Creo que se habla demasiado poco hoy día de Another World, pese a ser uno de los padres fundadores del videojuego. Por suerte, son muchos los desarrolladores que no olvidan la obra de Eric Chahi. En algunos juegos captas su homenaje en ese gusto por el mutismo, el ensayo y error y el gráfico simple, pero elegante, como Inside. A otros con homenajes directos como esas babosa que caen del techo en Little Nightmares.
Planet of Lana tiene mucho también de todo esto, e incluso homenajea a uno de sus momentos más tensos: la persecución del león negro del principio. El resto es todo suyo: Lana busca explorar más la vertiente del puzle físico y plataformero que la de la acción, y se agradece porque cada una de estas píldoras en forma de pequeños escenarios en los que tendremos que ingeniárnoslas para avanzar. No estaremos solos, sino que contamos con la ayuda de un pequeño y adorable animal que, si he aprendido lo suficiente de su extraño idioma, se llama Mui (y que me recuerda a los MuiMui de Locoroco).
Planet of Lana me ha terminado conquistando por este diseño de puzles basado en algo muy peligroso, pero que a un determinado tipo de jugador como yo le engancha bastante: el ensayo y error. Vas a morir muchas veces, y de formas muy diversas, porque la solución se basa en la experiencia previa, en probar distintas combinaciones y movimientos, hasta que aprendes cómo escapar del peligro y seguir avanzando.
Un planeta de belleza
Pero antes de que llegue eso, Lana ya te ha entrado por los ojos. Es un título innegablemente hermoso, construido con una buena mezcolanza de herramientas bidimensionales y tridimensionales para darle una textura artesanal a sus vivos colores, su cielo y su naturaleza; mientras que las distintas capas del escenario y los personajes se asientan bajo un sistema de físicas que refuerza los puzles. Es difícil no quedarte embobado mirando a sus fondos a medida que el paralaje va moviendo los entornos a distintas velocidades. Y aunque Planet of Lana se mantiene siempre bonito, hay otro factor que diría que es casi más importante: es también un juego encantador.
La historia no parece muy original: Lana es una chica que vive en un planeta lleno de naturaleza junto a su tribu, hasta que aparecen unas máquinas que, cual Guerra de los Mundos, empiezan a "cosechar" a las personas y, entre los habitantes de su poblado, a Ilo, el mejor amigo de Lana. En nuestro viaje para rescatarlo, descubriremos sin embargo que hay mucho más oculto bajo la superficie, con algunos secretos que parecen haberse perdido en el tiempo.
Pero, con todo, sigue siendo el viaje el gran protagonista y, como el meme, "los amigos que hacemos por el camino". Lana conoce a Mui, una criaturita con la que establece una firme relación de amistad para protegerse el uno al otro y superar lso obstáculos del camino. Muy extiende las posibilidades y es el verdadero protagonista de buena parte de sus mecánicas. Con Lana podemos saltar, agacharnos, balancearnos por cuerdas o nadar, por ejemplo; pero es Mui quien le da un giro al juego para crear situaciones en las que coordinar a los personajes para distraer enemigos, activar interruptores o manipular en entorno de formas muy imaginativas.
Y, más allá que el factor lúdico, es el alma del juego. En Planet of Lana no se dice mucho. Apenas unas palabras que sirven como órdenes a Mui para decirle que te siga, que se pare o que vaya a algún lugar. Y pocas veces han significado tanto. Se nota que el estudio Wishfully pertenece a la escuela de Fumito Ueda y del Team Ico, pues en ese diseño por sustracción a veces se dice mucho más. La amistad de estos personajes se refuerza con cosas tan sencillas como variar el tono de la palabra "olai", que significa "sígueme". Según el contexto, Lana la dice en susurros cuando hay un peligro cerca, preocupada o risueña porque Mui se ha quedado un poco atrás o tarda mucho en llegar. Estos detallitos son oro en un juego como este en el que cada interacción tiene mucho protagonismo.
Puede que Planet of Lana no sea un juego que trate de ofrecerte un enorme desafío a nivel de puzles (y menos aún de plataformas), pero no creo que ese sea su objetivo. Más bien quiere que sean imaginativos y que te detengan el tiempo suficiente como para apelar a tu inteligencia, sin cortar el ritmo. Construye en el camino una aventura preciosa y encantadora que creo que tiene claro su público: el aficionado a esos herederos de Another World como Inside, Limbo o Little Nightmares, que no abundan mucho (atención al futuro con ese interesante Full Void), pero cuando llegan saben hacerse un hueco en el jugador. Planet of Lana lo hace con mucho encanto y dominando perfectamente esta filosofía, mezclando belleza con ingenio. El resultado merece tu tiempo.
Planet of Lana es una encantadora mezcla de aventura, puzle y plataformas que se mantiene siempre hermosa e ingeniosa. Es fácil que entre por los ojos, porque su estilo artístico es muy colorido y deja escenarios preciosos a nuestro paso, pero esconde también un gran diseño basado en puzles de físicas y en los que comprender a través del ensayo y el error cómo manipular el entorno a nuestro favor, con un estilo muy parecido al de juegos como Inside o Little Nightmares. Pese a que su historia se cuenta casi sin palabras (y en un idioma extranjero), hay más de lo que parece que se muestra a través de una narrativa ambiental y que nos revelará los secretos del planeta de Lana.
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- Un juego hermoso y encantador, con unos paisajes y fondos muy trabajados.
- La cooperación entre Lana y Mui es clave para avanzar en los puzles.
- Un mundo peligroso en el que el ensayo y error es vital para superar los obstáculos.
- Su historia parece simple, pero esconde unos cuantos secretos más de lo que parece.
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