No tenía dudas de que en Ubisoft Montpellier iban a hacer un gran trabajo. Después de todo, nos maravillaron con videojuegos como Rayman Legends. De hecho, su experiencia en este tipo de juegos plataformeros 2D es lo que explica el enfoque adoptado en esta ocasión, un metroidvania que algunos veían con recelo, pero puedo aseguraros desde ya que se erige como uno de los mejores exponentes del género. He quedado maravillado por la destreza del equipo de desarrollo, en una aventura que aunque ya me convenció en la preview que pude jugar hace unas semanas, ahora que lo he completado no puedo dejar de pensar en las horas de diversión que me ha proporcionado.
Prince of Persia: The Lost Crown es una aventura que puede llegar a ser extremadamente retante, que tiene una duración más que adecuada (en torno a 25 horas) y que encima cuenta con unos valores de producción adecuados, además de una trama interesante de seguir. Es un juego que encima va de menos a más, que te sorprende con planteamientos de exploración, plataformeros y combativos cada vez más inspirados y desafiantes. Además, es más respetuoso con la licencia PoP de lo que muchos podrían pensar, y no solamente por volver al espíritu clásico de la saga, sino por los saltos, las trampas y unos escenarios que al final son protagonistas absolutos de la acción.
Un viaje en el tiempo… modernizado
En un metroidvania el diseño del escenario es fundamental, y el que he visto en PoP: The Lost Crown es uno de los más laberínticos e intrincados que me he encontrado dentro del género. Esperaba un enfoque ligero en este sentido, pero nada de eso. El Monte Qaf se convierte en protagonista de la aventura, con una amplísima variedad de escenarios y una atmósfera de misterio que se acentúa cuando descubres que el lugar está maldito y el tiempo no sigue su discurrir natural (los fans de videojuegos como POP: Las Arenas del Tiempo encontrarán numerosas referencias).
A este respecto, la trama ya se hace interesante por este enfoque, el de conocer qué ocurre en esta intrigante ciudad. Nos ponemos en el lugar de Sargon, uno de los Siete Inmortales, a quien se ha encomendado la tarea de encontrar al príncipe Ghassan, secuestrado en extrañas circunstancias. Gran parte de la aventura se construye en torno a este objetivo, aunque hay giros narrativos, cosas sorprendentes y, en general, una trama interesante de seguir. Tal vez no es todo lo brillante que podría haber sido en la forma de construir el relato (y personalmente esperaba algo más de su desenlace), pero creo que da la talla, contiene un buen puñado de cinemáticas y ofrece un viaje muy satisfactorio.
Yo agradezco este enfoque. Prefiero una trama ligera y fácil de seguir en este tipo de juegos, principalmente porque el interés debe recaer sobre el escenario y cómo guía nuestro avance a través de la aventura. Eso PoP: The Lost Crown lo consigue de manera espectacular, como si Ubisoft Montpellier llevara haciendo metroidvanias desde hace décadas. Se nota que se han fijado en los referentes del género, pero sin olvidar la esencia de Prince of Persia, insertando todo aquello que distingue a esta franquicia, desde saltos ajustadísimos hasta una acción combativa ágil y extremadamente variada.
Consultar el mapa y guiarnos a través de los múltiples caminos que oculta el Monte Qaf es parte central de la jugabilidad, con un avance que depende de las habilidades que vayamos obteniendo. Impulsarte en el aire y el doble salto son clásicos del género, pero hay otras habilidades realmente novedosas y que implican cosas como crear una sombra y teletransportarte hacia ella. También atrapar determinados objetos y llevarlos a otra posición (incluso enemigos), algo con usos altamente creativos y que incluso erige la mecánica detrás de algunos de los mejores puzles del juego, que no son muchos pero sí notorios.
Resulta imposible mencionar todo lo que contiene este juego sin que parezca una guía en lugar de un análisis, pero quiero que te quedes con la idea de que los desarrolladores se han estrujado los sesos para proponer una variedad elevada de situaciones, y la mayor parte repletas de talento. De hecho, estás descubriendo nuevas habilidades hasta poco antes de finalizar la aventura. Incluso diría que han metido tantas cosas, que haber incorporado algún escenario adicional hubiese sido sensacional para poner el broche de oro (algo que no dudo que hagan a través de algún DLC, y estaría completamente justificado).
