Siento fascinación por todas las historias y leyendas que rodean el mundo submarino. ¿Qué se oculta en lo más profundo de los océanos? ¿Qué criaturas habitan en todas esas zonas terriblemente oscuras que ni tan siquiera somos capaces de explorar? No lo puedo evitar. Si un videojuego me propone sumergirme bajo las aguas para vivir una gran aventura, ahí estaré yo, el primero, listo para dejarme sorprender. Más si tiene unos gráficos tan vistosos como Under the Waves, que por momentos te hipnotiza con la enigmática belleza de sus escenarios submarinos. Es un juego realmente bonito que da gusto explorar, pero no temas porque es algo más que "una cara bonita"; la típica aventura narrativa con poco que hacer más allá de avanzar hacia delante. Sin ser extremadamente complejo, este juego editado por Quantic Dream te invita a sortear obstáculos y cumplir tareas rutinarias mientras cumples las órdenes de una gigantesca empresa petrolera que te ha enviado a vivir bajo el agua en la más absoluta soledad… si no fuera porque un viejo conocido, que es también tu superior, te acompaña con su voz durante las incursiones al fondo marino.
Es inevitable pensar en el fantástico Firewatch una vez te pones manos a la obra por la propia relación que existe entre ambos protagonistas, pero más allá de eso, Under the Waves sigue su propio camino para contar una historia sobre recuerdos traumáticos y cómo sobrellevarlo que no está nada mal, aunque al final de la aventura, al menos a mí, se me hizo algo pesada por reiterar una y otra vez las mismas ideas y reflexiones. Aún así es una buena excusa para perderse por un escenario que está diseñado como un mundo abierto bajo el mar, y que desde casi el principio ya puedes explorar en su totalidad a bordo de un pequeño submarino, o bien por tu cuenta, buceando. Sea como sea, el equipo de Parallel Studio consigue que quieras perderte en el fondo marino ya sea para admirar las vistas, o explorar las zonas de interés que hay repartidas por el mapa con recompensas como nuevos cosméticos para el traje de buzo de Stan, objetos decorativos para su acogedora casa submarina, o planos para crear objetos y mejoras al más puro estilo RPG.
Un trabajo rutinario al que cuesta resistirse
Más allá de quedarte sin oxígeno o destrozar el submarino a base de golpes y más golpes contra todo lo que te rodea, no esperes encontrar en Under the Waves criaturas que te obliguen a pelear o correr (nadar) por tu vida. Sin embargo ocurre algo curioso y es que sabiendo que estamos en una aventura narrativa, esa sensación de "peligro" está presente cada vez que te adentras en una gruta en las profundidades marinas, o exploras alguna de las instalaciones petrolíferas de la empresa que paga tu nómina. Tampoco cambian mucho los objetivos ni especialmente la forma de resolver estas tareas, pero el viaje es tan interesante y todo cuanto te rodea es tan hipnóticamente bello que lo haces con gusto, disfrutando de cada segundo bajo el mar.
No esperes encontrar en Under the Waves criaturas que te obliguen a pelear o correr (nadar) por tu vida
Si vas directo al grano es posible completar la historia en unas seis horas, pero mi partida ha superado las nueve horas porque en ese viaje del punto A al punto B no dejaba de abandonar el submarino para explorar los barcos, aviones y otros símbolos de nuestro mundo que acabaron perdidos en el fondo del mar. Incluso las labores más rutinarias como recoger plástico y otros residuos ocuparon gran parte de mi aventura, no tanto porque fueran necesarios para crear recursos y mejoras, que por supuesto, sino más bien, porque realmente disfrutaba nadando y explorando todos estos escenarios. Ponte en situación.
Vas tan tranquilo con tu pequeño batiscafo… y de repente te encuentras en lo más profundo de una cueva un gigantesco submarino de la Segunda Guerra Mundial. ¡Y tienes que entrar para investigar! Por lo general te basta con buscar una grieta por la que colarte, pero en este caso en particular necesitas volar la esclusa con un explosivo adhesivo que si no tienes en tu inventario, te toca fabricar en los talleres de crafteo. ¿Listo? Ya en el interior, tal vez te toque interactuar con válvulas para aumentar o reducir la presión; o puede que tengas que buscar el interruptor que abra una puerta bloqueada, o simplemente explorar en la oscuridad para localizar un objeto concreto necesario para cumplir tu misión. Como decía las misiones de Under the Water no son nada complejas, pero siempre van acompañadas de una gran puesta en escena y alguna que otra conversación / reflexión que anima a seguir adelante. Además el control de Stan se siente cómodo, aún cuando a veces es fácil quedar bloqueado en algunas puertas o zonas con poco espacio.
