La idea empezó a formarse en algún momento del último año, como una especie de herida que no puedes dejar de rascarte. Y hace unos días, mientras jugaba a Lies of P, ya no pude más que aceptarla: prefiero, y de lejos, a la FromSoftware del diseño de mapas interconectados; la From de abrir una puerta y darte cuenta que estás de vuelta en un escenario anterior; la From, en definitiva, que no hacía mundos abiertos.
Y me resulta aventurado decir esto, porque creo que todos somos conscientes de lo que ha supuesto Elden Ring y de que, con todo lo que ha vendido Dark Souls y sus demás juegos, ninguno está ni un poco cerca de alcanzar el fenómeno que ha sido su última obra. Es extraño, porque tengo la sensación de que, aunque sea el juego más comprado, no estoy solo en esto. Hay gente ahí fuera que piensa como yo, y preferiría que From volviera a su antigua estructura.
Tengo varias razones, de hecho. La más importante es que me gusta más su diseño. Pese a que el mundo abierto de las Tierras Intermedias le da una gran cohesión a todo su mapa y es capaz de añadir una ingente cantidad de contenido, el ritmo de un nivel con zonas interconectadas me parece mucho más estimulante. No hay en ellos ni un solo metro cuadrado de relleno, y todo forma una maravillosa y estudiada arquitectura que no solo apetece recorrer palmo a palmo, sino que se queda grabada a fuego en tu memoria tras recorrer todos sus rincones.
A día de hoy, todavía puedo repasar mentalmente el mapa del primer Dark Souls. Puedo cerrar los ojos e ir desde el Santuario del Enlace de Fuego pasando por el Burgo de los No Muertos hasta la Ciudad Infestada, volver a la Fortaleza de Sen y llegar a Anor Londo. Me cuesta algo más con Elden Ring, teniéndolo más fresco; por la sencilla razón de que su tamaño es casi inabarcable y se me mezclan algunos mapas y zonas que, a golpe de contenido, se me hacen en el recuerdo menos memorables.
Juego o DLC cada uno o dos años
También, y casi de forma egoísta, me gustaba más el calendario de lanzamientos de la From pre-Elden Ring. Pensadlo, desde Demon's Souls en 2009 hasta Sekiro en 2019 tuvimos seis juegos sin contar con los DLCs. Prácticamente cada uno o dos años teníamos algo de la compañía para seguir explorando. Elden Ring, en cambio, es un juego mucho más ambicioso, que da para más horas, sí, pero que cuesta mucho más hacer, siendo el que más retrasos ha generado en el ritmo de lanzamientos de From.
Podríamos argumentar que es porque es su primer mundo abierto, pero lo cierto es que, si nos fijamos en la industria del videojuego, las secuelas no tardan menos en llegar por mucho que aprovechen la estructura del original. Que se lo digan a The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, por ejemplo.
Elden Ring – Standard Edition
Y como punto final, tengo un ligero temor con el arrollador éxito que ha supuesto Elden Ring. Digamos que, si colocamos todos los juegos de rol en una balanza, en una punta estaría Elden Ring, con su alcance, su personalización de clases, sus posibilidades y su mundo abierto; y en otra está Sekiro, un juego mucho más cerrado, más directo, más centrado en hacer una sola cosa y hacerla bien. Y qué le voy a hacer, soy más de la fórmula de Sekiro; de esa que, creyéndote ya un experto jugador, te vuelve a hacer sentir torpe y que tienes que replantear tu modo de jugar. No solo eso: Sekiro es también sinónimo de experimentación. Fue recoger todo el legado de Souls y Bloodborne y decidir que se podía hacer algo nuevo. Algo distinto.
Estoy seguro de que, con todo, pese a que un Elden Ring 2 es más que seguro a estas alturas (pensadlo: Bandai Namco nunca ha vendido tanto con un solo juego, y encima una nueva IP), la From que sigue experimentando sigue ahí y nos deparará más sorpresas en el futuro. Vamos, que no todo va a ser Elden Ring a partir de ahora. Pero sí creo que construir estos gigantescos mundos, y más para un juego que no se apoya en la anterior generación, va a suponer un trabajo arduo, difícil y, sobre todo, largo. Es posible que esos ritmos de publicación de antaño no vuelvan. Y, como decía al principio, jugando a Lies of P me he dado cuenta de que los echo mucho de menos. Elden Ring me sigue pareciendo una obra maestra, pero a veces, menos puede ser mucho más.
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