Nos guste o no, los Game Awards se han convertido en los premios "oficiales" del videojuego. Parece que no podemos lograr que haya una equidad en la importancia de los galardones, que en todas las artes siempre tiene que haber uno que sea más famoso que los demás. Y lo que más dudas suscita es si su relevancia es tal por la calidad de sus juicios o por el espectáculo de su gala con anuncios de juegos que están por llegar.
Pero, puestos a darle ese primer puesto, sería interesante que se mejorase su estructura. Las críticas, creo, son justas. No se pueden ningunear categorías, con premios que se dan fuera de emisión. No se pueden aunar otras como deportes y conducción. No se pueden dejar fuera juegos que salen el mismo año por beneficio de tus fechas. No se deberían nominar indies que no son indies. Y se debe contar con un equipo de jueces que certifique haber podido jugar y acceder a un gran número de títulos (y plataformas) del año. Y, por supuesto, no se debe elegir al juego del año basado en su alcance y presupuesto.
Si no, se corre el riesgo de caer en el concurso de popularidad. Este año la cosa ha sido más difícil que nunca con la calidad que hemos tenido en 2023. Han sido tantos y tantos los juegos que creo que ha habido un gran damnificado: Hi-Fi Rush, una obra con tanta personalidad que llegó por sorpresa en enero y nos dejó con esperanza de que los estudios grandes pueden hacer cosas distintas, más únicas y personales. Pero si esa diferenciación no se premia ni se estimula como al menos sí se hizo en 2021 con It Takes Two, ¿cómo se va a popularizar?
Hi-Fi Rush ha sido nominado a acción, arte y banda sonora, pero parece que para el premio gordo, el de Juego del Año, se necesita algo más. Pero si creéis que es algo a considerar, solo hace falta echar la vista a la última década de estos premios para ver ausencias realmente notables. Estas son algunas de las que destaco, pero seguro que vosotros tenéis muchas más:
Soma
Soma
Soma llegó en 2015 y es uno de los mejores que he jugado en mi vida, y no obtuvo ni una sola nominación. Sí, es cierto que el boca a boca y el paso del tiempo hizo que más jugadores lo conocieran, pero un jurado debería haber detectado en ese mismo año su calidad y haber sido nominado, al menos, a premios narrativos por la importancia de sus temas y una de las mejores historias de ciencia-ficción en nuestro medio.
The Forgotten City
Creo que algún día se hará más justicia con este juego que, si bien fue nominado a "Mejor Debut Indie" parece que todo lo demás le venía grande cuando la estructura de The Forgotten City es una de las más originales que he visto en mucho tiempo y uno de los mejores loop games que puedes jugar. Por no hablar de su profundo contenido filosófico que nos hace reflexionar sobre la evolución de la moral y el sentido de la justicia del hombre.
Half-Life: Alyx
Lo siento, pero yo aquí ya me bajo. Esta edición fue una de las que más me dejó a cuadros y me hizo darme cuenta de la falta de responsabilidad en ningunear un juego de este calibre por ser de realidad virtual y, por tanto, menos jugado. Es normal que en concursos de popularidad no gane, pero en unos premios con jurado hay una responsabilidad por probar y juzgar lo mejor del año, así que no hay excusa. Alyx, sin embargo, no es que no ganara, es que ni siquiera fue nominado a Mejor Juego del Año. Decía recientemente John Linneman de Digital Foundry que Alyx no es solo el mejor juego de VR, sino el mejor Half-Life. De ese nivel estamos hablando. Eso es lo que no se valoró.
Sifu
Puede que os parezca el más personal de esta lista, pues Sifu fue nominado a Mejor juego de Acción, Mejor Indie y Mejor Juego de Lucha. Pero no ganó ninguno y se merecía no solo todos esos, sino haber optado a Mejor Juego del Año. Muchos seguimos buscando experiencias que nos hagan sentir como la primera vez que cogimos un mando, y no encontrarás en este género nada mejor que el título de Sloclap. Sifu te lleva no solo a responder correctamente a los ataques, sino a interiorizar el control del personaje mediante memoria muscular. Él solo transformó y modernizó el beat'em up, y ni nos dimos cuenta.
