Cuando piense en 2022, por supuesto que recordaré muchos de sus grandes juegos, como Elden Ring o God of War: Ragnarok. Pero siempre habrá un recuerdo especial para Steam Deck. Supongo que mis circunstancias son especiales. Me gustan mucho las portátiles y el PC es como empecé a jugar hace ya (demasiadas) décadas. Por eso, llevaba investigando sistemas como GPD o Aya un tiempo, cuando Valve me puso las cosas algo más fáciles para un jugador como yo.
Ahora que se cumple un año del lanzamiento de Steam Deck, es turno de hacer balance y ver qué tal ha sido la experiencia. En mi caso, sin duda, ha sido muy positiva. ¿Perfecta? Bueno, siempre hay margen de mejora, y de eso quiero hablar también, pero lo cierto es que Steam Deck ha cubierto un hueco muy específico, eso sí, pero que quería en mis hábitos de juego.
Para empezar, he ahorrado dinero. Varias veces he pagado el doble por algunos juegos para poder disfrutarlos en formato portátil. Fueron muchos los títulos de mi biblioteca que compré por segunda vez en Switch, sobre todo de antes de que saliera la híbrida de Nintendo o que, al ser pequeños o muy de nicho, salían primero en PC y luego en consolas. Desde que tengo la Deck, esto ya no es un problema. Compro el juego en Steam y alterno entre mi PC de sobremesa y la portátil.
Varias veces he pagado el doble por algunos juegos para poder disfrutarlos en formato portátil
Sin duda Valve ha hecho negocio conmigo. A medida que mi PC de sobremesa se iba haciendo anticuado e iban saliendo otras tiendas, mis compras se fueron diluyendo. Compraba igual en GOG que en Steam y no le hacía ascos si había una buena oferta en Epic, o cualquier otra tienda. Ahora, priorizo Steam siempre que puedo, porque, aunque gracias a aplicaciones como Heroic Game Launcher puedo hacer funcionar algunos juegos de otros clientes, la opción nativa es siempre la más cómoda y duradera.
Y eso es otro de los grandes factores que, aunque no estaba muy convencido, ha traído Steam Deck. Tener todo ordenado con su interfaz propia y su SteamOS hace las cosas sencillas cuando no quiero complicarme la vida. Su sistema de verificación es útil y se ha ampliado muchísimo. Y siempre que quiero cacharrear para otras funciones como los emuladores, tengo el modo Escritorio. Vamos, que de momento no he sentido la urgencia de instalar Windows, incluso aunque se pueda crear un arranque dual.
Un hardware en constante revisión
A lo largo de este año, ha habido algunas carencias y problemas, no todo ha sido coser y cantar. El ruido del ventilador ha sido quizá lo que más he sufrido, incluso con la opción de personalizarlo lo máximo posible, a veces me ha sido muy molesto. Poco a poco se ha ido moderando, pero espero que en futuras revisiones se logren mejores resultados. La batería también es algo que podría ser más eficiente y quizá todavía se podría arañar alguna pulgada más si se revisan los marcos de la pantalla. El dock oficial de Steam Deck, además, es muy bueno, pero muy caro. Pero por suerte hay alternativas muy baratas, desde un cable único a este otros docks de Steam Deck alternativos.
Muchos de estos factores son los que la propia Valve está mirando de cara al futuro, del que habla sin complejos anunciando que ya está en marcha un nuevo modelo de Steam Deck. Su intención sería más la revisión de batería y otras mejoras estéticas, que del rendimiento de la propia máquina. Es lógico, Valve prefiere mantener el precio ajustado antes que optar por incorporar un hardware más avanzado (ya tendrá tiempo para eso). Con todo, me inclino a pensar que seguirá puliendo la técnica de su FSR para poder mover juegos más ambiciosos a resoluciones menores.
La competencia de Steam Deck es más férrea que nunca, y hay modelos muy buenos en el mercado, incluso más potentes. Sinceramente, y para mí, me dan igual por una razón muy específica que todavía no he visto en ellos: los touchpad. Uno de los usos que más le doy al juego de PC son títulos centrados en el ratón, como aventuras gráficas o juegos de estrategia, y los de Valve son fantásticos. Estos últimos meses, además, la gran cantidad de configuraciones, presets, y formas de modificar los controles a través de SteamOS ha mejorado de una forma abismal. He logrado jugar a juegos antiguos muy extraños en temas de control y adaptarlos a controles modernos en pocos minutos. Hasta creé un macro para que, en una aventura gráfica, pudiera teletransportar el ratón a cada verbo de la interfaz (mirar, usar, coger, hablar...) con solo pulsar un botón y luego devolverlo a la misma coordenada en pantalla.
Para juegos clásicos y no muy exigentes, podría encenderla dentro de 10 años y tener la misma experiencia que hoy
Como podéis adivinar a estas alturas, estoy encantado con mi Deck. No puedo dejar de recomendarla tanto a jugadores no habituales del PC como los que prefieren una opción más cómoda. A un año vista, lo que más valoro de ella es la sensación de que no es un hardware limitado por las generaciones. Es, efectivamente, un ordenador que además (exceptuando la vida útil de la batería) no tengo por qué jubilar. Para juegos clásicos y no muy exigentes, podría encenderla dentro de 10 años y tener la misma experiencia que hoy. Todos sabemos que Valve no ha estado muy fina en lo que respecta a sus intentos de vender hardware a lo largo de los años, pero creo que con Steam Deck han acertado de lleno. No, no será nunca una superventas. No, no está para hacerle la competencia a nadie. Sí, me da igual.
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