Los fans de Like a Dragon, o Yakuza para los viejos amigos, estamos viviendo una fiesta constante. Ya no solo es que se lancen todos los juegos que firma el Ryu Ga Gotoku. Ya no solo que, encima, se traduzcan al español casi sin cuestionarse las ventas. Es que además estamos recibiendo juegos que muchos aficionados habían perdido la esperanza en que aparecieran aquí, hasta el punto de recurrir a la importación en su japonés nativo. Es el caso de este Like a Dragon: Ishin!, un revulsivo de la fórmula que lo llevó todo al Japón del s. XIX, en pleno Bakumatsu, marcando los finales del periodo Edo.
Aquí, el estudio japonés hizo cosas muy interesantes. Por un lado, coge a sus personajes más representativos y los llevó atrás en el tiempo, como si se trataran de actores y no personajes. Es decir, no es que controlemos a Kazuma Kiryu o veamos a Goro Majima en este Japón de época, sino que encarnan a personajes nuevos, añadiéndose a ellos muchos otros conocidos de toda la saga. Pero es que, además, Ishin! es una ucronía. Una retroconstrucción de ese pasado, en el que nos metemos en la piel de una figura histórica muy importante de la época: Sakamoto Ryoma. Un samurai de baja estirpe que, sin embargo, se convirtió en una importante figura política y revolucionaria de su tiempo abogando por la modernización del país, la democracia y la abolición del feudalismo.
Otra vida en el Kyoto del s.XIX
Y, por todo ello, Like A Dragon: Ishin! no solo es un juego de lucha con katanas. Es un juego de lucha de clases. El Ryu Ga Gotoku no ha tenido ningún problema en dejar claro desde el mismo prólogo cuáles son sus intenciones temáticas. No me extraña. Por la época en la que salió el juego, la saga ya estaba añadiendo elementos narrativos transformadores, abordando más de cara los conflictos sociales, siempre con una mirada crítica, si es necesario, hacia su propio país. Aquí, por tanto, la ambición, el poder y la obsesión con la casta social nos dejan buena muestra del panorama de la época. Tanto en las misiones principales como en las subhistorias.
Como máximo, diría que este Ishin! puede llegar a tener algunas partes más conseguidas y otras que no tanto. Así como el tema está bien presentado, se podría haber incidido más en él. Sin embargo, buena parte de la trama se la lleva la historia de venganza del propio Ryoma. Cae en algunos clichés, como la búsqueda del verdadero culpable por un crimen que no ha cometido; y no está desprovisto de algunas inconsistencias a la hora de la investigación.
No solo es una suerte que al final Like A Dragon: Ishin! haya llegado a nuestras fronteras. Sino que lo haya hecho en su mejor versión
A veces es fácil pasarlas por alto porque, como todo Like A Dragon, es un festival de contenido. Hablamos además de un remake que mejora el lanzamiento original utilizando el Unreal Engine 4 y que, aunque llega también a la anterior generación, en PS5 y Xbox Series deja momentos muy llamativos en su representación de Kyoto, la ciudad más grande en la que se desarrolla el juego. Se han añadido, además, más misiones de las que contenía originalmente, lo que lo eleva a la misma condición que el resto de remakes de la saga, y lo hace un pequeño mundo en el que da gusto perderse. ¿Por qué? Porque, aparte de la trama principal, estas misiones secundarias son divertidas, curiosas y a veces también emotivas.
Como también es costumbre, se han añadido un montón de los tradicionales mini-juegos, teniendo algunos clásicos como la pesca o el mahjong, hasta otros tan disparatados como cortar balas de cañones con tu katana, carreras de pollos, o participar en bailes tradicionales rítmicos. No parece que se le acaben las ideas, y para ello crea algunos juegos más elaborados como un modo al estilo dungeon crawling (que en el fondo fue creado con la idea de enfatizar la conexión de PS4 con PSVita) o toda una misión secundaria especial llamada Otra Vida. Aquí tendremos que ayudar a una joven (Haruka encarnando a otro personaje) a pagar su casa. Una hipoteca en toda regla que se coge de buen grado ya que abre nuevas actividades como tener tu propio huerto o negocio para conseguir dinero; además de expandir la historia.
