Despido el año con este brutal juego de acción que me ha devuelto a los 90, y a uno de sus mejores shooters

Despido el año con este brutal juego de acción que me ha devuelto a los 90, y a uno de sus mejores shooters

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Cultic.

"I live... again!" Tengo grabada la famosa frase con la que empezaba Blood. No necesitaba mucha más narrativa para ponerte en la piel de este vengador que se enfrentaba a una horda de cultistas y monstruos de todo tipo con armas tan poco convencionales para la época como una horca, un spray de aerosol, pistola de bengalas, un muñeco vudú y, sobre todo, mucha, mucha dinamita.

La primera obra de Monolith Productions, conocidos ahora por su saga de La Tierra Media: Sombras de Mordor, fue un shooter que aquellos que lo vivimos en la época recordamos bien porque, aunque se inspiraba en los reyes de la época como Doom o Duke Nukem 3D, tenía una personalidad única gracias a su siniestra ambientación, sus originales armas, su dificultad y también una filosofía propia a la hora de aproximarse al shooter de la época, donde cada esquina era mortal.

Jugar ahora a Cultic me ha supuesto, por tanto, un viaje al pasado sin olvidar el momento en el que nos encontramos. La obra de Jasozz Games, otro estudio formado por un solo desarrollador, tiene claras semejanzas para todos los que jugamos al título de 1997. Desde el momento en que empezó mi partida resucitando de una pila de cadáveres, maté mis primeros cultistas y cogí la dinamita lo vi claro. Pero Cultic también tiene su carácter y me queda claro que no busca solo rendir homenaje a Blood.

Cultic.

Es algo que he podido comprobar en su diseño visual, por ejemplo. Por un lado, busca parecerse a esa primera versión del Build Engine de Ken Silverman, hecho con vóxeles y enemigos hechos con sprites, pero que aquí es sustituido por entornos completamente tridimensionales y manteniendo el 2D para los cultistas. La diferencia es que su creador, Jason Smith, ha apostado por una paleta de colores limitada, como la que encontrábamos en los GIF antiguos, y que le da al juego un estilo muy particular y único.

Pura dinamita. ¿Qué diferencia a Cultic del resto de boomer shooters?

Pero, por mucho que el juego llame la atención, lo mejor de Cultic es, sin duda, su refinado gunplay. En primera instancia el cuerpo me pedía disparar a estos sprites como si volviese completamente a un shooter de los 90, pero poco a poco te vas dando cuenta de que puedes hacer headshots a estos enemigos, por muy sprite que sean, y además es increíblemente satisfactorio. Podría competir perfectamente en un top de juegos donde es un placer reventar cabezas. El rifle y su increíble precisión tienen gran culpa de ello.

Podría competir perfectamente en un top de juegos donde es un placer reventar cabezas

Esto último que he dicho quizá haya hecho arquear una ceja a los que conocieran bien Blood, porque una de las señas de identidad del juego eran los entornos cerrados y las distancias cortas, así que ¿qué pinta aquí un rifle de precisión? Es la gran diferencia con Cultic, que apuesta fervorosamente por la libertad de elección en el combate. Se te ofrecen armas de largo alcance como la pistola, el fusil o el rifle de francotirador con los que puedes incluso aprovechar las coberturas del escenario. Si prefieres en cambio las distancias cortas, dispones de otras como una fiable escopeta o una ametralladora, por ejemplo. Puedes jugar con cuidado, no dejar de moverte e incluso deslizarte por el suelo para disparar mientras esquivas las balas.

Cultic.

Esto hace que el juego no sea tan castigador como para tener que limpiar zonas con dinamita rebotada en la pared tras una esquina, como hacía el clásico Blood, sino que prefiere que tengamos libertad de movimientos, múltiples recursos y también una cierta sensación de progresión. En los bancos de trabajo podremos mejorar nuestras armas si disponemos de los suficientes materiales, lo cual da una mayor satisfacción al encontrar las intrincadas salas secretas que son un verdadero placer descubrir.

Estos últimos años no hacen más que dar buenas noticias a los aficionados del shooter noventero (o boomer shooter) para un jugador. A los ya lanzados Metal: Hellsinger, Into the Pit, Strafe, Amid Evil, Dusk o Ion Fury se le suman los que están por llegar como Prodeus, Graven, Wrath o Project Warlock II que se encuentran en Acceso Anticipado.

Culti ha logrado tener un buen equilibrio entre inspiración e ideas propias.

De entre todos ellos, creo que Cultic está logrando hacerse un hueco bien merecido gracias a su buen equilibrio entre inspiración e ideas propias. El juego viene apodado como Chapter One, lo que deja claras las intenciones de su autor de continuarlo con más niveles a través de un DLC de pago, según comenta en su página de Steam. Pero ya hay en él, y a un buen precio, un buen puñado de fases que te dejarán más que satisfecho si quieres rememorar Blood (más aún teniendo en cuenta que su segunda entrega poligonal no dejó tan buen sabor de boca) o si quieres descubrir qué lo hizo tan especial.

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