En otra época, allá por la etapa de los 8 y 16 bits, el género de los plataformas era el más popular, con joyas icónicas que han mantenido su legado, como es el caso de Super Mario Bros, Sonic the Hedgehog o Rayman. Sin embargo, con el paso del tiempo y la llegada de una tecnología de procesamiento superior, los gráficos en 3D se impusieron hasta tal punto que el 2D perdió parte de su reinado. De hecho, tal circunstancia tuvo tanto impacto que no son pocos los que terminaron asociando las dos dimensiones con juegos menores, que jamás podrían competir con la espectacularidad visual de las tres dimensiones.
Dicha percepción está lejos de ser la más acertada, aunque sigue acompañándonos cada vez que se anuncia una nueva entrega de una reputada franquicia. El último ejemplo lo tenemos con Prince of Persia: The Lost Crown, un videojuego que acumuló desde su anuncio una montaña de críticas, referentes al diseño del protagonista, al estilo de juego… y también a que no parecía un juego de la serie, debido a que era un juego 2D y muchos jugadores tenían aún muy vivo el recuerdo de exponentes 3D tan destacados como PoP: Las arenas del tiempo.
En defensa de los juegos en 2D
Estos mismos usuarios que desconfiaban de este nuevo Prince of Persia se llevaron una sorpresa mayúscula al comprobar que la crítica lo había aplaudido, y que además todos aquellos que ya lo probaron estaban hablando maravillas sobre él. Esto me ha hecho reflexionar en lo mucho que tiende a menospreciarse a los juegos 2D, cuando en varias ocasiones suponen una gran elección sobre un planteamiento 3D. Además, en este caso en particular, la elección era completamente lógica, puesto que los desarrolladores de Ubisoft Montpellier contaban con mucha experiencia al respecto.
Rayman Origins y Rayman Legends recuerdo que tuvieron un acogimiento algo frío por parte de la comunidad de jugadores. Aunque con el paso del tiempo más y más usuarios se dieron cuenta de lo geniales plataformas 2D que son, en sus respectivos estrenos no satisfacieron las expectativas de ventas. La realidad es que hoy en día siguen siendo de lo mejorcito que puedes encontrar en el género, manteniéndose absolutamente actuales incluso a pesar de haber transcurrido 10 años.
Pero si hablamos de injusticias históricas, tenemos que mencionar a Castlevania: Symphony of the Night. En realidad, su único pecado fue aparecer en una época en que parecía que todos los videojuegos tenían que ser ya en 3D, porque por todo lo demás está considerado como uno de los mejores videojuegos de la saga. Sin embargo, hay licencias que se adaptaban mejor a un estilo de juego 2D, y esta era una de ellas. La mejor demostración fue un Castlevania 64 que lo cierto es que resultaba decente, pero que era incapaz de seguir la senda de sus predecesores.
De esta apreciación no se libran ni tan siquiera los juegos de Nintendo. No causa el mismo impacto un juego de Mario en 2D que en 3D, y de hecho los primeros tienden a considerarse como de segunda categoría (cuando es algo completamente injusto). Lo hemos comprobado recientemente con Super Mario Bros Wonder, que es un intento por seguir manteniendo viva la llama de las dos dimensiones que vieron nacer al fontanero italiano. Y es que no hay que olvidar que son estos títulos bidimensionales los que más defienden el siempre divertido multijugador, algo a lo que no siempre damos la importancia que se merece.
Las 2D permiten además conceptos jugables muy distintos a los que se pueden ver en los juegos en 3D. En particular, cuando los desarrolladores demuestran un dominio de la bidimensionalidad, la magia aparece. Es justo aquí mencionar el maravilloso Hollow Knight, un metroidvania con una campaña de micromecenazgo modestísima, pero que impresionó cuando se hizo realidad. Muy pocos apostaron por él, pero se ha convertido en uno de los títulos actuales de referencia dentro de las dos dimensiones.
¿Más ejemplos? Podemos mencionar el fantástico Donkey Kong Country: Tropical Freeze, que para mí es uno de los más brillantes plataformas 2D jamás creados, aunque el respaldo popular nunca ha sido tan intenso como debería. The Messenger podría unirse también a este listado, y es que su tono retro echó para atrás a muchos usuarios, cuando se trata de otro de los juegos 2D más sobresalientes de los últimos años. Otro que me sorprendió hace un tiempo fue Monster Boy and the Cursed Kingdom, que además de visualmente precioso era una pequeña maravilla en lo jugable.
No obstante, últimamente cada vez más parece que los juegos en dos dimensiones lo siguen teniendo difícil para acabar con la errónea concepción de que son juegos menores. Tal vez en cuestión de presupuesto tiendan a ser menos costosos (aunque depende), pero pueden resultar tanto o más convincentes que un título tridimensional. Grandes franquicias nos han demostrado que no es sencillo concluir qué es lo mejor. Nintendo equilibra bastante bien el lanzamiento de nuevas entregas 2D y 3D de Super Mario, porque al final permiten cosas muy distintas en cuestión de jugabilidad.
Pero ahora lo que me interesa es conocer qué piensas tú. ¿Crees también que los juegos en 2D han estado históricamente infravalorados? Cuéntame con qué casos te has encontrado y cuánto te has llegado a sorprender al conocer cómo de bueno era realmente un videojuego de este estilo. ¿O eres de los que prefieren los juegos en 3D?
Ver 13 comentarios