Si llevas en esto de los videojuegos algunas décadas, seguro que te aburre muchísimo cuando parece que el medio no evoluciona o parece que no hay originalidad. Salen al mes cien clones de Dark Souls, más roguelikes genéricos en píxel art con personajes armados con espada y escudo, un multijugador que quiere imitar a Fortnite… Es como si las desarrolladoras pensasen que el éxito radica en replicar una fórmula exitosa, y que ser original siempre es sinónimo de riesgo extremo que conduce al fracaso.
Pero seguro que añoras aquellos años en los que cada lanzamiento era más inverosímil que el anterior. Eran tiempos más sencillos en los que desarrollar videojuegos no era tan caro. Tampoco se cerraban tantos estudios día sí, día también, y no tenías la sensación de que unos copiaban a otros. Era como si hubiera más honestidad, y los títulos que triunfaban tenían un puntito de "inesperado" que a día de hoy no se ve tan a menudo.
Por supuesto, yo tengo muy romantizada esa época, tanto que ni tengo claro cuál es en concreto, la verdad. Pero me gustaba eso de que se lanzaran cosas tan mamarrachas como Earthworm Jim o Boogerman, y que el retro estuviera compuesto por Day of the Tentacle o The Secret of Monkey Island. Justamente a eso me ha sabido el fantástico Dave the Diver, y su éxito en Steam demuestra que no solo yo adoro esta cara del videojuego. Se puede conseguir un gran éxito siendo honesto, refrescante, divertido y dejando a un lado las copias o las imitaciones a otros títulos. Estas son las claves de su éxito, y cierto pirata tiene buena parte del mérito.
El éxito de Dave the Diver es el éxito del videojuego
La pregunta es ¿cómo un juego como Dave the Diver se ha convertido en un pelotazo? Todo empieza con su protagonista: "Dave parece optimista, pero es algo vago y le cuesta decir que no cuando alguien le pide un favor. Por su carácter, acaba experimentando todo clase de su cosas y aprendiendo mucho de sus aventuras y de cada encuentro. En lugar de tener al protagonista típico, queríamos alguien con el que sentirnos vinculados emocionalmente y en el que vernos reflejados. Queríamos contar el viaje de cómo alguien ordinario se convierte en un héroe".
Esto me lo contó Jaeho Hwang, el director del juego, durante una charla con él para averiguar los motivos por los que Dave the Diver ha funcionado tan bien. Creo que gran parte de la culpa la tiene Dave. Yo estoy un poco harto de los grandes héroes torturados, musculados o con problemas con papá (hola, todo lo Marvel). Dave es un tipo normal, sin ambiciones y sin bíceps definidos. Es facilísimo sentirte él, y no solo por cómo es él, sino por cómo se relaciona con sus amigos.
Como me cuenta Jaeho Hwang, Dave no sabe decir que no a nada. Pero quienes le hacen favores no le toman el pelo, sino que se hacen sus amigos. A medida que juegas y juegas, vas descubriendo cómo se crea una familia entre todos ellos, una en la que te encanta estar y en la que te sientes la mar de cómodo. Su estilo pixel art, generoso, colorido y alegre ayuda a que esta sensación de confort sea enorme. Yo me he sentido jugando con él como con Guybrush o como el bueno del gusano Jim. Adoro los personajes honestos, buenos y sin maldad. Como ellos o como Luffy.
La conexiones de Dave con Luffy son mágicas
Es ese confort el que te hace seguir jugando y sumergirte con él en el océano azul infinito. "Ideamos el mar", me explica Jaeho Hwang, "como si fuera una mazmorra gigantesca. El mar todavía está lleno de criaturas por descubrir y artefactos desconocidos, por lo que es una mazmorra realista." Dave es un submarinista, su tarea es sumergirse, pescar peces y llevarlos al bar de sushi que regenta un colega. Y ya que está ahí abajo, encuentra civilizaciones perdidas, lucha contra criaturas abisales y lo que se preste.
