Se supone que los videojuegos de granja han de invitar al relax. Aún recuerdo aquella vez que descubrí mi primer Harvest Moon para Super Nintendo. Obsesionado como estaba con salvar el mundo con cada JRPG que caía en mis manos, Harvest Moon supuso un agradable cambio de paradigma. Qué bien se estaba con mis vaquitas y quitando las piedras de mi huerta.
Desde entonces, me sentí muy cómodo con los juegos de cultivar. Incluso me lo pasé genial con Harvestella, una joyita que mezcla granjas con mazmorreo y rol japonés. Recientemente, también devoré con una sonrisa Story of Seasons: A Wonderful Life. Pocas cosas me gustan más que "jugar lo costumbrista", perder tiempo regando y contemplar el cambio de estaciones en mi pueblo.
Por el placer que me dan este tipo de título, recibí Fae Farm con alegría. Sus primeras horas me funcionaron muy bien, como comenté las primeras impresiones de Fae Farm. Este es un videojuego de granjas, pero en el que también hay que seguir una historieta, hacer mucho mazmorreo, descender por los pisos de cuevas, combatir, pelear y usar la magia. Sí, la magia de las hadas. Porque Azoria, el mundo de juego, está repletito de hechizos, espíritus y hadas.
Fae Farm es un mix entre ideas de MMO ligero, rol y granjas
Su construcción narrativa, y la forma en la que sus sistemas conectan los cultivos con la exploración, separan totalmente a Fae Farm de otros títulos como Story of Seasons. Por lo general, un juego de este género te invita a que tú marques el ritmo. Cultivas a tu aire, pescas a tu ritmo… Y de repente quieres ampliar tu casa, tu almacén o comprar una segunda vaca. Eso activa los resortes narrativos del juego y hace avanzar la trama. Sin embargo, esta no deja de ser una cosa sencilla que solo sirve para contextualizar el mundo, las estaciones y a sus habitantes.
Pero Fae Farm no es así, va al revés. Aquí hay una historia. El juego tiene ganas de explicar su mundo, el motivo de su magia y sus mitos. Lo divide todo en capítulos y lo compartimenta en un sinfín de tareas. Eso hace que Fae Farm se sienta más JRPG que otra cosa. No llega a ser un Harvestella. No hay un gran viaje increíble ni nada por el estilo, sino que toda esa exploración y ese tono rolero se concentran en el pueblo y sus alrededores.
Al tomar esta decisión de diseño, ocurre una cosa: sus habitantes no te dan esa sensación de estar vivos, de tener unas rutinas o unas inquietudes como sí suele ser habitual en estas producciones. Se comportan de una manera muy parecida a los habitantes de un pueblo de un JRPG. Están más o menos quietos y no paran de darte tareas y más tareas… y más tareas. Así que el viaje funciona así: te levantas de tu cama, cosechas porque tienes que subir de nivel tu huerto, te vas a una mazmorra para llegar a niveles nuevos porque te lo ha pedido otra persona, y luego regresas a por la recompensa. Repite el bucle y a por otro capítulo.
Fae Farm está muy guiado por sus misiones e historia
Esto le aporta a Azoria unas sensaciones extrañísimas. Juro que me he sentido como protagonizando el Show de Truman. Todo el mundo estaba ahí para mí, siempre sonriéndome, siempre dispuestos a ser mis amigos, fingiendo tener una vida pero sin que yo pudiera ver cómo la tienen. Se comportaban como personajes random de JRPG, pero con actitud propia de un juego de granja. Y no paraban de darme tareas.
Esta mezcla también genera momentos curiosos que no me acabaron de convencer. En un título de granja mola fijarse horarios y rutinas. Cultivo un poco, trabajo un poco y me programo la hora para regresar a casa, acostarme y dormir. Pero en Fae Farm eso no va así. Tú trabajas y grindeas hasta la hora de irte a dormir, pero el juego no te anima a regresar a casa, sino a seguir trabajando hasta caer extenuado, es el título el que te devuelve a la cama. Me sentí como en esas imágenes de desarrolladores japoneses obligados a dormir debajo de su escritorio en épocas de crunch.
