Dice Josh Sawyer, director de Pentiment, que este era el juego que quería hacer desde los 90. Y es cierto que parece una idea sacada de esa década, en la que la industria no obedecía a tantas presiones y veíamos historias que se salían de lo común o que no tenían por qué tener ningún elemento de acción, sobre todo en el terreno del PC. Viniendo además de una compañía como Obsidian, que ya nos tiene acostumbrados a grandes experiencias en el terreno de la fantasía y la ciencia-ficción, en el rol y la acción, Pentiment es sin duda el juego más improbable de la generación. Y doy gracias porque exista.
Si miras los créditos de Pentiment, verás que el apartado que más ocupa es el de la bibliografía. No solo porque el núcleo del juego haya estado desarrollado por 13 personas, sino porque la documentación que tiene esta historia ambientada en el Sacro Imperio Germánico del s. XVI es uno de los ejercicios más precisos que he visto en nuestro medio. El costumbrismo de la época está plasmada en las imágenes que imitan las ilustraciones medievales o en cada una de las pequeñas historias que acontecen. Además, incorpora una especie de pequeña wikipedia que te permitirá descubrir más información y contexto de cada palabra subrayada con solo pulsar un botón. Son tantas que, después de terminar el juego, no solo siento que he disfrutado de una buena historia, sino que he aprendido muchos detalles de una época que, además, se diferencia mucho del s.XVI español pues aquí el dominio de la iglesia fue tal que no vivimos las reformas protestantes iniciadas por Martín Lutero que sacudieron los cimientos eclesiásticos en la Alemania de la época.
Pero Pentiment no es un libro de historia. Es, en cambio, la historia del pueblo de Tassing y el monasterio de Kiersau. Un lugar ficticio que enmarca muchos de los conflictos que se vivieron en la época así como los distintos estilos de vida de sus gentes. Desde el campesino más humilde, pasando por los artistas hasta los señores y miembros de la Iglesia. Nosotros encarnamos a Andreas Maller, un ilustrador que vive acogido en Tassing practicando en el scriptorium del monasterio para alcanzar el grado de maestro. Sin embargo, un asesinato conmocionará a todo el pueblo y nos veremos en la obligación de resolverlo para hacer justicia.
No hay duda de que a muchos les vendrá a la cabeza El Nombre de la Rosa
No hay duda de que a muchos les vendrá a la cabeza El Nombre de la Rosa. Las similitudes son claras, pero Pentiment sabe contar su propia historia y llevarla a un contexto mucho más ambicioso. A diferencia de la novela de Umberto Eco, aquí Andreas Maller comparte protagonismo con todo el pueblo. No se les puede considerar meros personajes secundarios, pues Obsidian ha creado un elenco tan grande que la única forma de ver su evolución era ser aún más ambiciosos y abarcar varios años en el tiempo. Así es: Pentiment se desarrolla durante 25 años y es toda una experiencia ver cómo todas sus gentes cambian en este marco temporal. Algunos mueren. Algunos nacen. Otros crecen. La vida sigue. Algunas cosas cambian y otras no.
Esa es la grandeza de Pentiment. Hay una historia, un asesinato y un asesino. Los clásicos ingredientes que cautivan a cualquiera en una narrativa moderna. Pero lo que realmente te llevas una vez terminado el juego es haber presenciado de primera mano los tiempos tumultuosos que se viven durante un cuarto de siglo y no solo los momentos críticos, sino sus antecedentes y sus consecuencias. Todo perfectamente documentado y perfilado. Nunca había visto nada así en un videojuego.
Pentiment, además, se atreve con tantos temas que todo este análisis podría ser una enumeración de los mismos. Por sintetizar, se trata y se debate sobre cuestiones existencialistas, el concepto de verdad, la homosexualidad y el machismo de la época, la desigualdad de clases y oportunidades, la meritocracia, la fe en contraposición a la herencia pagana, la función del arte, la justicia y las leyes. Mientras transcurre tu investigación, a menudo te verás debatiendo con personajes de diversa índole estas cuestiones. El juego tiene hasta el valor de que una de sus primeras escenas sea una conversación onírica entre nuestro protagonista, Sócrates y San Grobiano.
¿Es Pentiment un juego para todo el mundo?
La frase de "no es un juego para todo el mundo" esta vez no la digo yo. La dice el propio Sawyer, que asegura que en su pequeño equipo son conscientes de que Pentiment es una rareza. Sin duda lo es. Nuestra industria tiene sus excentricidades y sus juegos alternativos, pero eso solo es un indicativo de que todo el mundo conocemos perfectamente cómo es un juego normativo y cuáles son sus características.
Pentiment no intenta, ni un poco, regirse por estos patrones. Es un juego completamente narrativo en el que la mecánica y el planteamiento principal es el diálogo y la exploración de un entorno en dos dimensiones. No hay más ni se pretende ocultar una falsa profundidad. Durante las investigaciones, eso sí, a veces estaremos limitados por un tiempo límite marcado por el calendario que no nos dejará investigar todas las pistas. Al principio puede ser algo difícil de entender, ya que el juego tampoco hace un esfuerzo por explicarte cómo funciona, pero poco a poco iremos comprendiendo que tenemos que agotar todos los diálogos principales para sacar el máximo jugo a la historia.
