Para mí, una de las cosas que mejor ha hecho Square Enix en los últimos años ha sido poner de moda la estética HD-2D en algunos de sus videojuegos. Nos sorprendió por primera vez con Octopath Traveler, para seguir con Triangle Strategy y algunos remakes del estilo del genial Live a Live o del precioso Star Ocean: The Second Story R. No obstante, muchos esperábamos también el regreso de grandes exponentes del género RPG, algunos de los cuales han marcado a millones de jugadores.
Son unos cuantos (y estoy seguro de que acabaran llegando), pero me agrada comprobar que ya tengamos uno de ellos a la vuelta de la esquina: Dragon Quest III. El clásico JRPG desarrollado por Enix en el año 1988 es una auténtica joya del género, además de uno de los títulos más importantes e influyentes de todos los que ha hecho Yuji Horii, su principal diseñador. Han pasado 36 años desde su estreno, ¡una locura de tiempo!, y ya era hora de que recibiera un remake acorde a la calidad e importancia del desarrollo original. Y os hago ya un adelanto del resultado: es una auténtica maravilla tenerlo de regreso.
Uno de los mejores juegos de Dragon Quest
Una de las cosas que mucha gente no conoce es que Dragon Quest III está cronológicamente situado antes de los juegos anteriores. Funcionó como una precuela, con la historia de un héroe que viaja por el mundo derrotando monstruos y formando un grupo de aliados para acabar con el malvado Baramos. Como en todo Dragon Quest que se precie, la historia es muy épica y se ve fortalecida por los diseños de Akira Toriyama y una música icónica compuesta por Koichi Sugiyama, en este remake totalmente orquestada por la Tokyo Metropolitan Symphony, y que os aseguro que queda absolutamente fenomenal en esta versión. Una delicia.
Esta entrega también se caracterizaba por incorporar una jugabilidad más depurada con respecto a anteriores juegos, con una sensación de mundo abierto más lograda, un ciclo día-noche y un nuevo sistema de clases (soldado, mago, sabio, ladrón, luchador…) que se inspiraba en lo que había hecho Final Fantasy en su primera entrega. También se daba mayor importancia al grupo, con una taberna en que podías escoger entre varios personajes en el momento que más te apeteciera. Todo manteniendo los icónicos combates por turnos y las subidas de nivel, constituyendo un JRPG sólido y muy puro.
Pero probablemente eso ya lo sepas y estés aquí para conocer cómo se ha mejorado la experiencia de juego en este remake. A este respecto, se nota que Square Enix ha querido mantener un equilibro bastante justo, conservando la esencia clásica, pero al mismo tiempo modernizando ciertos aspectos que hoy en día resultarían altamente frustrantes. Por ejemplo, uno de los añadidos más importantes tiene que ver con la posibilidad de aumentar la velocidad de las batallas, que por defecto resultan lentísimas. Esto ya supone una mejora sustancial, os lo puedo asegurar.
Por otro lado, y por ser un JRPG a la antigua usanza, la posibilidad de atascarse sin saber adonde ir era abrumadora, por lo que incorporar marcadores de objetivo y breves textos para orientarte en tu siguiente misión considero que es algo fundamental hoy en día. Así, en este remake puedes ver donde está la siguiente quest con solo mirar el mapa, e incluso tener acceso a un minimapa mientras juegas por si te resulta más cómodo. Son importantes mejoras de calidad de vida, que evitan que nos frustremos y dejemos aparcado un juego que, recordemos, tiene varias décadas de antigüedad.
En este remake puedes ver donde está la siguiente quest con solo mirar el mapa
La renovación era necesaria, aunque si eres muy purista siempre tienes la opción de jugar como se hacía en los años ochenta. Lo digo sobre todo porque en este remake se incorporan tres grados de dificultad (Dracky Quest, Dragon Quest y Draconian Quest), ideales por si los desafíos son demasiado para ti, o simplemente prefieres centrarte en la exploración y la historia en lugar de en los combates. El juego ha sido diseñado para nuevos jugadores, pero también se piensa mucho en los veteranos, permitiendo que entren en el menú de opciones para cambiar todos y cada uno de los parámetros que estoy mencionando.
Por supuesto, todos los textos están en español, otro aspecto fundamental para disfrutar al máximo de Dragon Quest III HD 2D Remake, que como mayor reclamo tiene, por supuesto, a su genial apartado gráfico HD-2D. No hace falta que diga mucho más de lo que cuentan las imágenes que acompañan a este texto. Todo se ha rehecho desde cero con nuevos sprites, diseños 3D y animaciones, con un sistema de iluminación propio y ese efecto de desenfoque en los fondos que tanto impresiona. Es un auténtico disfrute, y estoy deseando tenerlo ya en casa para poder saborearlo como se merece.
Jugué cerca de una hora a la versión de Nintendo Switch, y ocurría como en otros juegos HD-2D de Square Enix, que se veía más nítido en modo televisor que en modo portátil, aunque esto era una versión de demostración y soy consciente de que quedan por pulir múltiples aspectos. El juego no aparece hasta el 14 de noviembre en PC, PS5, Xbox y Switch, y eso es una buena noticia de cara a pulir este remake al máximo, pero una mala noticia para los que aguardamos con ansias su llegada. Pero no importa, porque creo que va a merecer mucho la pena la espera.
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