Recientemente la compañía Deloitte realizó una encuesta entre 22.800 trabajadores de 44 países distintos para intentar arrojar algo de luz sobre cuál era la situación dentro de la compañía. Explorando temas como la educación o el impacto del medio ambiente, uno de los puntos más destacados entre las preguntas a la Generación Z y los Millennials dentro de la empresa fue el uso de la inteligencia artificial en el trabajo.
Para sorpresa de casi nadie, en ambos grupos generacionales se aseguraba que el uso de la IA se había convertido en parte de su día a día. Una gran mayoría de empleados reconocía abiertamente que utilizaban la inteligencia artificial con la intención de ser más eficaces y productivos y, por supuesto, también para poder gozar de más tiempo libre.
El miedo a la pérdida de trabajo por culpa de la IA
Sin embargo, lo que terminó siendo más chocante de la estadística fue el hecho de que, tanto unos como otros, y pese al entusiasmo generalizado respecto a la ayuda que suponía valerse de la IA para sacar adelante su trabajo, gran parte de ellos aseguraban que la tecnología puede suponer el fin de su trabajo.
De entre todos los miembros de la Generación Z y Millenials preguntados, hay un porcentaje del 59% que creen que la inteligencia artificial podría llegar a comportar pérdidas de trabajo. De entre los que utilizan la tecnología a menudo de ambos grupos, un 71% afirman con rotundidad que la IA llevará a la pérdida de empleo.
De rebote, eso lleva a que el 78% de los que utilizan la IA se muestren más activos a la hora de buscar trabajos que no puedan ser reemplazados por la inteligencia artificial, mientras que aquellos que no experimentan con ella sólo lo hacen en un 59% de los casos.
También es reseñable que, entre las diferencias entre la Generación Z y los Millenials, estos últimos son más conscientes, o lo expresan con mayor efusividad, que la inteligencia artificial les resulta de gran ayuda para mejorar su productividad y la forma en la que trabajan.
Imagen | Icons8 Team
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