Una de las cosas que más me gusta de la industria de los videojuegos es cuando los desarrolladores se vuelven locos planteando ideas jugables disparatadas. Lo bueno es que lo vemos bastante a menudo, aunque sobre todo en la escena indie. Precisamente, de allí viene el alocado título que os traigo hoy, un shooter en primera persona en el que aunque puedas acabar con tus enemigos con cantidad de disparos, lo que más satisfactorio resulta es destrozarlo todo a base de patadas.
Anger Foot es tan disparatado como se podría pensar al escuchar su nombre. Su concepto es simple: irrumpir en escenarios lineales desde un punto hasta otro acabando con todo con lo que nos encontramos por el camino. Hay que tirar abajo puertas, tras las cuales nos encontramos con un sinfín de criaturas preparadas para que se acuerden por siempre de la suela de nuestros zapatos. Y sí, es frenético, desafiante y tan cañero como Hot Line Miami, al cual se le parece mucho, pero aquí desde una perspectiva en primera persona… y a patada limpia.
Hot Line Miami en primera persona y a patada limpia
El concepto de Anger Foot consiste en completar niveles muy pequeños, que a veces puedes superar en menos de un minuto, y que resultan tremendamente rápidos. Una música machacona de discoteca nos acompaña en todo momento, y sientes cómo tu pulso se acelera al derribar cada puerta y descubrir las amenazas que se esconden tras ellas. Pueden ser unos tipos con cabeza de cocodrilo armados con bates, unos pandilleros con pistolas o unas palomas antropomórficas equipadas con escudos antidisturbios.
Cada tipo de enemigo propone una forma diferente de afrontarlos, y todo en décimas de segundo. Si te piensas mucho devolver una granada con una patada o disparar a un barril explosivo, estás muerto… y vuelta a empezar. Por eso os mencionaba a Hot Line Miami, porque firmaría que ha servido como inspiración de una mecánica de juego que se basa en morir y repetir partida buscando siempre la mejor estrategia para salir airosos. Y ya no os digo si queréis hacerlo lo más rápido posible, puesto que hay premios especiales para los jugadores más intensivos.
Una de las mecánicas más destacadas tiene que ver con la alta interacción con los escenarios
Así que no te engañen los valores de producción. Anger Foot es gráficamente simplón, y puedes moverlo en equipos más o menos modestos, pero por otra parte contiene un montón de acción e interacción con los decorados. Eso es lo que más me ha gustado, de hecho. No he perdido la oportunidad de patear cajas, televisores y todo el mobiliario en general. Incluso he caído en la tentación de beberme todo lo que pillaba, y comprobar de paso que podía emborracharme (nublando mi visión) o ponerme como una moto en el caso de tomar bebidas energéticas (duplicando la velocidad de mi personaje).
Además, hay una cosa muy importante para comprender este videojuego, y es que en cada nivel podemos obtener estrellas dependiendo de si completamos una serie de objetivos opcionales. Lo más simple es acabar con todos los enemigos presentes (algunos ocultos tras puertas camufladas), pero también podría ser que tengas que bajar de un determinado tiempo límite o pasarte toda la fase sin hacer uso de la pistola. Cuanto mejor lo hagamos, más estrellas tendremos para desbloquear nuevas zapatillas que lucir ante nuestros rivales.
Anger Foot no es el no va más de la complejidad, eso es cierto, pero ahí radica su razón de ser. Es un juego para desconectar, gracias a partidas cortas pero muy satisfactorias… ¡y muy intensas! Después de jugar, he acabado con el tun-tun-tun de la música taladrando mi cabeza, y no lo digo precisamente a malas. Tanto la perspectiva en primera persona como la música al estilo discotequero te acaban metiendo poderosamente en la acción, y eso es porque el juego está bien diseñado.
Por cierto, tiene varias áreas de juego, pobladas por las bandas de gangsters a que debemos derrotar, y varios jefes que prometen hacerte sudar hasta superarlos. Esta primera toma de contacto ya os digo, desde luego, que no está nada mal, y no me importará dedicarle más tiempo cuando aparezca, allá por el 11 de julio en Steam. Tenéis una demo disponible por si os llama la atención. Yo os animo a que saquéis vuestras patadas a relucir. Genera adicción.
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