Me ha gustado la elección del mar como mazmorra por el concepto de "ir cada vez más hacia el fondo" y, a medida que lo haces, descubres más y más cosas nuevas. Y digo que me ha encantado porque conecta con la evolución del propio Dave. Tú te metes más de lleno en su alma cuanto más juegas, cuanto más te introduces en los fondos marinos. Es decir, tú y Dave hacéis lo mismo y él lo representa sumergiéndose.
Jaeho Hwang
Pero aunque me estoy poniendo algo intenso y pelín gafapastero con el juego, no penséis que Dave es un título especialmente reflexivo; es más, es uno con el que te ríes muchísimo. Y esto hace falta, porque cada vez hay menos videojuegos de humor. Jaeho Hwang me explica por qué cree que ocurre esto: "Creo que sí que es verdad que cada vez hay menos videojuegos de humor (...). Quizás es porque los juegos ahora se lanzan en muchísimos países a la vez en lenguajes distintos, y debe ser un desafío tremendo localizar el humor textual para que funcione en todos, sobre todo los juegos de palabras. Con Dave the Diver, queríamos incluir muchos elementos para hacer que la gente se riera, así que creamos escenas de vídeo muy divertidas que cualquiera pueda ver, entender y reírse. A veces me pongo a ver reacciones a ellas en YouTube. Me encanta ver a gente de todo el mundo encontrar graciosas las mismas cosas".
Este humor le va como wasabi al sushi al juego, porque los favores que Dave cumple conducen a la amistad, y esta se expresa a través de estas bromas. Aunque a veces los chistes se pasen un pelín de gruesos, la inmensa mayoría son geniales. Se basan en miradas, caídas, abrazos o guiños a las series más míticas del anime, en especial a una que ahora está en boca de todos por su adaptación a Netflix. Por ello, es curioso en lo que se inspira Dave the Diver. Cuando Jaeho Hwang me explicó esto, entendí perfectamente de dónde sacaba el alma su juego.
Los personajes de Dave the Diver no son colegas, son nakama
"Me encantó Afro Samurai. Lo de que un personaje no asiático haga suyo el espíritu samurái y se enzarce en batallas con ritmos de hip hop es increíble. Pero si algo nos influyó fue One Piece. Nuestro océano se inspiró en el océano All Blue de One Piece, ese mar mítico en el que todos los peces de todos los mundos se congregan. Nuestra gente pez también se inspiraron en los de la Isla Pez de One Piece."
El All Blue es el místico mar al que Sanji quiere llegar alguna vez, pues al poder pescar cualquier pez, podría preparar cualquier receta que desease. Y si nos fijamos en One Piece, Dave the Diver tiene un tono similar: rupturista con las convenciones, mamarracho, divertido y en el que cualquier cosa puede pasar. Pero no solo se parece en su humor, sino en su poderoso sentido de la amistad, en cómo gente tan dispar acaba unida por un propósito y un sueño común.
Cuando Luffy se enfrenta por primera vez a Arlong, le dice que él es un inútil. No sabe mentir, no sabe navegar, no sabe cocinar… Arlong le insulta, se ríe de él y le pregunta "entonces, ¿qué sabes hacer tu?". Luffy responde: "puedo derrotarte". Eso es Dave the Diver. Con todos a su lado, Dave es perfecto y puede lograr lo increíble.
Es por todos estos motivos por los que Dave the Diver se ha convertido en un éxito. En lo mecánico es un juego extremadamente pulido gracias a haber pasado por un exitoso Early Acces, pero su magia está en sus personajes, en su mundo, en su mar y en la inagotable inclusión de minijuegos, sistemas y locuras constantes. Ha funcionado tan bien porque es fácil conectar con él, sentirse parte de sus amigos. Lo ha petado porque es un juego tan honesto como los de antes. Así que si todavía no te has dejado seducir por Dave the Diver, es tu momento de sumergirte en sus aguas.
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