Aunque Baldur's Gate 3 ha supuesto un éxito enorme recientemente, el ya conocido como "mejor juego de 2023" pertenece a una saga que nació en 1998. Sin embargo, ¿alguna vez has imaginado cómo sería el RPG de Larian 15 años antes del primer Baldur's Gate? Seguro que no, pero hay quien ha hecho precisamente eso, llevar Baldur's Gate 3 a 1983 haciendo que sea funcional en una Tandy TRS-80 Modelo 100, una de las primeras portátiles comercialmente exitosas del mundo.
Si bien es cierto que el RPG belga es precioso como pocos, incluso en baja resolución se puede jugar a la perfección pues su músculo está en la narrativa. Decisiones, personajes fenomenalmente escritos y una historia ramificada han hecho que Baldur's Gate 3 sea un portento jugable que ha atraído a propios y extraños. Uno de ellos es, sin duda, Alex Bowen (podéis ver el vídeo en este enlace).
Un 'demake' de Baldur's Gate 3 de los que sorprenden
Este creador de contenido anglosajón, conocido por trastear con hardware clásico, ha decidido llevar Baldur's Gate 3 a los 80, algo que sería impensable de no ser porque el propio Bowen se las ha ingeniado para demakear el juego. En este caso, y según cita, este proyecto le demandó una considerable creatividad y habilidad técnica por parte de cara a llevar un juego moderno a un hardware que, para empezar, no puede representar gráficos complejos en su pequeña pantalla.
Aun así, el juego funciona en el motor Dungeon Delver, diseñado por Bowen para acomodar un subconjunto limitado de las reglas de D&D en la TRS-80 Modelo 100, vendida primero en Japón a principios de los 80 con el nombre de Kyotronic 85. Es por ello por lo que Bowen describe su versión como una "adaptación encantadoramente simplificada" del primer acto de Baldur's Gate 3 basada, en su mayor parte, en texto y con figuras bidimensionales en blanco y negro.
Esta versión incluye un mundo explorable con múltiples ubicaciones, los mismos compañeros del juego y combates basados en la quinta edición de Dungeons & Dragons, pero todo minimizado al extremo de cara a no devorar los 32 KB de SRAM (memoria estática). De hecho, una de las limitaciones del hardware fue la restricción del tamaño de los archivos de texto a 5 KB, lo que obligó a Bowen a utilizar un sistema de compresión de codificador de diccionario para sortear este obstáculo.
Lo mejor de todo es que si sientes curiosidad, puedes descargar el juego a través de GitHub y emprender tu propio viaje en este peculiar demake, sin necesidad de un PC de hace 40 años, eso sí. Y es que, los demakes están ganando popularidad, y este proyecto es un claro ejemplo, al igual que el más reciente Nightmare Kart, inspirado en Bloodborne, que ha arrasado en Steam donde se puede jugar de forma gratuita.
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