Parece que los juegos del género metroidvania no tienen límite en cuanto a ideas, porque no dejo de sorprenderme por la cantidad de nuevas propuestas que van apareciendo. La última que he tenido la oportunidad de conocer es, de hecho, una de las más curiosas. Se trata de un juego liderado por Raphael Granier De Cassagnac, un experto en física nuclear y de partículas que está involucrado en varias investigaciones a nivel internacional. ¿Su último desafío? Crear un juego que combine su pasión por la ciencia y la narrativa.
Eso es Exographer, un metroidvania que nos pone en el lugar de INI, un misterioso protagonista que debe llevar a cabo una misión de rescate en un planeta abandonado. Sabemos que una antigua civilización estuvo habitando tan intrigante lugar, y nuestro es el cometido de averiguar todo lo posible sobre su tecnología y una extraña materia que está invadiendo sus diferentes localizaciones. Todo en un esquema de juego donde hay exploración, plataformas y puzles. Si te interesa la propuesta, sigue leyendo porque es una propuesta para nada convencional.
Un metroidvania basado en la ciencia
He de reconocer que mi primera toma de contacto con Exographer no fue nada espectacular, y de hecho os habrá pasado lo mismo al comprobar los pantallazos que acompañan a este texto. Su pixel-art puede llegar a ser bonito en ciertas ocasiones, pero no deslumbra. Al fin y al cabo, hay que situar a este juego en un contexto de desarrollo, el de que está hecho por seis trabajadores de la Escuela Politécnica de París que decidieron montar su propia desarrolladora de videojuegos: SciFunGames.
Y este es el resultado. No es un serious game, pero sí un título con el que los creadores nos han manifestado que quieren causar cierto interés por aspectos científicos: "Si juegas y después vas a buscar en Internet lo que significa un determinado poder, me daré por satisfecho". Así se expresaba Granier De Cassagnac por los objetivos de su videojuego, cuyo rasgo más peculiar es que los seis poderes que obtenemos durante la aventura están basados en descubrimientos científicos reales.
Las botas de gluones nos permiten caminar por paredes o techos, mientras que la esfera de fotones hace que nuestro protagonista pueda atravesar elementos del escenario. Se trata de habilidades que vamos obteniendo a medida que progresamos (con una esencia muy Metroid), mientras exploramos los 20 niveles disponibles, localizados en un total de seis atmósferas diferentes, que según me han comentado dan para cerca de 15 horas de duración, lo cual no está nada mal para un desarrollo de esta magnitud.
En cualquier caso, que nadie se piense que es un juego para aprender, sino que está diseñado para disfrutarlo con una jugabilidad que tengo mucho interés de comprobar hasta dónde puede llegar. En principio, me llaman mucho la atención los poderes y lo que puedes hacer con ellos, así como la posibilidad de hacer fotos del decorado y así poner en práctica la resolución de varios puzles. Sé que suena críptico, pero es que hay cosas muy únicas en este título, y es algo que puede jugar en favor de un metroidvania que quiere salirse de lo convencional.
¿Que cuál es la razón para creerlo? Que no tiene combates, o al menos yo no he visto ninguno. La jugabilidad de Exographer se basa enteramente en saltar, usar tus poderes, hacer fotos y resolver bastantes puzles. No es un mal planteamiento, siempre que estos ingredientes funcionen y propongan retos satisfactorios. ¿Lo hace? Pues eso ya no puedo asegurarlo, al menos hasta que lo pruebe. Desde luego, sus propuestas no son escasas, con 9 científicos a los que rescatar, 17 pixules a recolectar (son partículas elementales reales) y un total de 139 imágenes que desbloquear.
Todo está acompañado por la banda sonora de Yann Van Der Cruyssen (de Stray y Cave Story), con lo cual no hablamos de un juego hecho por aficionados, sino que tienen cierto bagaje dentro de la industria del videojuego. Eso sí, en este caso acompañado de un fuerte énfasis en la ciencia y en hacer que nos interesemos -aunque sea un poquito- en la física de partículas. Desde luego, no es un tipo de metroidvania que estemos acostumbrados a ver, por lo que merece la pena que lo sigamos de cerca y comprobemos su calidad a lo largo de este 2024.
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