Pero lo dicho. El diseño de niveles es sensacional, con un mix de situaciones que tiene a las plataformas y los combates como grandes protagonistas. En cuanto a los saltos, se nota una barbaridad la experiencia con los juegos de Rayman, ya que hay un montón de pruebas que calcan algunas situaciones. A este respecto, la dificultad es progresiva y llega a hacerse endiablada más allá de la mitad de la aventura. Cuando tienes que combinar doble salto con el impulso en el aire, más alguna que otra acción más (como el uso de un gancho), las situaciones se vuelven apoteósicas y demuestran un tremendo talento.
Para que os hagáis una idea del ingenio, en algunas cuestiones este juego se encuentra a la altura de los mejores Super Mario en 2D, y en ciertos aspectos yo creo que llega a superarlos. Es una locura. A esto tienes que añadirle que las refriegas son muy numerosas y a cada hora que pasa notas que te haces más fuerte, que tus combos mejoran y que encima puedes aprovechar combativamente algunas de las habilidades que aprendes. Por ejemplo, la misma habilidad de teletransporte que te sirve en los saltos, te vale también para los enfrentamientos, siendo especialmente útil en los jefes.
Al final, este metroidvania tiene mucho de hack 'n slash, pero no se limita a ser un mero machabotones. Eso no te servirá. A este respecto, Ubisoft Montpellier ha sido muy inteligente al introducir un par de mecánicas que lo cambian todo: el esquive y el contraataque. El primero es más fácil de hacer y el segundo depende mucho de tus reflejos, pero son maniobras fundamentales que debes aprender. Son técnicas también muy importantes en los jefes, que suponen otra de las claves para entender el éxito de Prince of Persia: The Lost Crown. Son descomunales, están elaborados y pueden llegar a resultar desquiciantes en cuanto a dificultad.
Un metroidvania difícil, pero con muchas ayudas
Hablando sobre dificultad, quiero hacer un inciso porque Ubisoft pone a tu disposición un número elevado de opciones para potenciar la accesibilidad. El juego dispone por defecto de cuatro grados de desafío (novato, guerrero, héroe e inmortal), pero lo más importante es que puedes personalizar varios parámetros, como el daño que hacen los enemigos, el que tú mismo ocasionas e incluso el que recibes cuando chocas contra una trampa. Hasta puedes configurar la ventana en que hace efecto la esquiva, o lo mucho o poco preciso que tienes que ser a la hora de bloquear un ataque.
Básicamente, el juego está hecho para que un amplísimo número de jugadores pueda disfrutarlo, independientemente de su habilidad. Será algo que levante polémica, porque el juego tiene adicionalmente un modo guiado para que te resulte más fácil encontrar tu próximo objetivo en el mapeado, y también una asistencia que te ayuda a saltarte (literalmente) aquellas secciones plataformeras que más se te atraganten. Tal vez nunca haya visto un juego de este tipo con tantas ayudas, pero si me preguntas te diré que estas opciones me parecen fenomenal, ya que al final tú tienes la última palabra para decidir si quieres que tu aventura sea un infierno o un suave viaje por el Monte Qaf.
En particular, existe una opción que me resulta especialmente innovadora. Se trata de los fragmentos de memoria, y consiste en que el juego lleva incorporada una función para hacer una captura de una parte del decorado y marcar su localización en el mapa. ¿Para qué? Si eres un asiduo de los metroidvania, sabrás que hay mucho backtracking, y que zonas a las que no puedes acceder, se vuelven accesibles tras conseguir un determinado poder o técnica. Pues bien, gracias a esta novedad, puedes marcar dichos puntos y guardar una instantánea para consultarla cuando pasen horas y ya se te hayan olvidado. Una idea espectacular y que a buen seguro será incorporada por más juegos del estilo en el futuro.
De cualquier modo, no estás obligado a hacer uso de estas ayudas si no quieres, porque las posibilidades de progresión son numerosas. Aparte de aprender las combinaciones de golpes (en una sala de entrenamiento) y obtener cada vez más habilidades, tienes a tu disposición un elevado conjunto de amuletos que potencian determinadas características de tu protagonista: más daño de flechas, menor impacto de los golpes, o cosas como crear una burbuja temporal a tu alrededor que ralentiza a los enemigos cuando haces un parry perfecto. La limitación es que puedes llevar un número limitado de amuletos, algo que te obliga a escoger, pero es una mecánica muy bien implementada.
También hay una forja donde mejorar la potencia de tus armas, y todo a cambio de cristales de memoria, que son algo así como la moneda de cambio dentro del juego. Las obtienes cuando derrotas a enemigos, pero también las puedes encontrar en cualquier parte del escenario a poco que explores. Luego hay un personaje al que puedes comprar mapas de cada región (otra vez, si quieres) e incluso sacarle pistas a un pequeño precio, básicamente por si te atascas, que podría ocurrir. Por supuesto, no falta el viaje rápido, muy de agradecer cuando te encuentras con mapas tan extensos… como es el caso.
