Lo estaba deseando como agua de mayo, ya no solo porque no tuvimos la oportunidad de probarlo para nuestro análisis de PlayStation VR 2, sino porque quería sumar la realidad virtual al nuevo volante que me han enviado para probar, el titánico Logitech G Pro Racing Wheel, del que os contaré mis impresiones próximamente. Sabía, todos los sabíamos, que en esta ocasión Gran Turismo 7 no se perdería la fiesta de la realidad virtual y tampoco se adaptaría de una forma parcial, sino que todo el juego se podría disfrutar sin excepciones con las nuevas gafas de Sony. Así ha sido, y la experiencia está siendo increíble.
Entendedme: no es la primera vez que me pongo unas gafas en un juego de conducción. Han sido bastantes dispositivos los que han pasado por mis manos y por mis ojos y muchos juegos de conducción, desde el propio GT Sport, Assetto Corsa, Dirt Rally, la adaptación de Driveclub VR o la de Project Cars 2. De entre todas ellas, la de Gran Turismo 7 creo que está siendo una de las que más estoy disfrutando.
Mis futuras sesiones de Gran Turismo van a estar acompañadas casi siempre de las gafas
En primer lugar por su facilidad. Con enchufar las gafas en cualquier momento, la consola las reconoce y adapta toda la experiencia para la experiencia virtual. No te pregunta ni te pide pasos innecesarios como conectar los mandos especiales de PS VR 2 que aquí no los vas a necesitar para nada. En cuestión de segundos ya estás sentado conduciendo y disfrutando de la sensación de estar en la cabina. Y es aquí donde realmente la cosa sorprende, y lo hará más a aquel que se aproxime por primera vez a este tipo de experiencias.
Ver para creer (y sentir)
En general, siempre me ha pasado lo mismo al probar un simulador de conducción en VR. No solo se trata de la inmersión, de la sensación de estar en una cabina habitando el espacio de lo que es en el fondo una cámara flotante. Al ponerme las gafas, la perspectiva envolvente me hace, en cierto modo, jugar mejor. Me cuesta mucho explicarlo, pero cuando juego a Gran Turismo en una televisión normal, tengo que utilizar una serie de referencias visuales que me sirvan para saber cuándo frenar. El típico cono de Gran Turismo, por ejemplo. No significa que en VR no necesite de estas referencias, pero, de alguna forma, soy más consciente de la pista, de la inercia del coche, de la sensación de velocidad y toda esa información me hace responder a los pedales, al volante y al cambio de marchas de una forma menos mecánica y aprendida (aquí hay que frenar, aquí reducir, aquí girar más o menos...) y más intuitiva.
Cuando te sabes un circuito de memoria, puede que no notes tantas diferencias. Yo casi tengo interiorizado Brands Hatch y por lo tanto es fácil saber cómo afrontar cada curva. Pero cuando usas un vehículo con una potencia a la que no estás acostumbrado o te encuentras en una carrera con inteligencia artificial o competidores humanos en el que tienes que adecuarte a las condiciones de la carretera y no a la trazada perfecta, todos estos estímulos que me proporciona la VR son geniales. Me permiten ver mejor la reducción de distancias en un frenazo y, sobre todo, los cambios de rasantes que a veces por la representación más pequeña en un televisor pueden llegar a malinterpretarse.
Yo no soy un jugador avanzado ni profesional (ni lo pretendo ser), y tengo entendido que muchos prefieren no jugar con VR, bien por familiaridad, porque tienen interiorizados los circuitos en una pantalla plana, o la razón que sea. Pero, como no busco ser el mejor, sino sacar la máxima diversión de mi experiencia de juego, creo que mis futuras sesiones de Gran Turismo van a estar acompañadas casi siempre de las gafas. Es difícil de explicar, pero me emociona más ver pasar un coche a mi lado cuando lo adelanto, siento más la respuesta del coche al dar un acelerón al salir de una curva. Percibo mejor el entorno. Como máximo, los únicos momentos que no he disfrutado tanto son las etapas de Rally de tierra. Aunque yo ya no me mareo, puede ser complicado para algunas personas. En mi caso, que he podido jugar a Dirt Rally y muy bien con VR, quizá es simplemente que no disfruto tanto de estas pruebas en GT7.
Esta es una de las mejores experiencias que puedes tener ahora mismo con las gafas de Sony
Ya tocaba por fin poder probar una de las experiencias que más ganas tenía de PS VR 2, y que lamentablemente no pude hacer en su lanzamiento. Los resultados han sido geniales, y no solo gracias al volante. He jugado con el DualSense y la experiencia también es muy buena. El siguiente será Resident Evil Village, del que os contaré qué tal se desenvuelve en VR muy pronto. Todavía se puede refinar un poco más en cuestión de opciones visuales, en cuanto a la información que vemos representada y transformada del HUD, así como su posición en pantalla (con el mapa, por ejemplo, tengo que desviar demasiado la vista de la carretera). Hay detalles que antes pasaban desapercibidos, como las luces de los coches que iluminan toda tu cabina en las carreras nocturnas, las curvas con inclinación que causan bastante impresión o una de mis favoritas: el mismo pequeño gesto, casi imperceptible, que hago con la cabeza en mi coche para mirar los retrovisores, se imita aquí de una forma completamente natural y muy funcional gracias al conseguido reflejo que tienen para representar lo que ocurre a tu espalda. Y esto solo es el principio: con cada carrera, sigo encontrando más y más detalles que hacen de esta una de las mejores experiencias que puedes tener ahora mismo con las gafas de Sony.
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