En esto de los juegos de lucha parece que ya está todo inventado, pero siempre viene alguien para demostrar lo contrario, aunque sea rizando el rizo. Eso es precisamente lo que hacen los desarrolladores eslovacos de Triple Hill, proponiendo luchas versus en que la tensión se dispara desde el mismo momento en que aparece en pantalla el mensaje de "¡a luchar!". Dicen sus creadores que lo que más valoran del género es la emoción de los torneos competitivos, y es algo que querían llevar a un nivel desconocido hasta la fecha.
[TRAILER]
Desde luego, esa sensación puedo aseguraros que existe. Cada partida en Die by the Blade te obliga a estar atento desde el primer segundo, básicamente porque es un videojuego en que un solo golpe puede acabar con tu vida. Un fallo al defenderte, o simplemente ser más lento que tu oponente te cuesta muy caro. Y reconozco también que puede ser algo muy frustrante, como cuando en un Souls no dejan de matarte, pero es también la gracia de un estilo combativo que quiere ser real, visceral y único en su especie.
Cuando un solo golpe te separa de la vida o la muerte
Die by the Blade es el fruto de una modesta campaña de kickstarter que arrancó hace ya unos cuantos años, y que partía con una premisa muy clara: crear un juego de luchas one-hit (tanto local como online), con una curiosa estética samurai-punk, un sistema de combate complejo y abundantes opciones de personalización. Todo se ha cumplido, y de hecho recuerda a dos de los juegos que se mencionaban en aquel momento. Por un lado, el mítico Bushido Blade de la primera PlayStation, un título con el que comparte un montón de similitudes.
Para empezar, no estamos ante un juego de luchas versus tradicional, con barras de vida para cada contrincante. Aquí un golpe puede fulminarte. Además, el set de movimientos no depende de cada personaje, sino del arma que lleves equipada. Por supuesto, cada luchador dispone de sus características (empezando por la agilidad), pero realmente la contienda no depende tanto de a qué personaje manejes, sino de cuánto domines un sistema combativo que puede llegar a ser muy exigente.
Básicamente en un sistema de lucha que se basa en For Honor. Tienes tres posiciones de ataque y defensa, con lo cual todo es tan fácil (o complicado) como leer las intenciones de tu rival y ser más rápido que él. Pero claro, la dificultad es que los reflejos son cruciales, además de que deberás de tener muy en cuenta cómo esté tu barra de resolución, la cual crece según bloquees de forma activa, y decrece según ataques o aproveches el bloqueo automático. En otras palabras, está muy bien pensado.
Si la barra de resolución está llena, no hay problema. ¿Pero y si está vacía? Entonces tus movimientos se ralentizan y quedas completamente expuesto a una muerte segura. Todo pasa en milésimas de segundo, así que aunque sobre el papel parezca que esto va a dar para combates largos, creedme que la mayoría pueden resolverse en cuestión de segundos. La acción es tan rápida que cuesta mucho tener todo esto en cuenta, así que llega un punto en que actúas prácticamente por instinto (y que sea lo que tu katana quiera).
Tal vez eso es lo que menos me ha gustado de Die by the Blade. Creo que en el fondo el sistema no está del todo bien resuelto, al menos no tan bien como en For Honor (que es un claro referente), además de que los valores de producción personalmente me han echado bastante para atrás. Se nota que el juego está aún un poco verde en cuanto a contenidos. Solamente tenemos 7 personajes y 5 espadas a escoger. El repertorio de escenarios es algo más abultado, pero la sensación general es de early access (cuando en principio no lo es).
El juego tampoco tiene modo historia, lo cual creo que le hubiese sentado sensacional para aprovechar la resultona estética samurai-punk (como los propios desarrolladores la denominan). En su lugar, se ha prestado bastante interés al online, y habrá que ver qué tal se comporta cuando se lance el juego, siendo la principal razón para ganar puntos de experiencia y monedas con el que poner en marcha el otro gran pilar del juego: su personalización. A este respecto, he de reconocer que me he sorprendido, porque no esperaba que pudieras cambiar tanto a tu personaje y las espadas disponibles, con todo lujo de detalles y hasta distintas poses para provocar a otros usuarios mientras luchas.
Así que luces y sombras. Me gusta mucho el planteamiento one-hit porque resulta fresco, y la visceralidad de los desmembramientos es desde luego impactante. No obstante, al mismo tiempo el juego tiene claroscuros evidentes con aspectos como que el set de movimientos sea extremadamente confuso, o que incluso presente errores gráficos importantes, con saltos de animaciones y glitches que no deberían ocurrir. La música puede ser también machacona, dejando claro que estamos ante un juego de pequeño presupuesto, tal vez escaso para lo que pretendía conseguir.
¿Podría mejorar? Es la gran pregunta. Los desarrolladores se han mostrado muy abiertos a la comunidad desde el primer minuto, y han ido introduciendo mejoras atendiendo al feedback recibido. Pienso que son muchas las cosas que habría que modificar, pero la base está ahí, me parece convincente y creo que se puede sacar adelante. De momento, solo te diría que lo probaras si recuerdas con nostalgia joyitas como Bushido Blade o te gustó la apuesta combativa de juegos como For Honor. En esos casos, puede que te lleves una agradable sorpresa por ver un juego de luchas que quiere ser diferente a los demás.
En 3DJuegos | Este juego de acción en tercera persona con espadas tiene algunos de los mejores combates que he probado nunca
En 3DJuegos | La peor pesadilla para los diseñadores de videojuegos la resolvió The Legend of Zelda en el lugar más inesperado
Ver 0 comentarios