¿Recuerdas cuando Twitter era un lugar en el que podías hablar sobre cualquier tema sin que se te llenase el feed de respuestas llenas de hate o troleo? ¿O cuándo la publicidad no era abusiva, ni estaba llena de productos falsos y de timos? Qué tiempos aquellos en los que todo era un vergel, ¿verdad? Bueno, siendo sincero, hace años que Twitter (sí, soy de esos que se niegan a llamarlo X, por Dios Elon, qué nombre más feo e impersonal) se ha convertido en un pozo de odio y de bilis. Lo de la publi ha sido más descarado, con la adquisición de la red social por parte del magnate Elon Musk, muchas marcas ha dejado de anunciarse y, al contrario de lo que podía parecer, en lugar de dejar de ver anuncios, nos hemos encontrado con auténticas aberraciones, muchas de ellas fraudulentas.
Soy usuario de Twitter desde 2009. Aunque no fue mi primera red social, (soy de la generación Tuenti, sé que no lo parece con este pelazo), es a la que más cariño le tengo y a la que más tiempo le dedico. Nunca he tenido muy claro cuál es el objetivo con el que la utilizo, a medio camino entre lo personal y lo profesional, con altibajos en esta relación de amor-odio, siempre ha estado instalada en todos los móviles que he tenido y es una de las ventanas que nunca cierro en el navegador (la otra es 3DJuegos, por supuesto).
Una molesta falta de calidad
De todos modos, de un tiempo a esta parte vengo pensando muy en serio salirme de X, ya no es el ambiente irrespirable cuando se habla de según qué asuntos, ni siquiera algunas de las mamarrachadas que propone Musk, o que se esté llenando de bots ("mis nudes en mi perfil" es la respuesta que más he visto en los últimos tiempos). No, lo que me está haciendo plantear echar el cierre y tirar la llave al mar son dos cosas: la primera, la cantidad de publicidad de baja calidad que puebla mi timeline. A nadie le gustan los anuncios, soy consciente. De todos modos, no sé, un tuit promocionado de una aerolínea o empresa telefónica molesta lo justo. Lo que ya me pone más cabreado que Kratos el día del padre es la legión de anuncios de cuentas de criptobros, IAbros, softporn y enlaces a sitios fraudulentos; no sé la de veces que han detenido a Broncano y a Sobera por dejarse el micrófono abierto. Me molesta el fraude, me molesta que no se filtre ni se tenga un estándar de calidad para evitar que los usuarios caigan en estafas; me cabrea que cada vez que doy a bloquear uno de esos anuncios me aparezcan otros diez de diez cuentas diferentes anunciando lo mismo.
La segunda cosa, es la sensación de que hablo solo, de que mis tuits han perdido alcance y lo mismo mis interacciones. Nunca he tenido una cuenta popular, ni aspiro a ello; aun así, antes de que Musk se comprase la red social, veía las actualizaciones de la gente a la que seguía sin problemas, las interacciones eran más orgánicas y ganar seguidores era una constante. En mi caso, como digo, a cuenta gotas, aunque siempre era una cifra que crecía.
Desde que Elon Musk cogió las riendas y empezó a enredar con X, buscando maneras de monetizar a sus usuarios, mi alcance se ha ido al inframundo, las interacciones están por los suelos y, por supuesto, mis seguidores se han estancado. He probado todas las redes sociales alternativas, Mastodon, Bluesky, hasta Threads, de todos modos, de momento ninguna me convence, principalmente porque la mayoría de mis mutuals no se han pasado a ellas. De modo que sigo atrapado, de una manera u otra, en las redes (pun intended) de Musk. Como soy de esos que se aferran al pasado y sigo teniendo cariño a la red del pajarito, antes de tirar la toalla, he decidido probar el servicio de suscripción de X, ver qué ofrece y si de verdad merece la pena pasar por el aro.
Antes de nada, ¿qué es X Premium? Bien, X Premium es una suscripción de pago mensual (si haces el pago anual te ahorras alguna mensualidad) que ofrece unas funcionalidades exclusivas y mejoradas a la experiencia de los usuarios en la red social.
Por el momento hay tres planes disponibles: básico, Premium y Premium+ y sus precios van desde los 3,63 € del básico, pasando por los 9,68 € del Premium y 19,36 € del Premium+.
No voy a enredarme mucho con las ventajas de los diferentes tiers de suscripción; básicamente van desde darte un mayor boost a tus publicaciones en las respuestas, posibilitar editar los tuits, obtener el famoso check azul, ver estadísticas, ganar dinero por tus publicaciones y ver menos anuncios.
Sin dudar, descarté el más básico porque el boost de alcance que te garantizaban era el menor, como explican en su página de suscripción, sigues viendo todos los anuncios en la pestaña 'Para Ti' y no puedes acceder a las estadísticas. Al principio pensé que era la suscripción básica de quien quería tener el tic azul de verificado, pero ni eso; con esta suscripción no te lo ponen. Dudé entre las otras dos, aunque, al final,me convencí de que si iba a probar, mejor darle caña con todo. A tope de gama, de extras y demás, que aquí hemos venido a jugar.