Con todo, Pentiment también puede ser tratado como juego de rol
Con todo, Pentiment también puede ser tratado como juego de rol. No hay duda de que hay bifurcaciones en nuestro camino y distintas consecuencias y finales, aunque en mi opinión creo que están bastante marcadas las consecuencias más dramáticas mientras que el resto es más una forma de forjar la personalidad de nuestro protagonista. Pero es que no necesita más. En algunas ocasiones se nos ofrecen distintos orígenes y aptitudes que podemos escoger, como nuestra procedencia, lo que hemos estudiado o cuáles son nuestros intereses y especialidades. Ayudan a ofrecer, al estilo de Obsidian, nuevas ramas de diálogo, pero no son elementos definitorios que alteren radicalmente la exploración y la investigación del asesinato.
Sí que hay otro momento en el que el destino de algunos personajes puede variar según nuestra relación con tiradas de éxito y fracaso. Aunque no tienen un impacto directo en nuestra historia, ayudan a desarrollar a algunos personajes y tener sus propios desenlaces. Es, por tanto, un juego de rol simple que usa las herramientas del género para dar más voz al jugador. Poder ofrecer respuestas más afines a la religión o todo lo contrario. Mostrar más nuestra inclinación al orden y las leyes o a las injusticias de las clases desfavorecidas.
El resto de mecánicas son anecdóticas y realmente son las que menos he disfrutado. En ocasiones se te presenta un minijuego o un intento de puzle que no presentan ningún tipo de desafío y que en ocasiones rozan los elementos exógenos. Obsidian ha confirmado que querían hacer algo sencillo para que este juego pueda ser disfrutado por todo tipo de jugadores, y yo aplaudo esta decisión, pero este tipo de mecánicas son poco estimulantes y prácticamente innecesarias. Por suerte, no abundan. Mención también al difícil trabajo de localización que ha tenido el juego, por la cantidad de referencias históricas y culturales, algunas sin traducción real a nuestro idioma. He encontrado algunos fallos, pero Obsidian ya ha trabajado en un parche para el lanzamiento que subsane estos errores lo máximo posible.
La obsesión por los detalles de Pentiment
Otro de los aspectos que demuestran el nivel de obsesión por el detalle y por el rigor histórico del equipo son las fuentes de letra. Se ha tomado la decisión de no realizar un doblaje para el juego, probablemente porque la idea detrás de Pentiment era usar un presupuesto mínimo y un tiempo de desarrollo muy corto. Por tanto, se ha optado por utilizar distintos tipos de letra de la época que se asocian un poco al nivel cultural de cada personaje. Así, los campesinos tendrán una tipografía más manual y descuidada (en algunos casos incluso hay errores que se corrigen en tiempo real), otros personajes utilizan una fuente más estilizada y otros abrazan directamente la fuente de la imprenta. Puedes apreciar los detalles en la propia tinta, que va desde un trazo grueso al principio, hasta el fino de cuando la tinta de la pluma escasea.
Mención también al difícil trabajo de localización que ha tenido el juego, por la cantidad de referencias históricas y culturales
O en la imprenta, donde ves cómo todas las letras entran a la par, algunas con más tinta que otras. Es un elemento muy llamativo, aunque, para favorecer la lectura, también tienes la alternativa de una letra más legible, y tengo que reconocer que, a mitad de juego más o menos me decanté por ello. ¿Por qué? Bueno, en contra de lo que puede parecer, Pentiment no es un juego corto, precisamente. Supera las 20 horas de duración y esto, en un juego en el que se lee tanto, me hizo decantarme por una letra que fuera algo más fácil de leer.
Lo que ha conseguido Obsidian con Pentiment es algo que ha superado mis expectativas, incluso sabiendo que se trataba de algo fresco, distinto, alejado de los cánones del videojuego moderno. Pero Pentiment no es bueno solo por ser distinto, es bueno porque tiene alma. Posee una de las historias más ambiciosas, bien perfiladas y documentadas del año que te enseña mientras te divierte. Su enfermiza atención por el rigor histórico y lo bien que están tratados los temas, muy importantes incluso hoy día, lo convierten en algo realmente especial. El pentimento es una situación en el ámbito artístico que alude al arrepentimiento de una decisión para terminar optando por otra idea y alterando el cuadro que estaba pintando. Ojalá más juegos como este hagan alterar el cuadro de nuestra industria.
Pentiment no solo es un juego muy distinto a otras propuestas de Obsidian y del videojuego moderno, es también un juego con alma y que se atreve a ir más allá de una historia tradicional. Para ello se apoya en un elenco de personajes que dan vida al pueblo de Tassing y que cobran una importancia superlativa, mientras que la atención al detalle y al rigor histórico es uno de los ejercicios más impactantes que he visto en un videojuego. Lo dice el propio Josh Sawyer, director de Pentiment: no es un juego para todo el mundo, pues se centra absolutamente en el diálogo y una exploración sencilla, pero solo con estos ingredientes me ha logrado atrapar gracias a la cantidad y calidad de los temas que trata y a la sensibilidad con la que lo hace.
Comprar Pentiment- Un juego improbable, desarrollado por los maestros del rol de Obsidian.
- Rigor histórico y atención al detalle como pocas veces he visto en un juego.
- Centrado en el diálogo y la exploración. No esperes acción.
- Investigaremos un asesinato a lo largo de 25 años de la vida de un pequeño pueblo.
- Contiene algunos puzzles y minijuegos, pero son anecdóticos y poco elaborados.
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