El concepto de "whodunit" (del inglés, "quién lo ha hecho") es algo que no pasa de moda. Lo hemos visto mil veces, desde su origen en las novelas de misterio de Agatha Christie como Diez Negritos, hasta la actualidad con películas como Puñales por la Espalda. Hay algo en su simpleza que permite al espectador centrarse en una lista de sospechosos cerrada y al autor tener controlado el terreno y las pistas. Por tanto, no se trata de reinventar la fórmula, sino de transformarla. Y la última en tratar de hacerlo es esta serie que estoy viendo en Disney+. Una producción de FX llamada Asesinato en el fin del mundo.
La serie creada por Zal Batmanglij para televisión apuesta por lo seguro: recoger tendencias modernas y mezclarlas con este concepto clásico. Así, la figura del detective se encarna en una joven hacker de la generación Z llamada Darby Hart, que no solo tiene grandes conocimientos de informática, sino también de criminología forense. Su vida cambia cuando es invitada junto a un grupo selecto a un hotel remoto en Islandia, donde ocurre el esperado asesinato.
Curiosamente, y pese a lo que pudiera parecer a simple vista, la serie no está cayendo en los tópicos, al menos en los dos primeros capítulos que he podido ver. El personaje de Darby gana profundidad gracias a la exploración de su pasado en la que descubrimos su pasión por los true crime, que sus conocimientos vienen de acompañar a su padre en las autopsias, y que el muerto no es un desconocido, sino alguien importante para ella, lo que hace que la trama sea más personal.
Más allá del guion, ayuda la atmósfera que ha creado el director, algo que no es de extrañar del todo ya que Batmanglij es también el creador de esa pequeña serie de culto llamada The OA, que nos pilló a todos por sorpresa por su exploración de la confianza en lo sobrenatural de una forma muy original, con una protagonista que no dejaba indiferente interpretada por Brit Marling, que también aparece en esta nueva serie. Los entornos helados y aislados del hotel en el que sucede la acción, rodeado de lujos y la tecnología más puntera, ayudan a crear esa sensación extraña y claustrofóbica de falsa seguridad.
Asesinatos y tecnología
Y es que merece hablar de la tecnología, porque es una rama troncal en la serie. No solo Darby usará sus habilidades para recabar pistas, sino que el gran debate de nuestro tiempo, la IA, cobra una gran importancia. Uno de los personajes de Asesinato en el fin del mundo es invisible: se trata de Ray, un asistente por inteligencia artificial que lo sabe todo y a la vez no sabe nada. Cuya personalidad servicial, pero de empatía programada y limitaciones de privacidad impiden que sea fácil resolver el misterio, pero que también sea clave para recabar información. Creo que sus guionistas están siendo muy inteligentes en trasladar las reflexiones sobre las grandes posibilidades y peligros de la IA a través de una fórmula como el whodunnit.
No creo que vaya a revolucionar nada, pero puede ser un whodunnit con personalidad
Completa el elenco un Clive Owen que hace de maestro de ceremonias como Andy Ronson, uno de estos gurús modernos de la tecnología a lo Steve Jobs que ha reunido a este grupo de artista e intelectuales para cambiar el mundo, en teoría. Su personaje aún no está siendo muy destacado, la verdad, pero está claro que se lo están reservando para más adelante, ya que la serie prefiere dar tiempo a que podamos explorar mejor la psique de Darby dando mucho protagonismo a su pasado y conflictos internos.
No es que Asesinato en el fin del mundo vaya a revolucionar la pequeña pantalla, pero se le nota un whodunnit con personalidad, y eso es algo que agradezco muchísimo en un tipo de ficción tan manida. Es precisamente lo que a la gente le convenció tanto de Puñales por la espalda (aunque yo debo reconocer que no me sentí tan atraído por ella): coger un concepto que engancha tanto como descubrir al asesino y darle un giro de tuerca. El de esta producción me parece muy acertado: más allá de apelar evidentemente al público joven, se trata de hablar su idioma y reflejar en la pantalla sus inquietudes y el espíritu de su tiempo.
Y, sinceramente, no tengo nada en contra de esa modernización de los cánones clásicos. Hace poco, Mike Flanagan hizo lo propio con La Caída de la Casa Usher. Cogió ocho cuentos clásicos, los transformó en conceptos actuales y los aunó en los que podríamos casi llamar el universo cinemático de Poe. Este tipo de "retellings", tanto de historias como estructuras clásicas, no es algo nuevo y ya nos llevan acompañando mucho tiempo, lo que da un poco de peso a las teorías del monomito narrativo. Que todo es, en el fondo, la misma historia que llevamos contándonos los seres humanos toda nuestra existencia. Por tanto, siempre habrá una casa, un asesinato, un detective y un asesino. El resto tendremos que descubrirlo semana a semana a través de las novedades de Disney+.