encender antorchas con las que ahuyentar a las ratas, así que debes buscar otras alternativas (explosivos, bengalas, etc.).
El diseño del búnker me ha parecido fantástico porque combina muy bien la exploración con el terror y los puzles ambientales. Todo ello siempre bajo la constante amenaza de una criatura que se mueve libremente por el escenario. Un entorno claustrofóbico que tiene el tamaño justo para que ir de un lado para otro no se vuelva tedioso. En este sentido la historia también se siente más contenida; como un trágico relato dentro del oscuro universo Amnesia. Lo que no significa que no sea tan buena y escabrosa como podrías esperar de los autores de SOMA. Si bien el recurso de contar la historia a través de cartas y mensajes es tan viejo que suele causar rechazo, resulta fascinante zambullirse en la vida de los soldados que uno a uno fueron cayendo presa del terror, conectando sus vidas y entendiendo qué les hizo actuar como lo hicieron. Casi que te sientes como un detective. La pena es que el tramo final de la aventura, si bien tiene sus momentazos, pierde algo de fuerza y resulta bastante menos aterrador que todo lo que has visto con anterioridad.
También es verdad que llega un punto en el que le pierdes el miedo al monstruo, no porque deje de ser letal, siempre lo es; sino más bien, porque a veces parece que ir a lo bruto es más efectivo que caminar a oscuras conservando intactos todos tus recursos. Vamos, que una buena explosión seguida de una carrera in extremis hacia un lugar seguro no es tan mala idea como parece. Pero antes de llegar a ese punto lo más probable es que hayas disfrutado de una de las experiencias más aterradoras y angustiosas de los últimos años que sorprende por su imponente apartado sonoro, pero también por ese genial juego de luces y sombras que consigue desquiciarte cada vez que la criatura anda cerca. Que no os engañen los compases iniciales de Amnesia: The Bunker, a mi me parecieron un horror, que cuando entras en el búnker todo cambia, y es difícil no quedar impresionado con muchas de las terroríficas estampas con las que el juego tiene el gusto de deleitarte.
Mi primera partida me ha llevado unas seis horas, pero tengo ganas de volver a intentarlo con un mayor nivel de dificultad, y probando otros caminos. Es una duración menor que la de otros juegos de la saga Amnesia pero lo bueno es que pronto tendremos nuevos escenarios creados por los jugadores con los que seguro viviremos momentos aterradores. Hasta entonces, hay tiempo para disfrutar del macabro juego del escondite que propone The Bunker. Además lo tienes disponible en Xbox Game Pass.
Pocos estudios dominan tan bien el arte de asustar como el equipo de Frictional Games, que incluso cuando plantean un juego más contenido, más -a priori- pequeño, siguen demostrando que muy pocos son capaces de igualar la atmósfera tan opresiva y angustiosa del universo Amnesia. Recorrer los oscuros pasillos del claustrofóbico búnker que da nombre al juego ha sido una experiencia aterradoramente divertida que me ha provocado más de un susto, y la imperiosa necesidad de abandonar la partida aunque solo fuera unos minutos, para controlar los nervios. Pierde algo de fuerza en su tramo final, pero aún así, con esa historia y todos esos momentos escabrosos, si eres fan de los survival horror no deberías dejar escapar este juego que recuerda al primer Resident Evil o a Alien Isolation.
Comprar Amnesia: The Bunker- Cada partida es distinta porque los objetos cambian de posición y las claves son diferentes
- La muerte tiene mayores consecuencias que en anteriores juegos
- Tienes libertad para explorar el búnker como desees y resolver también sus puzles de varias formas distintas
- La bestia se siente atraída por la sangre y el ruido. Para nuestra desgracia, la linterna genera mucho ruido.
- Un juego espectacular en lo sonoro. Sabe meterte el miedo en el cuerpo sin necesidad de mostrar al monstruo
Ver 12 comentarios