Nine Sols sabe destacar en todos sus apartados y consigue mantenerte enganchado hasta el final
Los Sols son los señores que dominan el mundo en este juego: uno que, por no entrar en spoilers tempranos, solo diré que está habitado tanto por razas humanas como de gatos antropomórficos. La primera que leí el nombre pensé que era como si le faltara una "u" en ese Sols. Casi como si quisiera resonar a ese nombre, pero sin incluirse en la vorágine de juegos que añaden la palabra "Souls" al título, que es a día de hoy una estrategia de marketing y una condena a la vez. Además, Nine Sols parece hacer también referencia a las nueve vidas anglosajonas que se dice que tienen los gatos. Pero tampoco es que esconda sus aspiraciones. Pese a ser de los creadores del respetado estudio taiwanés RedCandleGames, creadores de Detention y Devotion, el primer concepto que destacaban en su mail de prensa fue la palabra sekiro-lite; y aquí no hay género de duda.
Tampoco es que nos pille por sorpresa, vaya: los Souls nacieron y luego llegaron sus inspiraciones tanto en 3D como 2D. Y con Sekiro ya estaba pasando lo mismo. Las barras de desvío empezaron a primar por encima de las de energía, pero todavía no habíamos visto muchos equivalentes de la fórmula en las dos dimensiones. Así que la pregunta a responder aquí no es tanto cómo es Nine Sols, sino si hace bien su trabajo como Sekiro en 2D. Y la respuesta es afirmativa.
Como en el de FromSoftware, cuesta al principio acostumbrarse al ímpetu de querer atacar en vez de esperar al parry. Nine Sols retoca un poco el sistema, que te hace algo más impaciente. No hay barra de desvío, sino una oportunidad de cruzar al enemigo y adherirle un talismán que explota y acaba con él o le quita una buena porción de vida. Así crea una dinámica interesante, porque al riesgo de fallar el parry se le añade el riesgo de esperar a que el talismán se ejecute, momento en el que estamos vendidos. Pero siempre será más eficiente que el ataque ordinario.
La hibridación es el ADN de Nine Sols
Una vez que entras en este flujo, Nine Sols te agarra y no te suelta. Así funcionan estos juegos: te seducen mientras te va presentando nuevos patrones en forma de distintos enemigos y vas progresando mediante árboles de habilidades y talismanes más poderosos. No hay nada realmente nuevo en él, más allá del ataque de talismán. Hay "hogueras", hay pérdida de la experiencia, hay un sistema de amuletos como Hollow Knight y power-ups como un metroidvania. Pero claro, es que el resultado es tan entretenido que, voluntariamente o no, no piensas demasiado en si a Nine Souls le falta originalidad; solo quieres volver a enfrentarte a ese jefe hasta averiguar sus patrones, descubrir cómo evoluciona su mecánica principal y abrirte camino en este extraño mundo para acabar con los nueve sols.
También hay mezcla en el diseño visual, algo que tampoco es nuevo, pero funciona prácticamente siempre: mezclar el "punk" de cyberpunk con otro término. Así nace el "Taopunk" como sus autores lo definen. Un mundo extraño y atractivo que recoge el lado más clásico de la arquitectura oriental y lo mezcla con tecnología futurista. La mezcla es interesante porque aquí es donde se nota la subida de nivel en cuanto a valores de producción de RedCandleGames.
Y es que la taiwanesa ha combinado (de nuevo) la animación artesanal con un 3D fluido para los fondos que logran representar bien la perspectiva de muchos de sus vastos escenarios. Eso sí, reconozco que en algunos momentos me ha decepcionado un poco. Si ves las imágenes promocionales se respira un estilo más colorido del que hay en realidad, ya que la estructura del juego cambia rápidamente de esos exteriores de cielos degradados y árboles saturados de colores cálidos a unos interiores más fríos y, ante todo, sobrios. Más fáciles de reiterar en cuestión de assets, no hay duda, pero también algo más aburridos.
Su diseño de niveles es más interesante porque, aunque en el fondo lo es, no parece a primera vista un metroidvania. Es, simplemente, su propio estilo. Un mapa general que esconde otros mapas más detallados en donde todos los niveles giran en torno a un gran ascensor central que va descendiendo cada vez más y que funciona como atajo entre zonas, mientras que nuestras habilidades nos permitirán desbloquear otras áreas y puertas inaccesibles al volver sobre nuestros pasos.
Las habilidades lo hacen interesante ya que no se limitan a ser una forma de desbloquear zonas, sino que añaden un componente cada vez más plataformero, como hizo el reciente Prince of Persia: The Lost Crown, y eso es algo que siempre aplaudiré, puesto que cosas como un salto, doble salto y dash nunca pasan de moda. Además, Nine Sols las usa de formas creativas ya que necesitas impulsarte en unas plataformas específicas para poder ejecutar este segundo impulso, lo que le permite llevarte a las clásicas zonas rodeadas de pinchos, láseres y otros peligros de formas más creativas.
Con la historia, en cambio, he tenido mis más y mis menos. El comienzo es bastante impactante y se nota que ha querido establecer verdaderas relaciones entre los personajes principales del juego, añadiendo varias capas tanto de dramatismo como de humor, pero en el camino se añade a veces tantos diálogos que pueden llegar a romper el ritmo de un juego que vive y muere por él. Una historia que creo que agradará a cierto público por sus personajes estrambóticos y algunos momentos dramáticos, pero no deja de ser, en el fondo, tu clásica búsqueda de venganza.
Es este ritmo el que buscas desesperadamente porque es lo que te mantiene enganchado en cada nuevo nivel hasta llegar a las peleas contra los jefes finales que, haciendo honor al género, son de lo mejor que puedes encontrar. Y sí, es cierto también que tiene uno de esos sistemas de progresión que parecen hechos más para quitarle los topes a tu personaje que para realmente potenciarlo y dejar al jugador que exprese mejor su estilo; pero es que tampoco se puede decir en ningún momento que Nine Sols haga nada realmente mal. Podemos echar más o menos en falta una aportación original a la fórmula. Ver demasiado esa hibridación de Sekiro 2D con Hollow Knight. Pero también tendrás claro que vas a disfrutar cada hora que le dediques.
Genial mezcla de Hollow Knight y Sekiro en 2D
Nine Sols puede no inventar nada nuevo, ya que reconocerás muchas de sus mecánicas de otros juegos que han ido evolucionando de la fórmula metroidvania y el soulslike. Pero, como sus propios desarrolladores lo definen, es más bien un Sekiro-lite, ya que su combate se centra más en la mecánica del parry para acabar con los enemigos atendiendo bien a sus patrones. Lo bueno es que mezcla todo esto con una exploración que no elude los desafíos plataformeros añadiendo en cada nuevo mundo una nueva capa de complejidad. Quizá nunca llegue a tener una identidad absolutamente marcada con tantas influencias, pero es fácil olvidarse de esto cuando el resultado es tan divertido.
Comprar Nine Sols- Mezcla de metroidvania y Sekiro en 2D
- El sistema de talismán tras clavar el parry es una buena aportación al combate.
- Una buena exploración que va aportando nuevas mecánicas.
- Un estilo artístico muy singular bautizado como “taopunk”
- Presta mucha atención a la historia, aunque no siempre consigue el mismo grado de atención.
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