Los que probaron Goldeneye 007 para la consola Nintendo 64 vivieron una experiencia shooter adelantada a su tiempo. La empresa británica Rare realizó un espléndido trabajo al adaptar un FPS a un controlador con sticks analógicos y botones. Aprovechando lo avanzado y novedoso que resultaban los controles de N64, se introdujo un sistema de manejo ágil, preciso, con asistencia al apuntado, un menú rápido de selección de armas y un montón de peculiaridades que hicieron de este videojuego uno de los mejores del momento.
Pero no solo eso. Gracias a este juego, se acabó con la arraigada creencia de que un first-person-shooter no podría funcionar igual de bien en consolas que en PC. Rare impresionó a la industria además con un sistema de juego basado en objetivos y unas dinámicas de juego variadas e inspiradas, además de un espléndido uso de la inteligencia artificial en los enemigos. No obstante, hay una característica que pasó muy desapercibida, un secreto con el que los desarrolladores ingleses ya estaban intuyendo hacia dónde iría el género de los shooters. Un detalle sorprendente que, hasta donde puedo hacer memoria, ningún otro juego había puesto en práctica. Y hablamos del año 1997…
Goldeneye 64 predijo el futuro de los shooters
Goldeneye 007 hacía un uso magnífico del controlador de Nintendo 64. El stick analógico permitía mover a James Bond por el escenario, mientras que una mirilla de disparo se desplazaba automáticamente por la pantalla para ayudarte a acabar con los enemigos. En uno de los documentos de diseño, se mencionaba como inspiración directa a Virtua Cop, un juego de recreativa con un concepto shooter sobre raíles. En cierto sentido, Rare recogió aquella esencia y la plasmó en un FPS con libertad de movimiento.
Los que lo jugaran recordarán que era posible apuntar libremente mientras mantenías pulsado el botón R del mando, pero era una solución incómoda, y realmente solo servía para acertar a determinados elementos del escenario cuando no había enemigos pululando. La desarrolladora británica lo sabía, y echó de menos la presencia de un segundo stick analógico para dar una mayor sensación de libertad de movimiento a los usuarios. Uno de los desarrolladores del juego, años después, reconoció que tuvieron una limitación en este sentido:
"Siempre supimos que si hubiésemos tenido dos sticks analógicos la experiencia de control habría sido más fluida" David Doak, Game Designer en Rare
Sin embargo, pensaron que había una solución, una bastante improvisada, pero genial en todos los sentidos. Consistía básicamente en conectar un segundo controlador, ir al menú de opciones y comprobar que el juego ya te permitía hacer uso de la ansiada función dual-stick, pero claro, cogiendo un mando con cada mano. ¿Incómodo? Pues un poco, pero una particularidad del controlador de Nintendo 64 es que era posible cogerlo con una sola mano, prácticamente como si fuese el nunchuk de Wii.
De esta forma, podías mover a Bond con el stick del controlador 1 y desplazar la cámara con el stick del controlador 2. Es algo que mejoraba mucho las cosas, haciendo que esto se pareciera mucho más a los shooters de consola que vendrían más tarde, como el famoso Halo de Xbox. Era una función que quedó oculta para muchos jugadores, y de hecho si eres un usuario de aquella época puede que te haya sorprendido conocer esta característica que podías encontrar cuando accedías al menú de pausa.
Desde luego, es digno de alabanza todo el trabajo que hizo Rare con este juego, con el que revolucionó la manera en que se jugaba a los shooters en consolas, poniendo los cimientos para lo que vendría unas décadas después. ¿Cómo lo viviste en su momento? ¿Conocías esta característica? Cuéntame en los comentarios tu experiencia con el shooter de Rare y si te parece uno de los FPS más brillantes de la historia.
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