Pese a que el mundo de la tecnología es el que más opciones tiene de mantener el modelo de teletrabajo, a menudo son las compañías de esa rama las que más juegan con experimentos destinados a zafarse de esa situación. La última ha sido la archiconocida Dell, que creía haber encontrado el mejor método para hacer volver a la oficina a sus trabajadores. Pero para sorpresa de nadie, no ha funcionado.
El pasado mes de febrero el gigante tecnológico introdujo un mandato de retorno a la oficina tal y como han hecho otras miles de empresas durante los últimos meses. Lejos de amenazar con despedir a los empleados, optó por otro camino muy distinto, el de tocarles donde más les duele tanto a nivel financiero como aspiracional.
El fracaso de la política contra el teletrabajo
La opción planteada era saltar a una modalidad híbrida o quedarse anclados en el teletrabajo. Quienes optasen por la primera opción tendrían que acudir 39 días cada cuarto de año, lo que equivale a una media de unos tres días por semana de asistencia a la oficina. Si optaban por la modalidad del trabajo remoto, en cambio, no podrían acceder a promociones o cambios de roles.
Varios meses después de la implementación, cerca del 50% de los trabajadores de Dell siguen trabajando desde sus casas porque, a pesar de no poder crecer dentro de la empresa y optar a mejores sueldos y condiciones, los beneficios del teletrabajo compensan todo lo demás a base de ahorro en costes de desplazamiento y comidas, tiempo perdido en llegar hasta la oficina y volver a casa, y equilibrio entre la vida privada y laboral.
Tal y como recogen las declaraciones de distintos empleados, lo cierto es que la situación en Dell hace difícil que el mandato de retorno a la oficina tenga sentido: "mi equipo está desperdigado por todo el mundo. Casi el 90% del equipo hizo lo mismo que nosotros porque no había una ventaja real en volver a la oficina".
Asomarse a los números de Dell tampoco refleja la necesidad de un cambio. Tal y como demostraba su último informe financiero, la compañía experimentó un crecimiento de un 6% respecto al año anterior alcanzando 22.000 millones de beneficios. Ahora se enfrenta a un éxodo masivo de empleados que no quieren trabajar bajo condiciones de segunda clase.
Imagen | Yaelmn en Midjourney
Ver 1 comentarios