Ellos tienen el fútbol americano, al que llaman football, y el fútbol tradicional al que llaman soccer. Sería fácil caer en el error de que es un invento suyo. Que buscando glorificar su deporte, hacen de menos a otro. Pero si quieres buscar un culpable detrás de ese término, en realidad lo encontrarás a este lado del Atlántico. El soccer lo inventó Inglaterra, no Estados Unidos.
A principios del siglo XIX los ingleses tenían el fútbol y el rugby, pero en realidad ambos eran una simple variación del mismo juego. No fue hasta 1863 que, por fin, alguien decidió que lo lógico era establecer unas reglas y asociaciones propias para cada uno de esos deportes, primero con la Football Association en ese mismo año, y luego con la Rugby Football Union ocho años después. Y justo ahí empezaron los problemas.
El origen de la palabra soccer
Mientras Estados Unidos seguía a lo suyo con otra vertiente adicional de ambos deportes, en Inglaterra sacaron a pasear su particular afición por inventar palabras a base de acortar términos. En aquella época, tal y como recogía Stefan Szymanski en su libro It's Football, Not Soccer (And Vice Versa), tenían una especial predilección por añadir un "er" al final de las palabras. Si soccer no te recuerda en nada a football, es porque la contracción se la hicieron a association. Sí, fueron así de originales
A principios del siglo XX el término soccer se convirtió en estándar en Inglaterra, apareciendo en libros, periódicos y conversaciones por igual, lo que con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y la aparición de los soldados americanos en suelo inglés hizo que aquellos también terminasen asociando el soccer al fútbol. Tras la guerra, con la explosión de la cultura americana alrededor del globo, a los ingleses se les agrió la palabra.
Si antes era algo extendido para referirse al fútbol, tras la adopción estadounidense de la palabra para llamar soccer al fútbol mientras se imponía el football para el fútbol americano, Inglaterra empezó a renegar de su invento reclamando que el fútbol, el auténtico, era el suyo. No parece que la pelea vaya a terminar pronto, así que tocará ir acostumbrándose.
Imagen | Jason Charters
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