Un estudio ha revelado que la Generación Z es como Gandalf en El Señor de los Anillos porque nunca llegan ni tarde ni pronto, creen que retrasarse 10 minutos es llegar a tiempo. Pero lejos de quedarse en la anécdota de la puntualidad, lo cierto es que les pasa exactamente lo mismo a la hora de entregar encargos.
Según una encuesta realizada por Meeting Canary a 1.000 adultos británicos sobre su posición respecto a la puntualidad, casi la mitad de los trabajadores de la Generación Z reconocía que llegar entre 5 y 10 minutos tarde es tan válido como ser puntual. La culpa la tiene el teletrabajo por una sencilla razón, se han criado con él.
La Generación Z ha crecido marcada por el teletrabajo
Si bien el 40% de los Millenials serían capaces de perdonar a un compañero por llegar 10 minutos tarde, la cifra cae hasta el 26% en el caso de la Generación X y hasta el 20% en los Baby Boomers. El 70% de los Boomers, en cambio, reconoce tener una tolerancia cero respecto a la falta de puntualidad. La clave está en que ellos no iniciaron su andadura laboral en un entorno digital.
Tal y como menciona Laura van Beers, fundadora de Meeting Canary, la Generación Z tiene "más probabilidades que otras generaciones de valorar y priorizar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, así como la salud mental, por encima de las tensiones laborales, y esto incluye darse prisa para llegar a tiempo a una reunión". Su experiencia, a grandes rasgos, siempre ha estado atada a ese espíritu.
Pensad en cuántas veces os habéis conectado a una reunión online y todos los miembros estaban ahí desde el principio, o cinco minutos antes, o a la hora en punto. A diferencia de lo que ocurre en reuniones presenciales, donde ahí esa presión de grupo afecta a todo el que entra por la puerta, en una conexión online esa línea se difumina.
Al fin y al cabo no es descabellado que haya podido tener un problema técnico o algo por el estilo, así que incluso se abraza la idea de ceder cinco minutos adicionales para permitir que otros puedan conectarse antes de empezar. La Generación Z, lejos de estar en línea con esa cortesía, es el perfecto ejemplo de "si me cedes la mano te agarro el brazo", también en las entregas de trabajo.
El estudio apunta también que, mientras que los Baby Boomers pueden realizar tarde una entrega en un 6% de los casos, y que la Generación X cae en ese problema en un 10%, la media de la Generación Z está en que casi un 25% de ellos llega tarde a los deadlines cada semana. El único consuelo que les queda a sus jefes es que, lejos de hacerlo a conciencia para fastidiar, en realidad es un problema de organización generacional.
Imagen | Fabifab en Midjourney
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