Las misiones de Under the Water no son nada complejas, pero siempre van acompañadas de una gran puesta en escena
Sobre los objetos que puedes usar, no hay muchos pero tampoco sientes que falte nada concreto. Tienes oxígeno para cuando estás mucho rato fuera del submarino; también bengalas ideales para ver en la oscuridad, bidones de combustible para el batiscafo y cajas de herramientas para repararlo en caso de accidente; también minas, baterías y balizas para marcar lugares de interés. Nada especialmente original, pero como digo, suficiente para que la aventura no se vuelva excesivamente repetitiva y simple nada más comenzar. Además hay también planos ocultos con mejoras que harán más sencillo tu viaje, como un mayor depósito de oxígeno o la posibilidad de añadir turbinas al submarino. Aventura, puzles, RPG, supervivencia y crafteo… por separado no destaca en nada pero la suma de todas sus partes convierten a Under the Waves en un juego de lo más interesante.
En defensa del medioambiente
Hay algo idílico en las primeras horas de juego. Vives rodeado de peces, tortugas o incluso ballenas que gozan de la libertad en un mundo más o menos puro. Hay plástico, hay basura… pero en general, la naturaleza prevalece. Sin embargo no todo podía ser como un cuento de hadas cuando una gran empresa petrolera opera en el lugar, y justo ahí encontramos otro de los pilares de Under the Waves: su mensaje en defensa del medioambiente. Una fuga de petróleo, vertidos tóxicos o hasta el cargamento perdido de un barco son incidentes que no hacen sino reforzar una idea que Stan se repite desde el mismo arranque de su viaje submarino: UniTrench y por ende el resto de petroleras -y los humanos en general- no son conscientes del daño que provocan al medioambiente, y en cierto punto, su mensaje cala hondo porque tú mismo ves las consecuencias de estos desastres. El problema es que a veces el juego peca de ser poco o nada sutil a la hora de lanzar estos mensajes, apoyados por una ONG real llamada Surfrider Foundation que se deja notar en el juego con una serie de mensajes escritos que hablan de su labor en la vida real.
Es encomiable que un juego haga visible un problema como el de la contaminación de los mares, pero la sutileza no es su mayor virtud y esto puede sacarte de esa fantasía que es explorar el mundo submarino de Under the Waves. A veces Stan parece más un altavoz que recita datos en lugar de una persona tan dolida que ha optado por aislarse del mundo para superar sus problemas. Y eso que la interpretación del actor (en inglés) es bastante buena. La versión de PC a la que he jugado también tenía unos cuantos bugs que afeaban la experiencia, con fallos gráficos sobre todo en el hábitat donde acabas cada día, problemas con la música que llega a sonar tan fuerte que casi tapa las voces de los protagonista, y también algún cuelgue esporádico. No es nada grave, pero se nota que le faltan algunos retoques. Por todo lo demás, como te contaba, Under the Waves es uno de esos juegos que entran por los ojos.
Su pequeño mundo abierto es increíblemente bonito y tiene un par de momentos con los que es fácil deslumbrarse. Cómo no hacerlo cuando ves una gran ballena nadando sobre tu cabeza, o tú mismo interactúas con tiburones, tortugas y otros peces. Se nota que hay mucho cariño en el diseño de este mundo submarino, que cuenta además con una buena variedad de localizaciones. Me encanta por ejemplo el efecto que genera ver zonas del mapa cubiertas de petróleo, porque sientes impotencia al ver cómo destruye algo tan precioso como el lecho marino. La música también acompaña bien a esta historia retrofuturista que nos transporta a un 1979 alternativo, donde vivimos con un ordenador parlante al que no le resulta incómodo decir que "la empresa vigila cada palabra que dices por tu seguridad", o que los sindicatos son malos para el empleado.
Tenía muchas ganas de perderme en las profundidades marinas de Under the Wave y lo cierto es que la experiencia no me ha decepcionado. Hablamos de un juego increíblemente bonito cuyo mundo abierto da gusto explorar, aunque solo sea por admirar las vistas. Pero también es un juego que tiene algo que contar, y aunque no siempre acierta en las formas, es fácil que su mensaje cale. Con una pizca de RPG, de juego de supervivencia y aventura narrativa, la suma de todas sus partes convierten a esta producción de Quantic Dream en uno de esos juegos que terminas recordando con cariño al final del año.
- Hay montones de coleccionables y hasta dos finales por desbloquear
- En cualquier momento puedes salir del submarino para explorar zonas de otro modo inaccesibles
- Explorar tiene recompensas en forma de mejoras para el vehículo y tu traje de buzo
- La ONG Surfrider Foundation que lucha por la defensa del hábitat marino ha colaborado en el desarrollo del juego
- La versión analizada tiene algunos bugs que afean el resultado final
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