Vamos, que no por llevarnos a otra época y con otro nombre, deja Ishin! de ser un Like A Dragon en toda regla. Y eso es lo mejor que se puede decir del juego. Es verdad que se le notan los años, y quizá yo ya me haya acostumbrado a los más modernos, como Yakuza: Like A Dragon o Lost Judgment, donde la narrativa y el combate están muy depurados, además de seguir siendo imaginativos.
Puños, espada, revólver o ambas armas a la vez
Pero Ishin!, ya por la época, creó un combate más que funcional. Se amplían las opciones de batalla a cuatro estilos: sin armas, con katana, con revólver o una loca mezcla de ambas. Puedes dedicarte a una o a todas, que creo que es lo más recompensante. El estilo que mezcla pistola y espada, por ejemplo, es muy bueno para enfrentarse a multitudes, mientras que la pistola crea estragos contra los enemigos a distancia. Quizá la katana sea la más solvente para todo tipo de situaciones y, sobre todo, para muchos jefes finales.
La forma de mejorar las habilidades es, además, muy interesante. Tenemos una serie de orbes que siempre nos darán por combatir, pero también otros especializados a medida que usemos ese estilo de lucha. Hay mejoras, profundización en algunas habilidades, y también otras que desbloquear en los diferentes dojos que encontraremos.
Es cierto que quizá el combate, como digo, no sea el más refinado de la fórmula, al llegarnos el juego casi una década tarde. Se nota a la hora de encarar algunas situaciones o de animaciones que no terminan de estar pulidas, y la respuesta al mando tampoco es la mejor; por ejemplo, al querer cambiar de arma rápidamente. Pero luego guarda sorpresas, y es que algunos combates, en vez de seguir la estructura tradicional, nos presentan todo un gran escenario en el que luchar, casi como un hack and slash, que me han gustado porque ganan ritmo ante la tradicional arena de combate.
También se nota que pertenece a la anterior generación de la saga en la estructura del terreno. Todavía posee las cargas y la rigidez entre algunos exteriores e interiores, y no están implementados los cambios que trajo el Dragon Engine, por ejemplo. Y luego hay cosillas personales que me han resultado un incordio, como tener una energía limitada para correr (me vienen pesadillas de Dragon's Dogma), aunque se ha implementado un sistema de virtud para paliar sus efectos.
En definitiva, no solo es una suerte que al final Like A Dragon: Ishin! haya llegado a nuestras fronteras. Sino que lo haya hecho en su mejor versión. Juego perfectamente traducido, con las mejoras del remake, con una aproximación muy interesante a la fórmula a través de esta época del Japón. Opciones de personalización, un estilo visual llamativo en una Kyoto vibrante tanto de día como de noche; y una versión de nueva generación que ni siquiera presenta selector de opciones gráficas. ¿Se le notan algo las canas a este Ishin!? Pero no por ello lo hace menos atractivo.
Like A Dragon: Ishin! es la mejor oportunidad para disfrutar de una de las entregas más oscuras que nunca llegó a nuestras fronteras, pues lo hace en forma de uno de sus clásicos remakes que revisa la obra original, trayendo nuevo contenido y mejorando los gráficos. Aunque se note el paso del tiempo con respecto a las últimas obras y el refinamiento narrativo y jugable de ellas, creo que sigue teniendo mucha vigencia. No solo por lo atractivo de su época, este Japón del s. XIX, sino por los temas de lucha política y de clases sociales que representa en forma de interesante ucronía. Por supuesto, no se olvida de explotar sus modos de lucha, los minijuegos y las cada vez más trabajadas misiones secundarias.
Comprar Like a Dragon: Ishin!- Es una entrega que nunca llegó a España, y ahora lo hace traducido y en forma de remake.
- Visitamos el Kyoto del final del periodo Edo en una ucronía que representa la revolución política que vivió el país.
- No faltarán los clásicos mini-juegos, que incluyen pesca, mahjong, cortar balas de cañones, carreras de pollos, bailes tradicionales...
- Su combate se centra en la especialización de estilos: sin armas, con katana, pistola o una combinación de ambas.
- Las misiones secundarias son muy abundantes, y hay una, Otra Vida, que va más allá y nos acompaña todo el juego.
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