Atrás quedan ya las épocas en las que te bastaba con escuchar dos veces una canción para aprendértela de memoria, o eras el objetivo de padres y amigos siempre que se pronunciaban la frase "recuérdame esto". Tal y como lo sufrió Bill Gates y consiguió solucionarlo de la mano del libro Moonwalking with Einstein de Joshua Foer, hay un par de trucos que pueden ayudarnos a hacer que eso cambie.
En su blog Gates Notes, donde Bill Gates realiza recomendaciones de lectura y otras aficiones, el verano pasado descubrió este truco de memorización a través del citado libro y, desde entonces, su enfoque respecto a cómo puede llegar a mejorar la memoria, y cómo ese salto de calidad mental puede llevarnos también a mejorar nuestra productividad, ha cambiado por completo. Y todo gracias a un método inventado en la antigua Grecia que lleva cientos de años entre nosotros.
El método utilizado por Bill Gates para mejorar la memoria
Atribuido al poeta Simónides de Ceos, aunque extendido por Cicerón, al método se le conoce por varios términos similares. Tal vez hayas oído hablar de ello como palacio de los recuerdos o mansión de la memoria, pero al término técnico se le da el nombre de método de loci, extraído de la palabra latina que hace referencia a lugares.
Pese a que su nomenclatura no deja demasiado lugar a la imaginación, la cosa iría más o menos así. Para crear tu propio método loci debes imaginar una casa o una mansión en tu cabeza lo más detallada posible. Incluye en ella varias estancias y habitaciones clave, todas ellas acompañadas de una decoración completa que nos ayude a visualizar lo que necesitamos para aplicar el siguiente punto.
A partir de ahí, la idea es que introduzcamos dentro de esas estancias, y junto a esos objetos, todo aquello que necesitamos memorizar. Hay que hacerlo de la forma más exagerada y visual posible para que, de un plumazo, al visitar mentalmente una de esas habitaciones, veamos con facilidad qué es lo que allí guardábamos.
Según recoge la psicología, la idea es que frente a hechos sorprendentes solemos recordar con mayor facilidad el lugar donde ocurrieron y, de rebote, también se nos facilita el recuerdo de un mayor número de detalles. Por cómo almacenamos ese tipo de recuerdos en nuestra mente, la mansión de la memoria también nos permite aprovechar esas conexiones en el orden inverso, creando visualizaciones impactantes de cosas que queramos recordar y atándolas a lugares que, pese a no estar en el mundo físico, podemos llegar a reconocer con cierta facilidad.
El célebre Bill Gates reconocía en su blog que pese a lo aparentemente simple de la técnica, es un proceso que requiere de cierta constancia y entrenamiento, pero que una vez dominada, una vez llegas al punto de conocerte esa casa imaginaria el dedillo, puedes llegar a recordar incluso qué cosas has puesto en los cajones de sus muebles. Vale la pena probarlo.
Imagen | World Economic Forum
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