Dark Souls III
Dark Souls III
En su momento ni nos extrañamos, pero Dark Souls III apenas tuvo una nominación a Mejor RPG. Y ya está. Sé que por 2016 una tercera entrega de Dark Souls III podía parecer demasiado, pero creo que el tiempo ha demostrado que es no solo un gran juego, sino uno de los favoritos de la comunidad por su gran diseño de mundo y unos jefes muy bien planteados. Es cierto que la competencia de ese año fue dura, y quizá fue lo que hizo a la organización ir ampliando el número de nominados a GOTYs.
Resident Evil 7
Otro caso similar fue el de Resident Evil 7, que pese a tener nominaciones en Dirección, Audio y VR, no obtuvo ninguna a mejor juego de su categoría o del año. Sí, todos sabemos que RE7 podía haber tenido una parte final mucho mejor, pero incluso en esa imperfección sigue siendo uno de mis Residents favoritos, por su valentía en el cambio de perspectiva, su vuelta a un terror, pero nuevo y las sensaciones que produce recorrer el recinto de los Baker. Es algo que prácticamente no ha vuelto a suceder.
Prey
Entiendo que 2017 fue un año muy competitivo, pero de nuevo, estos premios deben ser algo más que destacar lo más famoso del año. Prey obtuvo solo una nominación, a mejor Juego de Acción, y ni siquiera la ganó. Pero es que lo importante de Prey no estaba tanto en la acción, sino en el increíble diseño de la estación espacial de la Talos 1, que pocas veces se ha vuelto a repetir en un videojuego. Había aquí una oportunidad para haberlo reconocido.
Forza Horizon 5
Lo que pasó con Forza Horizon 5 fue curioso, y es que entramos en esos extraños casos de juegos que "llegan demasiado tarde, pero solo para lo que nos interesa". Por supuesto, ganó en sus categorías de Juego de Conducción, entre otras, pero se argumentó que no estaba en el límite de la fecha final de nominaciones y eso le había causado menor presencia como Juego del Año. ¿No es extraño que a una categoría sí haya dado tiempo y a otra no? Este juego abrió el debate de si había géneros de segunda categoría, y un juego de conducción, deportivo o de puzles tenía menos oportunidades de ganar el gran premio.
Pentiment
Pentiment es una de las obras más personales, únicas y memorables que he jugado recientemente y fue otra de esas que se argumentó "llegaban tarde" por calendario. El propio Josh Sawyer ha mostrado su escepticismo a la hora de no haber sido nominado el año pasado, mientras que obras que se han propuesto para esta edición han sido lanzadas en la misma fecha. Es una pena, porque es un juego tan singular, tan increíblemente documentado y fascinante que una gala de premios sería precisamente lo que le daría más a conocer y animar a otros estudios tan grandes como Obsidian a atreverse a hacer obras distintas y personales.
Subnautica
El último en sumarse a estos problemas de fechas es Subnautica, un título verdaderamente fascinante y de los mejores survival crafting para un jugador que puedes encontrar incluso una década después. Se podría argumentar que oficialmente fue lanzado en diciembre y, por tanto, queda fuera de las nominaciones, pero dudo mucho que, como Soma, la cosa hubiera cambiado si hubiera salido cualquier otro mes. No solo es un gran juego en lo mecánico, sino en esa capacidad de intrigarte con la historia casi sin una palabra y, sobre todo, en la fascinación y el respeto que produce adentrarte un poco más en sus profundidades marinas.
Creo que observando esta lista y la que vosotros mismos podáis añadir se notan esos patrones que hablaba al principio del artículo. Porque no se trata tanto de criticar esta u otra ausencia en concreto, sino de lo que significan en conjunto. Hay que reivindicar que, si estos premios quieren ser realmente los más importantes del año, deben mejorar. No se puede ningunear a ciertos títulos porque no te vengan bien en el calendario, porque no sean tan populares o pertenezcan a un género o plataforma minoritaria. Se trata de elegir lo mejor y más destacado con el fin de premiar a los estudios y darlos a conocer a jugadores que, de otra manera, puede que no los jueguen nunca.
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