Dependiendo de lo bien o mal que se te dé, tu aventura podría durar entre 20-25 horas, aunque podrían ser más si te animas a encontrar los secretos de este intrincado escenario. Hay salas ocultas con grandes tesoros, así como nuevos amuletos y enfrentamientos opcionales. También hay una serie de coleccionables que ahondan en el trasfondo argumental, sirviendo como una capa narrativa muy interesante para enterarte bien de todo lo que ocurre en PoP: The Lost Crown. Todo esto hace que hablemos de cierta rejugabilidad, pero no esperes nada nuevo una vez superada la campaña. Se te permite seguir jugando hasta desbloquear el 100% del juego, aunque sin ningún contenido inédito (lo cual he echado un poco en falta).
Un regreso triunfal
Gráficamente el juego no es un espectáculo, pero hace todo de una forma más que correcta. La jugabilidad es 2D, aunque todos los diseños son en 3D, con lo cual la sensación de volumen y profundidad está muy conseguida en todos los escenarios, que aparte de variados se nota que están ejecutados con una gran dedicación. Algo que personalmente me ha encantado es la fusión entre realismo y cartoon, algo de lo que se impregnan los paisajes, pero también los propios personajes que conforman la aventura. Conociendo a Ubisoft Montpellier, no me extraña este enfoque tan pictórico, y lo cierto es que a la obra le sienta fenomenal.
Nada que reprochar tampoco al rendimiento técnico del juego, que se mueve a 60 frames estables durante la mayor parte del tiempo. En el caso de PS5 y Xbox Series X se puede jugar a 120 frames. Por tanto, veo un buen trabajo en cuestión de optimización, gracias a un apartado gráfico no muy exigente consigo mismo, que prioriza la velocidad de las animaciones y, en este caso, la tremenda agilidad del personaje, que resulta fundamental para comprender lo bien que funcionan las secciones plataformeras y de combate (en que se requiere la máxima precisión y timing a los mandos).
En el plano sonoro lo cierto es que el juego a mí personalmente me ha agradado. Son temas de acompañamiento, muy ambientales, pero que conectan a la perfección con el paisaje de Persia, al tiempo que recuerdan a anteriores juegos de la serie PoP. En especial, algunos temas musicales, pertenecientes a los jefes, desbordan acción y resultan especialmente memorables. Todo esto sin olvidar que el juego llega perfectamente traducido al español, con un doblaje simplemente sensacional y que te mete de lleno en las aventuras de Sargo y el resto de Inmortales en su búsqueda del príncipe secuestrado.
Soy consciente de que el juego fue inicialmente recibido con escepticismo por parte de muchos usuarios, que esperaban otro Prince of Persia. Sin embargo, voy a ser bastante claro: si lo dejas pasar, te estarás perdiendo no solo un gran metroidvania, sino uno de los mejores juegos de acción combativa y plataformas que he jugado en varios años. A mí me parece un retorno triunfal a la esencia de la saga de Ubisoft, y creo que si tuvieran que hacer otro juego, volvería a confiar en el estudio de Montpellier, porque no han hecho solo un juego sobresaliente, sino uno que puede perdurar en la memoria de los que decidan jugarlo.
Prince of Persia: The Lost Crown es una de las sorpresas más agradables que he recibido en los últimos tiempos: un metroidvania inspirado, duradero, desafiante y, al mismo tiempo, con un montón de capas de accesibilidad para hacerlo apto a un alto número de usuarios. Mantiene totalmente la esencia de la saga y la revitaliza, modernizando una jugabilidad plataformera y combativa en que Ubisoft Montpellier demuestra contar con un gran talento y experiencia. Tal vez no es el PoP que mucha gente esperaba, pero sí uno que hace honor a la licencia y que merece la pena por cada una de las horas que le dedicas. Sorprendente.
- Un metroidvania que se puede equiparar a los mejores del género, con un diseño genial.
- 25 horas de juego con una alta variedad de situaciones, poderes y contenidos en general.
- Contiene algunas de las mejores secciones plataformeras que he visto en un videojuego.
- Los combates, especialmente contra jefes, son variados, elaborados y muy desafiantes.
- Contiene múltiples ayudas de accesibilidad para hacer el juego apto para muchos usuarios.
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