Ya os expresé mis dudas hace pocos días sobre la calidad de este remake. Cuando pasan más de 20 años desde un lanzamiento, hay que considerar cómo cambia la industria de los videojuegos, incluyendo sus usuarios. Lo que funcionó en Game Boy Advance no tiene por qué hacerlo en Nintendo Switch, y por ello hay que hacer un esfuerzo por adaptar, en este caso, una licencia de renombre para que vuelva a tener éxito. Para mí, un buen trabajo de remake consiste en traer de vuelta los valores originales de Advance Wars, pero realizando los ajustes necesarios para llegar al máximo número de usuarios.
Sin embargo, lo que veo en Advance Wars 1+2 Re-Boot Camp es mucho conservadurismo, casi demasiado. Probablemente, los más puristas estén encantados, porque hay una elevada dificultad, e incluso en su grado de desafío más asequible se pone cuesta arriba a las pocas misiones. Por desgracia, esto no viene acompañado de muchas opciones para que los nuevos usuarios (o los menos habilidosos) tengan la oportunidad de avanzar por la campaña sin un alto riesgo a frustrarse. Es un videojuego de táctica por turnos excelente, pura esencia Intelligent Systems, pero sin piedad alguna con aquellos que quieran descubrirlo actualmente.
El ansiado regreso de la guerra táctica por turnos de Nintendo
Metiéndonos en lo que ofrece Advance Wars 1+2 Re-Boot Camp, ya sabrás que no es poco. En realidad, hablamos del remake de dos de los mejores videojuegos de la serie, ambos lanzados en la portátil GBA en los años 2001 y 2003. Como curiosidad, ambos títulos ya fueron recopilados por aquel entonces, y por razones muy obvias: eran extraordinariamente similares entre sí, la jugabilidad resultaba prácticamente idéntica, los gráficos apenas variaban en un par de diseños y además estaban conectados en el plano argumental (Advance Wars 2: Black Hole Rising funcionó como una secuela directa).
A pesar de los años, la IA sigue sorprendiendo, lo cual es toda una proeza
Por tanto, tiene todo el sentido del mundo que ahora se haya repetido la misma jugada, recopilando ambas entregas. En total, son más de 40 horas de juego con una calidad estratégico-táctica fuera de toda duda. A pesar de los años, la IA sigue sorprendiendo, lo cual es toda una proeza, y es evidente que existe mucha complejidad a la hora de plantear cómo reaccionan las numerosas unidades a los distintos terrenos y situaciones que se plantean. A este respecto, me ha sorprendido la extraordinaria variedad de las campañas bélicas, con planteamientos que se nota que desprenden imaginación.
Hay misiones más apoyadas en la captura de edificios para lograr que tus arcas se llenen y puedas fabricar más unidades terrestres. Hay otras centradas en el dominio de las aguas o del espacio aéreo, con cruceros, submarinos, helicópteros y cazas como protagonistas. Tienes incluso algunas que te plantean un límite de turnos para alcanzar la base enemiga y ocuparla. De verdad, me ha parecido una maravilla, y esto habla muy bien de lo bien diseñados que estaban estos videojuegos (y también lo poco que necesitaban para seguir siendo interesantes en la actualidad).
Esto viene acompañado de factores como que las unidades de infantería tengan ventaja si se encuentran en montañas, o que puedan camuflarse en bosques. También que puedas usar vehículos de reconocimiento para sortear la niebla de guerra, o que tengas la oportunidad de transportar por aire a tus tropas para alcanzar zonas separadas por el mar. Esto entre un sinfín de posibilidades que se van explicando misión a misión, con una introducción paulatina -pero nada agobiante- de las abundantes características de estos juegos de estrategia y táctica.
Además, una de las claves más significativas de Advance Wars es que incluía poderes especiales. Sí, como lo escuchas. A menudo se te da la posibilidad de escoger entre varios generales (conocidos como OJ: Oficial Jefe en el juego), que tienen una barra de poder capaz de asestar duros golpes en el momento preciso. Uno es experto en reparación de unidades, otro en fuerza bruta con maquinaria pesada… y luego hay una que está especializada en el avance de unidades de infantería. El aprovechamiento de sus superpoderes -en el turno preciso- puede decantar la contienda de uno u otro lado. Es importantísimo.
Hay un aspecto que no me convence: el equilibrio en la dificultad, la cual no se ha logrado balancear
Por eso es un juego con una jugabilidad tan redonda: las misiones son variadas y divertidas, el número de unidades a descubrir es elevado, las posibilidades estratégicas resultan inmensas, la complejidad táctica es por tanto elevada y además incorpora elementos arcade (como los poderes) que otorgan más identidad al conjunto. Pero hay un aspecto que no me convence: el equilibrio en la dificultad, la cual no se ha logrado balancear de tal forma que resulte satisfactorio avanzar de misión en misión.
