Seguro que esto también te pasa a ti. Todos somos capaces de tener claro si un juego nos va a gustar o no al cabo de unas pocas horas de juego. No me refiero a valorarlo, ponerle nota o dedicarle un artículo, pero sí a intuir si ese juego es para ti o no. Llegar a esta conclusión es especialmente fácil con videojuegos que son obviamente buenos, y también con los son un desastre manifiesto.
Es un placer encontrarse con un título que es para ti, sin ninguna duda, y es decepcionante que acabe en tus manos uno del que no quieres volver a saber nada. Esto lo tenemos clarísimo, pero, ¿no te flipa empezar a jugar a un título que te tiene confundido? Me refiero a un videojuego que es tan raro, tan, tan, tan extraño, que no sabes si es bueno por original o si es terrible por lo mamarracho que es. Pues, bien, en ese punto estoy yo estos días con SaGa Emerald Beyond.
Este JRPG me está entrando genial porque lo noto sin complejos. Tiene una frescura absurda, rota y tan punk que me recuerda a un juego de Hidetaka Suehiro. Toma decisiones súper arriesgadas que sabe que no gustarán, pero que acaban funcionando si te entregas a ellas. Me refiero a que toda la narración es visual novel, le importa bien poco no tener coherencia interna en su historia, perderla y recuperarla más adelante. Su exploración no es a través de un mapa, sino que tu personaje se desplaza a través de un tablero, de hito en hito, como si fuera un juego de mesa.
Si buscas un JRPG loquísimo, este es para ti
Su combate es por turnos, pero es más raro que una reflexión del prota de Deadly Premonition. Primero elegimos todas las opciones de ataque de nuestro escuadrón. La gracia está en que cada acción ocupa un lugar concreto en un orden de turnos. Si todos tus personajes coinciden uno tras otro se produce un combo, si se ordenan de dos en dos otro distinto, si… La verdad es que me ha recordado mucho al póker. Hay que elegir tu jugada para hacer parejas, dobles parejas o full. Cada una de estas acciones tiene un consumo de estrellas, y por cada turno que pasa se te da una más. Es algo parecido al sistema de maná de Hearthstone.
Para rizar más el rizo, SaGa Emerald Beyond no te cuenta una única historia. Has de elegirlas de una en una de entre las de todos los personajes que hay, ¡y menudo elenco de bichos raros! Hay un vampiro inmortal que acaba muriendo y viaja a otra dimensión, una policía americana que acaba desplazándose a un mundo paralelo para enfrentarse a un dragón… Con todos estos elementos, SaGa Emerald Beyond logra tenerte enganchado porque sabe pillarte siempre desprevenido.
No es que este juego provenga de una IP nueva. SaGa Emerald Beyond es parte de SaGa, una serie de JRPG japoneses producidos por Square-Enix que siempre han apostado por lo mismo. Su narración es no lineal, no hay tanto épica como en Final Fantasy, pero sí personajes con historias propias que viven a través de mundos interconectados. Aquí sucede lo mismo, existe un espacio en el que se mezclan todos los universos de las historias. Hay que leer, combatir, tomar alguna pequeña decisión, subir de nivel y dejarse llevar por lo que el juego te quiere contar.
Por desgracia, SaGa Emerald Beyond llega en inglés
Llevo jugadas ya unas cuantas horas a SaGa Emerald Beyond. Lo estoy disfrutando en Nintendo Switch. El rendimiento no es malo, pero sí que la resolución no es la mejor y los tiempos de carga son algo elevados. Sigue sin convencerme de todo el título; es decir, todavía no me atrevo a ponerle un anillo y jurarle amor eterno, pero me apetece mucho seguir echándole horas.
El combate me gusta y muestra una buena evolución. No me convence demasiado la navegación por su historia, pero sí que me tienen atrapado las tramas tan absurdas que el juego me hace vivir. Eso sí, por desgracia, el título está en inglés.
Por ahora, puedo recomendar este juego solo a esas personas que, como yo, aman los JRPG muy japoneses y muy extraños. SaGa Emerald Beyond tiene esas vibes de esos títulos extrañísimos de Super Nes que no habían salido en España, que un amigo encontraba en las partes más oscuras de internet, y que nos recomendaba que probásemos no sin antes hacernos cien advertencias. ¿Es café para muy cafeteros? Sí, pero a veces es de eso de lo que nos apetece tomarnos una buena taza.
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