Adoro One Piece. Me sigue pareciendo alucinante cómo Eiichiro Oda sigue construyendo un mundo cada vez más rico, capítulo a capítulo. En las páginas de su manga se encuentra uno de los trabajos de construcción de mundo más especiales de nuestro tiempo, pero no solo eso. En él viven unos personajes a los que es imposible no amar, que adoran las aventuras y que lo apuestan todo por sus sueños.
Estos días he estado jugando a Return of Monkey Island; no os preocupéis, no haré spoilers gordos ni de One Piece ni de este título. La cuestión es que me ha encantado ver tantos parecidos entre ambas licencias. Y no me refiero a detalles obvios como que las dos son historias de piratas o la importancia del término "monkey", sino a cosas más sutiles que me calientan el corazoncito.
Uno de los acontecimientos más misteriosos, significativos y que más memes se está llevando de todo One Piece, involucra a Laugh Tale (Raftel), a lo que hay en el interior del cofre del One Piece y al antiguo rey de los piratas. Hay una escena que nos muestra la primera reacción de Roger al ver qué contiene. Y esta no te la esperas, es toda una sorpresa. Tras ello, el pirata decide dejar el tesoro ahí e iniciar la era de la piratería, haciendo que todo el mundo se eche a la mar.
Con Monkey Island ocurre lo mismo. Guybrush Threepwood y LeChuck son dos piratas que se lanzan a la aventura en pos de un misterioso tesoro. Sin embargo, nunca sabemos lo qué contiene en su interior. Porque la importancia de los viajes de Luffy y compañía reside en el propio viaje, no en la recompensa. El premio es navegar, ser felices y disfrutar de un viaje sin fin. La saga de aventuras gráficas representa esto, a su manera, y de una forma muy graciosa. El primer título se llama The Secret of Monkey Island, pero nunca se revela cuál es ese secreto, como tampoco sabemos lo que hay en el One Piece.
El secreto de Monkey Island es el One Piece
En Return to Monkey Island, todo gira en torno a regresar a Monkey Island y descubrirlo por fin. Si ya has jugado a este título, cosa que como te recomienda Alberto Pastor en el análisis de Return to Monkey Island tienes que hacer, respóndeme: ¿cómo termina el juego?
Otro elemento en común entre ambas sagas, y que me encanta, es lo mucho que se parecen Luffy D. Monkey y Guybrush Threepwood; no físicamente, claro, pero sí en su forma de ser. La frase estrella del capitán del Sunny es "voy a ser el rey de los piratas". La de Guybrush es "me llamo Guybrush Threepwood, y quiero ser pirata". Y ambos la repiten una y otra vez. No les importa quién se pueda reír de ellos.
Ambas franquicias responden a la pregunta "¿por qué vivimos aventuras?" y "¿cómo es mi héroe?"
Pero lo más importante y lo que más los relaciona a ambos es su sueño. Luffy tiene uno muy importante, uno que deja entrever tras el arco de Wano, y Guybrush también. Los dos harán lo que sea por lograrlo, sin importar arrasar con islas enteras, derrocar gobiernos o arruinar por completo el único árbol capaz de crear fregonas perfectas. Y ambos usan el humor para explicar sus actos; eso sí, Luffy acaba liberando islas de tiranos y Guybrush… bueno, Guybrush es Guybrush.
Por lo tanto, ambas franquicias de anime y videojuego conectan por cómo responden a la pregunta "¿por qué vivimos aventuras?" y "¿cómo es mi héroe?". Lo hacen de un modo muy similar. Y también construyen su universo de forma similar. La gracia de One Piece es que resulta complicado entender bien cuántas islas hay, cuántas rutas hay y cuáles son las reglas de su ficción.
Todos son niños jugando a ser piratas
En el manga, se llega continuamente a islas extrañas con suelo de mazapán, otras con zombis, unas hechas enteramente de hielo…. Eso nos predispone a creer que todo puede ocurrir, ¡cualquier cosa! Como ocurre con sus personajes, esto se explica a través del humor, y nos encanta. Es genial ese puntito de "todo es una broma, pero quizás no del todo".
Guybrush y LeChuck son niños jugandoy alteran a su placer las normas y las reglas del juego
Lo mismo sucede con la saga Monkey Island. Salimos del puerto y aparecen ante nosotros siempre islas diferentes con sus propias normas. En una se celebran peleas a escupitajos o hay una fiesta de disfraces, en otra tienen la mayor biblioteca del mundo, o una prisión helada… ¿por qué no?
Y es esa majadería la que le da sentido a todo. Porque por encima de encontrar un tesoro, de ser piratas o de derrotar a enemigos, de lo que trata tanto One Piece como Monkey Island es de jugar. Los nakama, Guybrush y LeChuck son niños jugando, y cuando los niños juegan, alteran a su placer las normas y las reglas del juego. Esa es la razón de ser del tipo de humor tan particular de ambas franquicias.
Si en el juego aparece un monstruo marino, ¡que sea una gigantesca vaca lechera con la capacidad de hablar! Si hay que conseguir una fregona, ¡que sea fabricándola uno mismo con las ramas de un árbol milenario! Todo es en pos del juego, de volver a ser un niño en un viaje divertido en el que solo importa una cosa: pasarlo bien.
Lo estupendo que tiene One Piece con respecto a otros manga es que nunca ha perdido este puntito. Dragon Ball, por ejemplo, también era pura aventura infantil cuando Goku era un crío. Sin embargo, la llegada de la serie Z trajo consigo las exigencias de la madurez. Y es algo que se ve incluso más en Dragon Ball Super: él y Vegeta casi parece que pelean por trabajo. Sin embargo. tras tantos años publicándose, One Piece mantiene ese mismo espíritu juguetón, y lo lleva incluso más allá tal y cómo vimos en el desenlace de su batalla con Kaido.
Ni Luffy ni Guybrush quieren hacerse mayores
Con Monkey Island sucede exactamente lo mismo. Tantísimo tiempo tras su primer videojuego, Guybrush sigue siendo el mismo. Solo quiere echarse a la mar, vivir aventuras, disfrutar de la vida con aquellos con los que se encuentre; es decir, ser un niño que no desea que le llegue nunca la hora de cenar; la hora de apagar las luces e irse a dormir.
Si amas la verdadera esencia de One Piece, tienes que jugar a Monkey Island. Y viceversa
Pero para que esto tenga verdadero sentido, hay que hacer chocar esta fantasía infantil y lúdica con lo duro que es hacerse mayor. One Piece hace muchos flashbacks para llevarnos a pasados dolorosos. Al final de Return of Monkey Island, Guybrush dice una frase demoledora sobre a lo que ha de volver una vez su misión concluya. La aventura de Eiichiro Oda ayuda a sus personajes a superar sus males jugando a ser piratas, como también lo hace la de Ron Gilbert y su equipo.
Porque ¿crees que a Luffy le importa lo más mínimo lo que hay dentro del One Piece? ¿En serio alguien se piensa que Guybrush está verdaderamente interesado por descubrir el secreto de Monkey Island? Para nada. Lo único que les interesa es sonreír, jugar y hacerlo al lado de sus amigos. Es por todo esto por lo que, si amas la verdadera esencia de One Piece, tienes que jugar a Monkey Island. Y viceversa.
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