Sentí mucha desconfianza cuando vi cómo Nintendo estaba promocionando su nuevo videojuego party, tanto que incluso llegué a pensar que debía tener una calidad por debajo de lo habitual. Nintendo suele cuidar sus lanzamientos, pero de vez en cuando tiene algún desliz reputacional. No descubro nada si os menciono algunos casos no muy lejanos, como los de AC Amiibo Festival o DK Barrel Blast. Por eso, y porque la compañía japonesa apenas había dado promoción a su nuevo lanzamiento (con una ausencia total en el último Nintendo Direct), me temía lo peor.
Es más, había rumores de que la producción de Everybody 1-2 Switch! había sido problemática, con pruebas que tildaron el juego de confuso y aburrido. Por suerte, no ha sido mi caso, ni tampoco el de la gente con que he tenido la ocasión de probar el título. Es más, dichas personas se han sentido incluso más entusiasmadas que yo por la propuesta de esta especie de secuela de 1-2 Switch, esta vez con la forma de concurso televisivo, con la posibilidad de que hasta un centenar de jugadores participen de manera simultánea. Un caos, pero un caos divertido… y que supone un logro en muchos sentidos
Un juego party diferente, aunque con cosas mejorables
Lo que más me ha sorprendido de Everybody 1-2 Switch! es precisamente una de las características a las que había prestado menos atención: jugar con el móvil. Si recordáis el anterior 1-2 Switch, estaba muy orientado a aprovechar las funciones de los Joy-Con, sirviendo como demo técnica de sus posibilidades. Ahora siguen sirviendo como controladores principales, permitiendo que hasta 8 jugadores simultáneos se diviertan en varios minijuegos. Sin embargo, cuando el juego muestra su verdadero potencial es cuando todo el mundo saca su smartphone y lo vincula al videojuego.
Es un proceso más sencillo de lo que me había imaginado. Ya sabéis, Nintendo tiene sus cosas y es fácil desconfiar, pero tengo que decir que el proceso de vinculación es sobresaliente. Aparece un código QR y solo debes escanearlo con tu teléfono, acceder a una pantalla para escribir tu nombre y ponerte a jugar. Los minijuegos están perfectamente adaptados a esta novedosa funcionalidad, que permite la friolera de 100 jugadores simultáneos. Desde esta perspectiva, es un juego ideal para aquellos que no dispongan de Joy-Con adicionales en casa, así que está muy bien pensado.
¿Y qué proponen los minijuegos? Pues un poco de todo. Los hay que son brillantes y otros que resultan muy reguleros. Por ejemplo, hay uno que me encanta (Color Shoot), y consiste en hacer fotos de objetos que se acerquen lo máximo posible a la tonalidad de color que se muestra en pantalla. Dispones de unos pocos segundos para moverte por la habitación con tu móvil, apuntar y disparar, para que después la CPU interprete lo mucho o poco que te has acercado al objetivo.
Luego hay uno también muy interesante (Ice Cream Parlor), que propone hacer anotaciones en tu móvil sobre los pedidos de helados que van haciendo una serie de niños. A continuación, se te van haciendo una serie de preguntas basadas en las notas que has tomado. Igualmente, hay un juego de escondite inglés (Statues), en que un niño canta contra una pared a distintos ritmos. Mientras no mira, debes agitar el controlador para avanzar hasta la meta, y mantenerte completamente quieto cuando dirige su mirada hacia nosotros. Está muy logrado.
Sin embargo, no todo está igual de trabajado. Hay un minijuego de sentadillas al que es difícil encontrarle la gracia, y luego entre medias hay actividades con las que no se han estrujado demasiado la cabeza, como la patata caliente. El conjunto está desbalanceado, con pruebas que gozan de mejor o peor suerte. Hay un concurso de preguntas que tiene en cuenta no solamente si aciertas, sino lo rápido que eres escogiendo respuesta. Y tenemos hasta un bingo que aunque sea un clásico, lo cierto es que me ha fascinado lo bien que está resuelto.
Quiero detenerme aquí en concreto para contarte dos detalles que me han encantado. Uno es que tienes la posibilidad de crear tu propio concurso de respuestas, usando el móvil para escribir preguntas al vuelo. Y el otro es que el bingo puede jugarse igualmente con tu móvil, teniendo la papeleta de números en tu pantalla. Hasta que no tienes el juego y lo ves, no te das cuenta de su potencial. Es un juego party conceptualmente ambicioso, pero sin los contenidos suficientes como para convencerme del todo.
Ese es el mayor problema que veo a Everybody 1-2 Switch!: tiene pocos minijuegos y modalidades. La opción de competir en equipos está genial, e incluso puedes jugar 1vs1 y pasártelo bomba, pero no todas las pruebas están al mismo nivel, y la sensación final es que al par de tardes ha perdido gran parte de su interés. Le falta rejugabilidad, un factor imprescindible en cualquier título party, pero aun así me parece un lanzamiento muy interesante, que aparece a precio reducido. Por supuesto, hay mejores opciones en Nintendo Switch, aunque no tantas con un planteamiento tan fresco, y eso también es justo reconocerlo.
Everybody 1-2 Switch! posee un planteamiento party original y que particularmente me ha sorprendido por dos cuestiones. Una es su versatilidad para admitir cantidad de jugadores haciendo uso de la integración del teléfono móvil, que funciona sensacional. La otra es el ingenio para plantear algunos minijuegos brillantes, que si fueran más numerosos hablaríamos literalmente de un juego magnífico. Pero no ha sido así. Lo nuevo de Nintendo adolece de contenidos y un reparto de experiencias irregular que hacen que la fiesta propuesta se sienta divertida… pero incompleta.
Comprar Everybody 1-2 Switch!- Gran versatilidad para jugar, ya sea con Joy-Con o con el smartphone, y hasta con 100 usuarios.
- La integración del teléfono móvil como controlador está bien resuelta.
- Poca cantidad de minijuegos, algunos brillantes y otros poco inspirados.
- Buena presentación, con un cuidado doblaje en español.
- El potencial rejugable del videojuego es bajo: pierde interés rápidamente.
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