Hoy tengo una historia que compartir con vosotros, una experiencia que me ha llevado a vivir una doble vida. La culpa es de Bethesda. ¿Qué pasa cuando saltas de un universo fantástico lleno de dragones y magia a un yermo postapocalíptico plagado de mutantes y peligros? Bueno, déjame decirte que está siendo un viaje de lo más emocionante, y te cuento por qué.
He venido a divertirme
Ya sabéis que juego mucho a Skyrim. Literalmente, podría pedir la jubilación anticipada y si pudiera vivir del aire, me iba a vivir allí a tiempo completo. He pasado incontables horas explorando sus cuevas, bosques y montañas, completando misiones, mejorando mi personaje y, por supuesto, instalando una cantidad absurda de mods que han enriquecido mi experiencia de juego hasta límites insospechados. Al menos, yo no sospechaba que iba a disfrutar tanto. Y engo la sensación de que me quedan miles de cosas por descubrir. Pero todo tiene su momento, y decidí darle un descanso a Skyrim para aventurarme de nuevo en los páramos radiactivos de Fallout 4.
Skyrim siempre será refugio y lugar seguro para mí, y debéis saber que Fallout 4 no me enamoró en un primer momento. Pero ahora estoy disfrutando como hacía mucho que no disfrutaba de un nuevo juego. Desde luego, como no he logrado disfrutar con Starfield. Y es que aunque he vuelto por cuarta vez a tratar de vivir mi aventura espacial de la mano de Bethesda y la reciente actualización del juego, no ha sido suficiente. ¡Me aburro! ¡¿Cómo puede ser que me aburra si el juego tiene todos los ingredientes que me gustan?! Pues imagino que por lo mismo que también me gusta la morcilla de burgos, el gazpacho, la horchata, los chupachups Kojak y la pizza y no lo mezco en el mismo plato: no me funciona.
¡Me aburro! ¡¿Cómo puede ser que me aburra si el juego tiene todos los ingredientes que me gustan?!
Al final mi aventura espacial tiene mucho de ir de un sitio para otro tratando de acumular recursos en planetas desiertos y con ellos poder mejorar mínimamente mi nave y así recorrer la galaxia haciendo cosas divertidas. Que sé que han de llegar, pero la verdad es que de momento me he divertido poco. Y me he reído menos. Algo que con mi nuevo viaje en Fallout 4 está pasando constantemente. Para que veáis que soy justo, también os puedo decir que la trama principal de Fallout 4 me parece un rollazo tremendo y que me la he quitado de encima con un mod. Pum.
La jugué en su momento, se me atragantó, y en esta nueva vuelta tampoco me he enganchado lo suficiente. Así que usé una holocinta y la terminé automáticamente. Ahora estoy a saco con ese sin fin de secundarias locas que son geniales. Ayer ayudé a un arqueólogo que encontró un extraño artefacto en las ruinas de un templo perdido. Hasta ahí bien, ¿no? El artefacto le había inmortal y sus hijos le habían mantenido en una celda instalada bajo un psiquiátrico abandonado donde le sacaban la sangre para crear un suero que les prolongaba milagrosa e imposiblemente la vida. El típico drama familiar del yermo.
Ojalá en Starfield me divirtiera tanto también mirando al horizonte
En todo lo que he jugado a Starfield no he encontrado una historia ni la mitad de entretenida. La mecánica no deja de ser la misma en los tres juegos que he mencionado hoy: ir de punto A al B, pegar unos tiros, volver al A, ir al C, pegar más tiros y obtener una recompensa. Pero mientras en Fallout me lo paso genial con esta mecánica, en Starfield me siento como si estuviera haciendo horas extra en un empleo que no me gusta y que solo mantengo porque de algo hay que vivir.
El tamaño importa, pero no lo es todo
También puedo decir que no me importa que Fallout 4 sea mucho más pequeño que Starfield, al final más de un tercio de mi viaje sideral con Bethesda me lo he pasado visitando lunas polvorientas, escaneando las mismas cosas con diferentes colores. En Fallout 4 la Commonwealth me parece interminable, y con los mods gráficos (benditos mods) no echo de menos esa mejora técnica que los años ofrecen a los videojuegos.
Fallout 4 GOTY Steelbook Edition
El juego lo veo a tope y cada vez que enciendo la Xbox es para pasar un buen rato. O para mejorar la equipación, que en eso también meto muchas horas. O para mirar al horizonte. Ojalá en Starfield me divirtiera tanto también mirando al horizonte pero, ¿sabes?, es que en Starfield siempre voy con prisas, como si corriera detrás de la diversión, a ver si lograra atraparla; como si esperara que lo próximo que me pasara en el juego fuera a ser cuando empieza lo divertido. No me ha llegado todavía, por eso, he vuelto de Starfield y me quedo en Fallout. Al menos, hasta que no pueda aguantar más las ganas de volver a Skyrim, claro.
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