Tras más de 15 años con trabajo remoto, cuando estalló la pandemia del COVID me sorprendió ver cómo empezaban a salir gurús del teletrabajo de debajo de las piedras dando consejos para sobrellevarlo. Pedían crear un horario muy marcado, establecer límites con la familia, seguir dietas concretas, y todo con la intención de poder mantener una buena salud mental que, según aseguraban, iba a empeorar por culpa de trabajar desde casa. No podían estar más equivocados.
A través de distintos estudios realizados, la ciencia ha demostrado en más de una ocasión que el teletrabajo es capaz de mejorar el bienestar de las personas, mejorando su salud y felicidad, su actividad física, e incluso el tiempo que pasa en familia. Por contra, de todo lo aparentemente negativo que postulan quienes aún están en contra de un cambio cada vez más extendido, desde la productividad hasta la variación en nuestras dietas, parece que siempre hay algo bueno que destacar.
Los beneficios del teletrabajo según la ciencia
Para quienes deciden trabajar en remoto, a quienes no se les ha impuesto el teletrabajo contra su voluntad, la salud mental y bienestar mejora, y sólo en aquellos casos en los que hay un conflicto entre trabajadores y empresas puede apreciarse lo contrario. La flexibilidad a la hora de organizarse no sólo es positiva, también ha demostrado no tener un gran impacto en la cohesión de grupo o la productividad.
De hecho, no sólo trabajamos más cómodos demostrando una mayor estabilidad en nuestro rendimiento, aunque sea más positivo para la empresa que para el trabajador en sí, también se ha demostrado que trabajamos más. Reduciéndose las idas y venidas a la oficina, con una media de tiempo libre superior, el 43% de ese tiempo extra se traduce en más trabajo.
¿Qué ocurre con la salud física? Pues que a diferencia de lo que muchos podrían prever, el teletrabajo tampoco supone un problema, sino todo lo contrario. Quienes disfrutan del trabajo remoto son más propensos a incluir actividades físicas en su tiempo libre como el ciclismo o caminar en su tiempo libre, y también son más propensos a aprovechar ese tiempo extra optando por caminar en vez de coger el coche para realizar actividades como ir al supermercado.
Lo de tener a mano la nevera y aumentar la tasa con la que recurrimos a picar entre horas bien podría estar entre los puntos negativos a remarcar, pero lo cierto es que al tomar más consciencia de lo que tenemos en casa hemos girado hacia dietas más variadas y sanas, demostrándose un mayor consumo de fruta y verduras que se suma la ampliación de un menú que puede ir más allá del microondas y el tupper.
Desde las empresas, ver cómo sus costes se han reducido ante la posibilidad de minimizar el gasto en espacios y alquileres, cómo la productividad y estabilidad de sus trabajadores ha mejorado, y cómo ofrecer esa posibilidad de trabajo remoto o sistemas híbridos que faciliten los días de teletrabajo les ayuda a retener talento, poco a poco empiezan a abrazar los beneficios que supone esta modalidad.
Imagen | Ave Calvar
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