Ōkami, lanzado por el extinto Clover Studio hace ya 18 años, es considerado por muchos como una obra magna, pero también uno de los juegos más olvidados del medio. Originalmente concebido con un estilo fotorrealista, el juego eventualmente adoptó una estética inspirada en el arte sumi-e japonés, convirtiéndolo al mismo tiempo en un juego único y de nicho en una industria que apostaba hacia el realismo. Ahora, miramos hacia atrás y vemos Ōkami como un fracaso comercial, que no como un producto malo, pero Hideki Kamiya, el padre de Bayonetta, ha querido ir un paso más allá y considera que el equipo de Clover Studio fue "débil" durante todo el proceso creativo.
Hideki Kamiya es uno de los creativos más únicos, pero a su vez controversiales de la industria. Aquel director de Ōkami ha dado mucho de qué hablar, sobre todo tras su salida de PlatinumGames el pasado 2023, y, en este caso, se ha reunido con Ikumi Nakamura, artista de The Evil Within, para echar la vista atrás a aquel momento en el que ambos coincidieron en Clover Studio.
Kamiya quiso tener un "equipo de ensueño", pero no fue así
Y es que, mientras Kamiya dirigía la orquesta, Nakamura era responsable de la producción del proyecto, por lo que oír a la dupla hablar de uno de los grandes fracasos de la industria desde dentro del estudio siempre es bueno. Para Kamiya, Ōkami debía ser desarrollado por un "estudio de ensueño", algo que buscó conseguir por activa y por pasiva, pero los problemas que se sucedieron le impidieron alcanzar ese grado de maestría. "Es una pena que no alcanzase su potencial", cita el creativo nipón.
Según menciona, la idea de Ōkami es tuviera una narrativa mucho más extensa y profunda, aunque el equipo de desarrollo apenas consiguió materializar la mitad de lo que había previsto en la mesa de diseño. Dicho esto, Kamiya, sin pelos en la lengua, no dudó en criticar a muchos de los desarrolladores que participaron, describiendo al equipo como "lo peor" o muy "débil" para enfocar un desarrollo así, lo que en parte ayudó a su fracaso.
“Había un contraste muy drástico. Se suponía que iba a ser el juego insignia de Clover Studio [...] Se suponía que iba a ser un equipo de ensueño con el mejor personal en cada sección. Ese era el plan, pero al final, francamente el equipo fue débil", añadió no sin antes defender a los miembros del estudio que sí sacaron adelante el proyecto. Para Kamiya, Ōkami no sería lo que es sin un escueto y elitista grupo de desarrolladores que sacaron adelante el proyecto, como Sawaki Takeyasu o Mari Shimazaki, y entre ellos estuvo Nakamura: "No lo digo como un halago, pero tú ciertamente eras una de ellos", terminó por añadir el creativo.
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