Existen algunas ayudas, como reducir la dificultad (de la clásica a la relajada) o también la opción de repetir un turno entero (por si nos arrepentimos de algún movimiento). No obstante, es un juego muy exigente, con una precisión en movimientos similar al ajedrez, en que ni siquiera existe el alivio de subir de nivel a tus unidades, como en Fire Emblem. Esto es un juego de táctica muy puro, en que debes estar continuamente valorando el campo de acción de tus unidades y del enemigo. Tanto es así, que notarás cuándo existe un punto de no retorno (de jaque mate) en que más vale sacar la bandera de rendición antes de ser aplastado.
Advance Wars: Re-boot Camp
A este respecto, considero que Way Forward, la autora de este remake, debería haber realizado algunos ajustes para lograr un avance más suave, con una curva de dificultad más llevadera. No digo en ningún caso que se quite el desafío a los veteranos del género, pero sí que se facilite el acceso a nuevos jugadores. Después de todo, si lo que se quiere es que este juego tenga una nueva entrega, debería convencer a los jugadores más jóvenes o que menos conozcan esta franquicia. Creo que sabéis lo que os quiero decir, porque Nintendo suele aprovechar estos lanzamientos para sopesar el interés por una licencia.
Por otro lado, no me convence el apartado artístico, ya os lo comenté en las impresiones. El paso del 2D al 3D se ha hecho con gráficos poligonales que no logran transmitirme las mismas sensaciones. Hace 20 años ver este juego en GBA era bastante encantador, pero ese efecto no se ha logrado trasladar a este remake. También me cuesta creer que los autores de este software, tan expertos que son en el terreno pixel-art, no se hayan animado a hacer su magia con los icónicos sprites de los títulos originales. Una pena, porque creo que a este juego le habría sentado fenomenal un aire retro-HD como el de Triangle Strategy y similares.
Lo mismo digo por la parte musical, que personalmente me ha decepcionado. Son pocos temas y se repiten demasiado. Esto funcionó hace dos décadas, pero ahora requería de un esfuerzo adicional con más pistas musicales. Por otro lado, el juego llega traducido completamente al español, incluyendo voces, así que por esa parte nada que objetar. Tampoco por el lado de incorporar la posibilidad de crear tus propios mapas, con una herramienta muy facil de manejar y con un millón de posibilidades, ya que puedes modificar el terreno con total libertad (tamaño y tipología), además de situar todas las unidades disponibles en los juegos.
Igualmente, se incluye una tienda en que invertir los puntos obtenidos en cada contienda (dependiendo de tu eficacia), algo que sirve para desbloquear ilustraciones, pistas musicales y mapas para la Sala de Batalla, una alternativa para practicar contra la CPU. Asimismo, hay combates online de uno contra uno, siendo necesario que ambos usuarios dispongan de una copia del juego. También existe la opción de combates locales para hasta 4 jugadores, y lo bueno es que aunque se pueden usar varias consolas, existe la posibilidad de jugar en una sola máquina. Eso está muy bien.
No obstante, y a pesar de las buenas intenciones, me he quedado con la sensación de que se podría haber hecho mejor… y de que Nintendo debería haberse volcado más en el trabajo de supervisión. Me falta su toque en este lanzamiento, porque el tema de la accesibilidad siempre ha sido una clave de sus juegos. Aquí me falta ese importante ingrediente de su filosofía, y por ello no puedo recomendártelo, de no ser que seas un feroz seguidor de la saga Advance Wars y esperabas esto con mucha ilusión.
Advance Wars recibe un remake muy esperado con sus dos primeros videojuegos, que siguen siendo ejemplos indiscutibles de cómo hacer complejos y desafiantes juegos de táctica por turnos. El tono audiovisual colorido y simpático esconde un elevado número de unidades y posibilidades estratégicas que se apoyan en campañas duraderas, con mucho valor para el veterano que quería recuperar estos títulos de Game Boy Advance. No obstante, su falta de equilibrio en cuestiones de dificultad, deficiente accesibilidad para nuevos jugadores y cierto conservadurismo en su propuesta (que no se ajusta a los nuevos tiempos) me impide recomendártelo abiertamente.
Comprar Advance Wars 1+2 Re-Boot Camp- Dos juegos de elevada calidad, con muchas horas de juego que rescatan un clásico de GBA.
- La complejidad táctica es elevada, con muchas unidades y técnicas que aprender.
- Buena integración de un editor de mapas y un multijugador tanto local como online.
- El grado de desafío encantará a los veteranos, pero es poco accesible a los demás.
- Mejorable en lo audiovisual, con gráficos que no convencen y una banda sonora escasa.
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