Fae Farm está repleto de este tipo de atajos y ayudas que se supone que son de calidad de vida, pero a mí me parece que le arrebatan lo que más adoro estos títulos: las dinámicas disfrutonas, los momentos verdaderamente cozy y relajantes. La magia de la que puedes hacer uso, y que desbloqueas a las pocas horas de juego, hace que puedas regar mucho más y a más velocidad, a que tales a toda pastilla, a que siembres a lo loco. Y entre eso, los millones de tareas que lideran la narración, y detallitos con la gestión del descanso, yo no he conectado con el espíritu del juego. No quería hacerlo todo bien, más lindo o relajarme. Quería acabar antes, ser más productivo y eficiente. Quería grindear.
Fae Farm te premia con ayudas para que lo hagas todo de modo más eficiente
No digo que sea un título malo, para nada. Tampoco que este concepto sea pésimo. Fae Farm es una muy interesante forma de mezclar rol y granjas guiados por misiones y una trama, facilitando las interacciones para hacer mucho más en mucho menos tiempo. Hay mucho buen hacer en este título e ideas geniales. La que más me ha gustado es cómo que se relaciona nuestro rendimiento con la decoración y la construcción de nuestra granja. Tu personaje crece cuando crece su hogar. Si está mejor decorado y es más confortable, será más feliz y rendirá mejor.
Pero cuando más he disfrutado de Fae Farm ha sido cuando me olvidé de seguir el hilo conductor de la historia, cuando dejé atrás las mazmorras y de “entregarle cinco pescados asados a Pepé porque le pirran”. Cuando tomé esa decisión, regresé a mi huertito, le compré unos cuantos animales a una señora de la montaña, los metí en su casita y me dediqué a acariciarlos todos los días.
Luego compré unas semillas de nabos y de judías. Activé el cómodo sistema de diseño de campos de Fae Farm y lo dejé todo a mi gusto. Decidí yo la hora a la que mi personaje se iba a dormir, cuándo se despertaba y qué quería hacer de su vida. Y ahí sí gocé el título porque, además, tanto su acabado técnico, dulce y suave, así como su buen rendimiento en Switch en modo portátil, animan al disfrute estético.
Fae Farm es bonito, rinde bien y tiene una BSO adorable
Pero nada es perfecto, mi paz no duró. El problema es que el juego te pone muros artificiales para poder avanzar. Entiendo que para construir algo necesites cinco troncos de haya, pero no que tengas que alcanzar el nivel 4 de cultivo. Ese es un requisito externo a la naturaleza del juego, poco orgánico, y que te obliga a someterte al bucle de misiones, tramas y combates necesarios para avanzar.
Por eso, creo que Fae Farm gustará mucho a las personas que le van los ritmos de un MMO o de juegos como Final Fantasy Crystal Chronicles. Porque si eso te gusta, recibirás de muy buen grado cómo a eso se le añaden sus sistemas de “granjas aceleradas”, que para esos jugadores sí están excelentemente pensados. Además, el juego admite hasta cuatro jugadores disfrutando a la vez de su exploración y peleas. Bajo esa perspectiva, Fae Farm sabe ser muy adictivo. Acabas construyendo una granja preciosa y grande, el mundo se expande de forma divertida, y recompensa sin parar y mucho todos los esfuerzos que haces. Sin embargo, a mí, el exceso de tareas y sentir que la narrativa me metía prisa, me provocó una disonancia en el coco bien fuerte. Cuestión de gustos.
Fae Farm tiene una mezcla de ritmos curiosa entre JRPG, aventura, mazmorreo y juego de granjas. Personalmente, creo que el mix ofrece un juego disfrutable, pero no para todos los jugadores. Me parece idóneo para que a alguien que le guste la exploración, las peleas y el grindeo se anime a probar, por fin, su primer juego de granjas. Pero me temo que los apasionados de este género, como es mi caso, echarán de menos algo más de confort y de sentir que el juego les deja perder el tiempo a gusto. Esta sensación se hace mucho más suave hacia el final del título, pero siempre está ahí.
Comprar Fae Farm- Fae Farm es perfecto para ser tu primer juego de granjas si te gustan los MMO.
- Su rendimiento en Switch es bueno, aunque tiene demasiados tiempos de carga.
- Su combate es efectivo pero sencillo. Las mazmorras se hacen algo repetitivas.
- Es muy flexible, te permite crear campos de cultivo a tu gusto.
- La decoracion tiene un puntito Animal Crossing.
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