En 1998, antes de que la película El Show de Truman ofreciese su distópica propuesta televisiva, y dos años antes de que intentásemos replicarla con Gran Hermano, un productor japonés tuvo una idea: encerrar a una persona en una habitación sin comida ni ropa y grabarlo todo hasta que se dé por vencido.
El programa fue la primera edición de Susunu! Denpa Shonen, un famoso reality de la televisión japonesa que lidiaría con ideas extremas como hacer que una pareja viajase hasta la otra punta del mundo haciendo autostop, o dejar a sus concursantes aislados en una isla con la intención de que sólo salgan de allí creando una balsa con sus propias manos. Aquella emisión inicial, sin embargo, fue la más dura de todas.
El Show de Truman más cruel
Con la promesa de alcanzar la fama, Tomoaki Hamatsu acude al casting de un nuevo programa y lo único que se le explica es que tendrá que estar encerrado en una habitación hasta conseguir bienes por valor de un millón de yenes, unos 6.000 euros al cambio actual, a base de participar en concursos de revistas.
Más allá de agua, una ducha, un WC, un pequeño hornillo para cocinar y el teléfono que necesitará para participar en los concursos, todo lo demás deberá ganárselo. La ropa también tendrá que ser parte de sus premios, claro.
Sabe que hay una cámara en la habitación, pero le aseguran que hasta que no termine el concurso no se decidirá qué ocurre con las grabaciones, así que tras desnudarse, se dispone a luchar por intentar conseguir algo que llevarse a la boca. Son varios los premios que termina acumulando con el paso de las semanas, desde revistas hasta videojuegos que no tiene dónde jugar, pero la comida siempre es algo que se le resiste.
Cuando tiene suerte y gana algo con lo que nutrirse, termina siendo un paquete de arroz que debe comer crudo porque no tiene utensilios donde cocinarlos, así que empieza a experimentar con objetos comunes y plásticos de envoltorios para poder llevarse algo decente a la boca. Lamentablemente, termina acudiendo a comida de perro para alimentarse.
Más de 17 millones de personas
Tras varios meses en la habitación, alcanza el objetivo y lo trasladan a otra habitación. Ahora está en Corea, y debe seguir concursando para poder volver a casa. Cuando en apenas dos meses consigue ese nuevo objetivo, la organización lo modifica y ahora demanda que siga sumando para conseguir un billete de primera clase. Al hacerlo también, vuelven a trasladarlo, esta vez a Japón.
Mientras está en un nuevo cuarto, al que también llega vendado, las paredes de la casa se caen dejando a la vista que está rodeado de un público que ríe sin cesar. Llevaban 15 meses emitiendo su día a día por televisión y ofreciendo un canal 24 horas a través de internet sin que él lo supiera. Tal y como prometieron, le habían convertido en una estrella capaz de arrastrar una audiencia de 17 millones de personas. Casi más gente que el final de Juego de Tronos.
En todo momento se escudan en que la puerta de los apartamentos en los que estuvo siempre estuvieron abiertas y él podría haberse ido en cualquier momento. Él no lo hizo porque confiaba en que podría ganar el concurso, pero desconocía que estaban emitiéndose todas sus penurias y que, sin ropa que ponerse, le habían estado tapando sus partes con una berenjena, uno de los muchos chistes vejatorios del programa en los que comparaban su cara con la fruta y que, a la larga, ha dado forma al uso que le damos al emoji y su significado.
Aunque el documental The Contestant que repasa lo ocurrido se estrenó en Hulu el pasado 2 de mayo de 2024, se desconoce cuándo llegará a otras plataformas de streaming, pero tal y como ha ocurrido con otro programas como Shogun, es probable que pronto podamos verlo en Disney+. Promete ser una de esas emisiones que marcan época.
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