He medido las palabras porque sabía hasta qué punto ibais a saltarme al cuello si colocaba a alguien por encima del Joker de Heath Ledger en El Caballero Oscuro, pero permitidme que os explique por qué el Bane de Tom Hardy en la tercera película de la trilogía del Batman de Nolan me parece especialmente sublime. La clave está en otra leyenda, la del ahora casi olvidado boxeador sin guantes que la hizo posible, Bartley Gorman.
Es su voz, junto al particular acento que parecen compartir los minkiers, los nómadas irlandeses que a menudo se confunden con los romaníes, lo que maravilló a Tom Hardy cuando buscaba la forma de hacer que Bane se convirtiese en un personaje con suficiente carisma como para poder soportar sobre sus hombros el peso que había dejado el Joker de Ledger sobre la franquicia.
King of the Gypsies vs Muhammad Ali
Tom Hardy cuenta que mientras preparaba el personaje de Bane se topó con el documental King of the Gypsies, una entrevista con Bartley Gorman en la que relataba lo que sin duda había sido una vida absolutamente demencial en la que el boxeo sin guantes le había llevado desde su primera lucha con apenas 12 años, hasta tener la posibilidad de medirse como Muhammad Ali.
De padre galés y madre irlandesa, Gorman venía de una familia de boxeadores que se había hecho hueco en el mundo de las peleas ilegales. Una suerte de campeonato que le tuvo luchando durante años en ferias de caballos, bares, callejones, campamentos de nómadas, minas y hasta en una cantera.
Fue en ese último lugar, precisamente, donde con 28 años se convirtió en el Campeón de Boxeo sin Guantes de Gran Bretaña e Irlanda. A partir de ahí empezó a ganar más y más fama hasta alcanzar un punto en el que se iba a enfrentar a David Pearce, también conocido como el Rocky Galés que ganó por KO al Campeón de los Pesos Pesados de Estados Unidos, John Tate.
Bartley Gorman aseguró que, si conseguía ganar a Pearce, el siguiente al que retaría sería Muhammad Ali, una posibilidad real que garantizaba un amigo común de ambos luchadores. Lamentablemente a Pearce se le prohibió realizar ese combate desde la British Boxing Board of Control, y el sueño de Gorman quedó truncado. El autoproclamado Rey de los Gitanos se retiraría invicto en 1992 y, poco después, escribió sus memorias y protagonizó el mencionado documental.
De Bartley Gorman al Bane de Batman
Tras quedar maravillado con su historia y descubrir su peculiar acento, Tom Hardy acudió a Cristopher Nolan y le dijo: "Chris, podemos ir por el camino de hacer una suerte de Darth Vader y quedarnos con una voz neutral en tono de villano, o podemos intentar esto". La idea partía no sólo de aportar cierto carisma a esa voz, sino también de darle sentido.
Para un villano de origen casi desconocido para el público general, aportarle una voz así de singular también era una forma de remarcar sus orígenes, de explicar la historia del personaje sin hablar de ella directamente. Sin embargo a Hardy le daba miedo que se pasasen de frenada con su intención y terminasen en el lugar opuesto, convirtiéndose en el hazmerreír del mundo del cine.
Afortunadamente Nolan dijo sí, y tras trabajar la idea y forzar aún más el acento, Tom Hardy hizo suyo a Bane, un personaje mucho más plano que el Joker en lo interpretativo, y convirtió a un villano que podría haber sido un simple malo de opereta en una de las voces más especiales y carismáticas que nos ha dado el mundo del cine durante los últimos años. Simplemente con escuchar ese tono y canturreo, sabes que es Bane el que está detrás de la voz.
Si no has tenido la oportunidad de escuchar la voz de Bane en versión original, te recomiendo encarecidamente que lo hagas a través de recopilatorios de sus mejores momentos como este. La percepción del villano y del trabajo de Tom Hardy cambia notablemente respecto a lo que pudimos disfrutar en su doblaje.
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