¿Merece la pena pagar por usar X?
Llevo dos meses y ya me he formado una opinión al respecto de este servicio y quiero contarte si creo que vale lo que cuesta o no. Por si mi opinión puede servirte, ya que a mí me ha costado encontrar artículos de este estilo en la red.
Empecemos por lo bueno
1. El editor de tuits. Me encanta. Soy un manazas, escribo muy rápido y siempre me como palabras, letras o frases. Tener la posibilidad de editar lo que has escrito los 60 minutos posteriores a su publicación es una bendición, tanto si hay erratas, como si prefieres matizar lo que has escrito. Además, cuando vas a publicar, el post no sale de inmediato, sino que X te da la posibilidad de revisarlo con cierta calma (hay un circulito que va llenándose y tarda lo suficiente para que puedas detectar errores) o puedes saltarte el paso y publicar al momento.
La pega que le encuentro a esto es que no te deja editar en las respuestas a tuits. O al menos no he sido capaz de hacerlo estos 60 días de prueba. No sé, pero en una red social donde la interacción con el contenido de otros es fundamental, no poder editar tus respuestas es bastante meh. En fin, nada grave.
2. La publi. Es verdad, no hay nada de publicidad, adiós, anuncios de alargamiento de pene, adiós, criptobros y demás fauna. Es una maravilla. No desaparecen los bots, sin embargo, no te comes esta basura de publicidad. (Si te lo estás preguntando, los usuarios de la suscripción intermedia sí que ven algo de publicidad). Alguna vez sí que me he topado con algún post promocionado un poco extraño, aunque creo que se ha debido más a algún error, que a que me la estén intentando colar.
Lo no tan bueno
Ahora, quiero hablar de zonas grises y de cosas que no me han gustado nada.
1. El tema del alcance. En mi opinión requiere un salto de fe. Es verdad que ves que tus respuestas salen las primeras en el hilo de respuestas del tuit en cuestión, sin embargo, no he notado que la interacción se haya disparado. Las primeras semanas vi en las estadísticas cómo mi alcance crecía asombrosamente, aunque claro, viniendo del permafrost, cualquier cosa era una mejoría sustancial. Aun así, repito, la sensación de que las interacciones eran mayores y relevantes no era tal. Siempre interactúan los mismos o con la misma gente. Es verdad que puede ser cierto que cada vez menos gente utiliza X o que ni siquiera interactúa.
Y aunque mi alcance ha crecido, en las últimas semanas parece haber tocado techo y las cifras son negativas, como podéis ver en la captura que ilustra este párrafo. Así pues, las dudas son bastantes. Creo que hay un componente más de creer que llegas a más gente, de que te ven más usuarios, que lo que ocurre en realidad.
2. Tasa de followers. Al igual que con mi alcance, al principio la ganancia de seguidores aumentó, tampoco de forma loca, ni lo esperaba. Soy consciente de que, además de la visibilidad, el contenido es importante para que alguien te siga. En las últimas fechas, lo mismo: estancamiento y números negativos. De hecho, las cifras de seguidores, aumentaban a un ritmo muy similar a cuando Twitter no te capaba. Por eso, me quedo con la sensación de que Musk ha gripado la red social para obligarnos a pasar por caja sí o sí.
3. El panel de estadísticas. No me ha decepcionado al 100 %, aunque de todos modos, como alguien acostumbrado a trabajar con dashboards de análisis de datos, esperaba algo más profesional y detallado por casi 20 euros al mes. Admito que aquí es una cuestión de expectativas.
¿Entonces qué?
Llegados a este punto, la pregunta obvia es si seguiré pagando. Como todo, la subjetividad prima por encima de cualquier otra consideración. Muchas de las cosas que he contado pueden no ser consideradas negativas por ti y viceversa.
Después de 60 días de uso, creo que Premium+ es demasiado caro para lo que ofrece. Da la sensación de que la versión freemium está demasiado capada y pagar 20 euros por volver a tener lo que tenías antes, sin observar una mejoría sustancial no merece mucho la pena. Hay cosas que me gustan, lo de editar posts lo voy a echar de menos, sin duda. Y no te digo lo de no ver publicidad, sin embargo, prefiero dejar de utilizar la aplicación a volver a pagar este dinero. Creo que la opción intermedia no merece la pena, porque si además de no darte un boost considerable en alcance e interacciones, tienes que ver algo de publicidad, sí que estás tirando la pasta.
Por tanto, he cancelado mi suscripción y en unos días volveré a ser un tuitero común y corriente, sin esa marca de verificación tan molona. De todos modos, si quieres seguirme puedes hacerlo en @pontxolo. Demuéstrame que 3DJuegos tiene más alcance que Premium+, anda.
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