Habiendo visto al fin material gameplay de Armored Core VI: Fires of Rubicon, que es el juego que más me ilusiona para la recta final del 2023, debo admitir que me siento un poco contrariado. El juego en sí pinta de escándalo, no me malinterpretes, pero ver cosas como que las misiones tienen checkpoints a mitad de recorrido o que los kits de reparación funcionarán igual que los frascos de estus choca un poco para alguien que viene de tiempos más difíciles y oscuros.
Te pongo en situación, ¿cómo te sentirías si cada vez que mueres en la Ciudad Infestada de Dark Souls, reaparecieses al principio de las Profundidades? Pues los Armored Core eran más o menos eso mismo, solo que con cuatro jefes seguidos esperándote al final de la mazmorra. Ni siquiera es una exageración: literalmente la pelea con 9Ball, uno de los enemigos más icónicos de la franquicia, es así. Era doloroso, pero también era un dolor que tenía su gracia.
Ese carisma va de la mano de una sensación que los fans de FromSoftware conocen bien: la de conquistar lo que parece imposible, aunque sea valiéndote de estrategias deshonrosas como pasar de largo ciertas partes. Te has hecho el segmento que toca, que es lo que cuenta, y además te da tal subidón de adrenalina que lo recuerdas con cariño pase el tiempo que pase ¿verdad? Pues sí, pero eso no quita que la fase estuviera mal diseñada en primer lugar.
Verdaderamente hemos tenido problemas de diseño graves con los clásicos de Armored Core. Los más antiguos vinculaban los controles de la cámara a los gatillos del mando en vez de al stick (sí) o tenían secciones de plataformeo que eran directamente imposibles de completar con ciertas combinaciones de equipamiento. En otros, algunas piezas tenían efectos que ni siquiera venían en la descripción, así que no sabías que estaban ahí a menos que te diera por probarla.
Por supuesto, el único sistema de guardado era puramente manual y perder horas de progreso estaba a la orden del día. Todas las partidas iban presupuestadas, desde la munición que gastas hasta los gastos de reparación, así que te quedabas en números rojos después de unos cuantos fallos aunque terminases ganando a la larga. A menudo, había que hacer malabares con la compraventa de armas hasta dar con las ametralladoras que realmente reinaban el terreno del DPS.
Y un largo etcétera. Es la razón por la que no recomiendo a nadie jugar a los predecesores de AC6: han envejecido francamente mal, salvando tal vez el más reciente Verdict Day (2013) que aún a día de hoy se juega en su pequeña pero dedicada comunidad de PvP. De hecho, si tienes curiosidad por Armored Core te diría que Daemon X Machina —un heredero espiritual sin relación directa con los mechas de FS— es mejor punto de entrada: no mola tanto, pero es más moderno.
Recuperar una saga con 10 años de abandono
La gracia de Armored Core está en el garaje. Para disfrutar de este juego, te tiene que gustar la idea de estamparte contra un muro y decir, "voy a analizar lo que está mal, cambiar las piezas e intentarlo otra vez". No se trata de mirar los numeritos de los atributos, sino de clavarlo con los controles: necesitas que tu máquina responda a tu gusto y se sienta adaptable a cada necesidad. Creo que mientras se respete ese principio fundamental, el reboot va bien encaminado.
El menú del garaje es más cómodo y tiene descripciones detalladas de cada pieza.
Lo que he visto de material jugable tiene cosas que me cuadran más que otras, claro, e intuyo que habrá unos cuantos puristas incondicionales de AC que se lleven las manos a la cabeza con ideas como la posibilidad de reparar el mecha por completo en medio de una misión o que te dejen cambiar las piezas si caes en combate. "¡Han casualizado mi juego!" lamentan en mi cabeza las voces de estas personas hipotéticas. Pero creo que FromSoftware sabe lo que hace.
El equipo coordinado por Yasunori Ogura y Masaru Yamamura acierta, desde mi humilde punto de vista, al diseñar las misiones e incluso los patrones de ataque de los jefes de tal manera que salte a la vista qué clase de maniobras tienes que hacer. No sé hasta qué punto te castigan en esta entrega por fallar, pero sí sé que el menú que aparece tras cada game over te da la opción de visitar el garaje antes de retomar la acción. Y este panel, a su vez, luce cómodo al fin.
Parecerá una tontería, pero ver que la interfaz del equipamiento de AC6 no es un batiburrillo infumable de números sin mucho sentido y chorrocientos clics representa todo un paso adelante respecto a lo que tuvimos hace más de diez años. Con eso, me doy por satisfecho (qué fácil es contentarme ¿no?) Naturalmente, aún hay dudas en el aire. Entiendo, por ejemplo, que los escenarios grandes y abiertos no son para todo el mundo viniendo de Bloodborne o Sekiro.
La demo que he podido ver se correspondía con una de las primeras misiones del juego, así que tampoco ha sido especialmente imaginativa en términos de arte o de variedad de enemigos. Habrá que ver cómo se sienten las que llegan después, pero a juzgar por el tráiler previo, creo que la cosa pinta bien. Por ahora, nos conformaremos con saber que Armored Core 6: Fires of Rubicon llega el 25 de agosto a PC a través de Steam, así como a Xbox One, Xbox Series X|S, PS5 y PS4.
En las consolas de Microsoft podrás pasar de una generación a otra mediante Smart Delivery, mientras que las de Sony ofrecen una actualización gratuita para llevarte las mejoras generacionales al pasar al dispositivo más novedoso.
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