Recuerdo que la primera vez que vi el wiimote fue todo un shock. Si mal no recuerdo, fue en el marco del E3 2006 y mi primera reacción fue: "¿qué demonios es eso?". Rompía totalmente con el concepto de controlador tradicional en que cada vez se estaban colocando más botones (en lugar de menos). Pero es que Nintendo precisamente buscaba eso con su "Revolution", el nombre en clave de Wii: llegar a todo tipo de personas, incluso las más inexpertas en el terreno del gaming. Para conseguirlo, debían hacer que la gente se levantara de sus sofás, proponiendo un nuevo tipo de experiencias frente a la pantalla.
Por eso el concepto se presentó en el Kodak Theatre, un lugar históricamente dedicado a la entrega de los Oscar. Y por esto también Shigeru Miyamoto abrió la ceremonia de una forma inusual, haciendo de director de orquesta, agitando un wiimote con su mano. Allí se vieron cosas tan interesantes como Red Steel, un nuevo Metroid Prime y lo que sería el exitoso Wii Sports. Una nueva forma de jugar había nacido, y tras su descomunal éxito hasta la competencia decidió coger la ola para beneficiarse con cosas como el PlayStation Move o Kinect. Han pasado más de 15 años, y me parece curioso cómo lo que fue una auténtica revolución, se ha quedado en algo minoritario.
El curioso caso de Everybody 1-2 Switch
Os preguntaréis a qué viene todo esto. Hace unos días se presentó Everybody 1-2 Switch. No os preocupéis, si no os enterásteis de la noticia, no es vuestra culpa. Nintendo no ha hablado prácticamente del tema. En redes sociales guardaron silencio, y el anuncio se hizo por la puerta de atrás. En el momento de escribir este artículo, existe solamente una página para reservar el juego en la eShop, con una única imagen (la que sirve de portada). Dos párrafos y una fecha de lanzamiento (el próximo 30 de junio) son los únicos datos que se han hecho oficiales.
Desde luego, me ha llamado la atención la manera de hacer este anuncio. No ha formado parte de un Nintendo Direct (probablemente porque saben que el público es distinto), y es que lo que un día fue el reclamo para adquirir una Wii, en Nintendo Switch se ha quedado como si fuera otra experiencia adicional. Después de todo, el primer 1-2 Switch fue hecho casi por inercia, para tratar de mantener esa esencia "party" que tanto había funcionado en el pasado. En la presentación de la consola en Londres este título tenía su espacio y hasta había empleados vestidos de cowboys para probar uno de los minijuegos. Sin embargo, el stand era pequeñito, nada que ver con el que tenían Mario Kart 8 Deluxe, Splatoon 2 y, sobre todo, Zelda: Breath of the Wild, que era inmenso.
Eso sí, 1-2 Switch no era ni mucho menos un juego que estuviese mal. Sin ir más lejos, es probablemente el título que mejor ha aprovechado los Joy-Con hasta la fecha. Aún recuerdo lo fascinado que me quedé al intentar contar las bolitas virtuales que daban la sensación de estar en el interior del mando.
Sin embargo, el juego parecía más una demostración técnica de las posibilidades de los Joy-Con (y justificar un poco su existencia) que un intento serio por recuperar la moda de los controles por movimiento. Tal vez eso haya influido para que acumule menos de 4 millones de unidades vendidas, que no están mal, pero es algo que queda muy lejos del top 10 de la máquina. Después de todo, y tras el fracaso de Wii U, no me extraña que Nintendo haya andado con pies de plomo con esta cuestión. Si recordáis, dicha consola en su catálogo de lanzamiento títulos como Nintendo Land, Rabbids Land, Just Dance, Your Shape o Game Party Champions.
Pero Nintendo Switch es diferente. El foco ha cambiado por completo y su reclamo principal radica en la portabilidad, así como variedad y calidad del catálogo. Creo que esa es la razón por la que cosas como Everybody 1-2 Switch! ya no cuentan con tanto interés. A esto se suma que parece que la propia Nintendo no estaba contenta con la forma en que se estaba desarrollando el título. Distintas fuentes hablaron de que los primeros tests fueron horribles, tildando al juego de aburrido y tedioso.
Sea por una razón o por otra, lo que está claro es que este tipo de juegos (más orientados a un público casual) ya no son una prioridad. A mí personalmente me parece bien, porque los controles por movimiento tuvieron su momento, fueron una moda, y ya cumplieron su función: atraer a nuevos jugadores que en numerosos casos se acabaron viendo atraídos por licencias como Super Mario, Zelda, Metroid o Animal Crossing. ¿Pero qué piensas tú? ¿Echas de menos un mayor número de propuestas casual?
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