Ya sea para jugar o para consumir contenido, de nuestros equipos lo primero que entra por los ojos es la imagen de nuestro monitor. Dentro del mercado de estos, hay una oferta brutal, y especialmente cuando se habla de gaming: desde TN hasta OLED, la pelea por ser los campeones es encarnizada, y una de las marcas protagonistas de esta guerra es LG. He tenido la oportunidad de ver sus nuevos monitores OLED especializados para gaming, los más rápidos del mundo, y son verdaderos productos de lujo.
Antes de empezar a hablar de estos monitores hay que tener clara una cosa: no estamos hablando de periféricos para aquellos que quieran un equipo medio. 240 hz de tasa de refresco, resolución 1440p, relación de aspecto ultrapanorámica y paneles OLED son todos elementos que se pueden esperar en dispositivos de gama media y alta. Los nuevos monitores de LG son para aquellos que necesitan verdaderamente lo mejor de lo mejor, tanto a nivel de prestaciones como de rendimiento.
Es un monitor gaming tope de gama que cubrirá las necesidades de los más exigentes.
Entre sus prestaciones (quitando la curvatura y el tamaño), ambos modelos son equivalentes. Presumen de un contraste de 1.500.000:1, espectro de color DCI-P3 98,%, resolución de 1440p (2560x1440p en el modelo de 27 pulgadas y 3440x1440p en el curvo), 240 Hz de tasa de refresco y compatibilidad con VRR y G-Sync. Si colmamos todo esto con la inclusión de un panel OLED, nos quedamos con un monitor gaming tope de gama que cubrirá las necesidades de los más exigentes.
No es casualidad que en el evento de presentación estuviesen los integrantes de Falcons, el equipo de eSports español del cual la marca se ha convertido en sponsor oficial. LG presume de 0.03ms de latencia en sus nuevos monitores, y no hay nadie mejor que los jugadores profesionales, para los cuales cualquier diferencia puede convertir un parpadeo en una increíble victoria o una descorazonadora derrota. Aun así, también quería probar en mis propias carnes tanto esto como el resto de las prestaciones de las pantallas, así que me puse manos a la obra.
Contando con dos modelos, uno de 27 y otro de 45 pulgadas ultrapanoránico, tuve la oportunidad de catar ambos dispositivos, y la verdad es que no podía estar más contento. El modelo de 27 pulgadas es el más parecido al que tengo yo en casa y con el que noté más inmediatamente el estar tocando un producto de gama alta. Mi pantalla es también de 27 pulgadas con resolución 1440p, exactamente igual que el de LG, pero con dos diferencias fundamentales: mientras que mi panel es un IPS a 165 Hz, el monitor de LG presume de un impresionante OLED a 240 Hz. Las diferencias son francamente palpables, y utilizar KovaaK's, una herramienta que los atletas electrónicos usan para practicar su puntería, y que permite añadir latencia, dejó claro hasta qué punto la respuesta y la fluidez de este monitor son de otra categoría.
LG 45GR95QE-B - Monitor Gaming Ultragear (OLED: 3440x1400, 21:9, 200cd/m², 1.5M:1, 0.03ms, 240Hz, DCI-P3>90%, HDR10); diag. 113cm; HDMI, USB-A; NVIDIA G-Sync, AMD FreeSync Premium, Hexagon Lighting
Por otro lado, con el modelo de 45 es muy fácil identificar cuál es su principal ventaja: la inmersión. Su relación de aspecto de 21:9 ultrapanorámica y su curvatura de 800R te arrastran hacia el juego lo quieras o no, y una vez estás sentado delante de este, puedes sentirte envuelto por la acción. Este efecto se ve potenciado por el stand del monitor, que permite ajustar la inclinación de este entre -5 y 15 grados, algo muy importante para que una pantalla tan grande se ajuste a nuestro punto de vista ideal. Además, he de decir que ambos monitores cuentan con unos ángulos de visión ideales, algo que cabría esperarse en este rango de precio.
En cuanto a videojuegos, me senté a probar dos títulos completamente opuestos: Microsoft Flight Simulator y Dead Space Remake. El simulador de vuelos de Microsoft, sobre todo en el monitor de 45 pulgadas, era, francamente, precioso de ver. Y es que además de beneficiarse de los colores que ofrecía este panel, que ya de por sí hacen de la experiencia una delicia visual, el sentirme tan rodeado por el horizonte me dejó claro que me pasaría muchas más horas simplemente volando sin rumbo en ese juego si contase con un setup así. Dead Space, por el contrario, me hizo apreciar el potencial que tienen los true blacks de este tipo de paneles en los juegos de terror. El título ya es gráficamente una maravilla, pero poder añadirle esa oscuridad total hizo que se viese mejor que nunca.
Con todo este lujo de prestaciones, eso sí, hay que aclarar que este no es un producto para el público general, y su precio de venta al público así lo refleja. Ambos monitores ya se encuentran disponibles en nuestro país, costando el modelo de 25 pulgadas 1.199 euros, mientras que su hermano mayor tiene un precio de 1.799 euros.
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