La chilena Dafne Crutchik ha demostrado que la orina humana puede convertirse en el oro líquido de la industria agropecuaria. Frente al incremento del precio de los fertilizantes y la escasez de materias primas, la Doctora en Ingeniería Química y Ambiental ha encontrado una fórmula para reaprovechar los 473 litros de orina que un adulto desecha al año.
Exacto, desechar, porque tal y como ha demostrado con su experimento, la orina puede ser una forma simple de obtener fósforo con el que fabricar fertilizantes que ayuden a aumentar el rendimiento de los cultivos. Lo que hasta ahora era una industria escasa, resulta ser tan simple como mezclar orina con agua de mar.
Orina como fertilizante para la agricultura
El experimento para crear fertilizante consistía en mezclar cuatro litros y medio de orina con 250 mililitros de agua de mar. La idea era aprovechar una reacción que se conoce como precipitación del fósforo, en la que este mineral termina solidificándose hasta dar forma a unos cristales de color blanco que caen hasta la parte baja del recipiente y que pueden utilizarse para fertilizar cultivos.
En concreto, la mezcla permitió extraer un total de 80 gramos de cristales, casi una quinta parte de los 500 gramos que, según la experta, podrían servir para fertilizar una tonelada de tierra para cultivar tomates. La cantidad obtenida, formada en pequeños cristales del tamaño de un grano de arena, depende de la calidad del líquido y los nutrientes que posea.
Abrir las puertas a un recurso como este, en cualquier caso, es lo que le ha llevado a considerar la mezcla como el oro líquido de la industria agrícola. Superados los tabúes, si se facilita la obtención y tratado de un recurso desechado como la orina, el resultado es obtener un fertilizante ecológico y respetuoso con los recursos naturales capaz de revolucionar la alimentación y la preservación de nuestros campos de cultivo.
Imagen | SuSanA Secretariat
Ver 0 comentarios