Me da un poco de vergüenza admitirlo, pero oficialmente he perdido la cuenta de los juegos que tengo. Esta mañana, hablando con el compañero Alberto Lloria de 3DJuegos PC, estuve a punto de comprar Nioh: The Complete Edition a través de Epic Games Store (lo han rebajado a 12,49 euros) cuando de repente caigo en que ya estaba registrado en mi biblioteca, lo dieron gratis en septiembre del año pasado. Me he ahorrado la transacción, pero la idea de querer comprar algo que no sabía que ya era mío me ha impactado un poco.
No es la primera vez que me pasa, en realidad; y eso de abrir aplicaciones a ver si tengo el juego de turno en otro sitio se está volviendo una costumbre la mar de pecera. Conste —esto es importante— que no intento comunicar una queja o un descontento. ¡Nos regalan los juegos! ¿Qué más podemos pedir? Aquí, la cosa va más de ilustrar uno de esos "problemas del primer mundo" que da gusto tener. Pero que es real, está ahí, e imagino que tú también te habrás enfrentado a ello en alguna ocasión. Porque claro, aquí la tienda de Tim Sweeney ha detonado la idea, pero es un tema que viene de largo. De la industria, del momento.
Como no soy muy fan de Fortnite, apenas abro EGS para agenciarme el juego gratis de turno. Pero también pago la suscripción de Humble Bundle, e incluso tengo unos cuantos meses acumulados de PC Game Pass. En definitiva, ahí hay un goteo constante de títulos que cuesta un poco tener en el radar al mismo tiempo, porque como se suele decir, "la cabra tira al monte" y el launcher que abro religiosamente cuando enciendo el ordenador es Steam. Es donde compro las cosas, donde tengo localizados a todos mis amigos y donde leo la mayoría de actualizaciones de mis juegos favoritos. Pues bien, ¿qué hacemos con eso?
Un launcher para gobernarlos a todos
La plataforma de Valve tiene una función bastante autodescriptiva que reza "añadir un juego que no es de Steam a la biblioteca": seleccionas cualquier .exe entre tus archivos, añades un arte personalizado para tenerlo bien bonito, y listo. Eso me ha venido muy bien con Bloodborne PSX, por ejemplo, entre otros títulos fan-made. Pero llevarlo al día con todo lo que viene de suscripciones y demás es un suplicio, sobre todo teniendo en cuenta que no puedo añadir algo que no tengo instalado. Así que no es una solución definitiva. También está GOG Galaxy, que es de lo más avanzado que tenemos en ese sentido porque recopila tus bibliotecas de múltiples cuentas distintas. Es raro que no tenga más éxito.
CD Projekt y su política de juegos libres de DRM viene a ser algo así como una bendición para los que estamos en esta situación, pero es un caso excepcional... e imperfecto. Los polacos hacen un gran trabajo en este sentido porque su aplicación te permite hacer locuras como importar amigos o gestionar instalaciones de casi cualquier plataforma, pero si quieres abrazar también juegos de otros registros menos populares como los de Humble Trove o Arc, pues la cosa se complica un poco. Es cierto que al final del día siempre termino jugando a Destiny 2 o a Overwatch 2 y solo me desvío cuando algo me llama la atención de manera ocasional, pero la sensación de descontrol inevitablemente molesta.
Ahora, tengo las esperanzas puestas en Playnite. Me lo ha recomendado otro compañero de trabajo, el bueno de Iván Lerner, y de momento pinta bastante bien: es una solución de código abierto (las posibilidades de expansión son casi infinitas) con muchas opciones de personalización, y una interfaz bastante maja. ¿Será la solución definitiva al fatídico entuerto del catálogo de juegos interminable? Imagino que no, porque la batalla por el orden es una que no termina, pero es otro pasito hacia delante. El día en que todas esas cosas estén en Steam, habremos ganado. Mientras tanto, nos apañamos como podemos, abriendo muchas librerías distintas y con mucha paciencia.
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