Puede que haya pasado demasiado tiempo y sea difícil recordarlo, pero el lanzamiento de Diablo 3 estuvo muy lejos de ser idílico. Cuando se puso a la venta hace ya más de 10 años, lo hizo con algunos problemas que enfurecieron a una horda de fans que llevaban mucho tiempo esperando tan ansiado lanzamiento. Además, y sabiendo que estaba Blizzard detrás, pocos anticiparon la cantidad de problemas que arrastraría el juego en sus primeros días, semanas y meses. Pero ocurrió, y sin exagerar, fue una catástrofe.
El RPG lo tenía todo para triunfar, y lo acabó haciendo, pero fue después de decepcionar a muchos seguidores y realizar un tremendo esfuerzo de actualizaciones (en algunos casos con decisiones y reformas importantes). Y es que la tercera entrega de Diablo ya generó controversia desde su anuncio, con una dirección artística que con su mayor brillo y colorido rompía con la esencia que habían manifestado los anteriores videojuegos de la saga. Es decir, el caldo de cultivo estaba preparado para que todo estallase en llamas, y aunque el fuego tardó en apagarse, al final todo acabó teniendo un final feliz.
El fatídico error 37 de Diablo 3
Todo comenzó con un error que se quedó grabado en la retina de aquellos que adquirieron Diablo III en su lanzamiento. El temido error 37 aparecía en pantalla con el siguiente mensaje: "Los servidores están ocupados en este momento. Por favor, inténtalo más tarde". Cualquiera podría pensar que es algo perfectamente normal, pero no tanto cuando se trata de un lanzamiento tan importante, tan esperado… y que además llegaba con la polémica decisión de incluir la conexión permanente. Es decir, tenías que estar conectado para jugar, aunque lo hicieras sin aprovechar la componente multijugador.
Resumiendo: aquellos jugadores que totalmente ilusionados fueron a probar su recién adquirida copia… no podían jugar. Fue consecuencia de no haber testeado el juego lo suficiente antes del lanzamiento (con tal vez más betas públicas), y por supuesto de haber infravalorado la cantidad de usuarios que podían conectarse simultáneamente el primer día. La situación fue problemática, aunque nos dejó algunos vídeos para el recuerdo -y un puñado de memes- que manifiestan el sentir popular de aquel mayo de 2012.
Pero la cosa no acabó aquí, porque Blizzard tenía un problemón aún más grande en una de las características estrella del videojuego: la Casa de Subastas. Los desarrolladores vieron que en anteriores juegos de la saga Diablo se dio un fenómeno bastante intenso en torno a un mercado negro en que los usuarios intercambiaban objetos por dinero real. Y cuando hablamos de dinero, ya sabéis, aparecen los estafadores, webs de dudosa reputación y hasta hacks que rompían el juego. La desarrolladora californiana decidió actuar para poner orden en Diablo 3, regulando las transacciones (y de paso se llevaba un dinerito).
El problema es que la Casa de Subastas estaba ligada a la conexión permanente, porque hacía más difícil que los hackers hicieran de las suyas. Y aunque de fondo la necesidad de loguearte desincentivaba la piratería, en realidad el foco de Blizzard era impedir que la gente hiciera trampas. Pero todo salió muy mal. Fatal. Tanto, que no hubo otra solución que cerrar la Casa de Subastas, al tiempo que se planteaban un montón de mejoras e incluso la llegada de una expansión (Reaper of Souls) que marcaría una nueva era para el videojuego.
Se introdujeron los niveles Paragon para potenciar la sensación de progresión, se realizaron ajustes en dificultad y, sobre todo, se introdujo el sistema de Botín 2.0. Todo esto favoreció que los jugadores veteranos se animaran a seguir jugando, pero que también se sumaran nuevos usuarios, gracias a la llegada de Diablo III a consolas. Así, el juego pasó de ser un auténtico desastre a convertirse en un título disponible en cantidad de plataformas, con una base de usuarios tremenda, y un montón de virtudes que lo convierten en un juego de referencia.
Diablo III - Eternal Collection
Con la llegada de Diablo IV, parece que el fantasma del error 37 ha revivido entre los fans, pero a buen seguro que Blizzard ha tomado buena nota y prepara un lanzamiento por todo lo alto. De momento, puedes echar un vistazo a nuestro análisis de Diablo 4 en la revista.
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