La saga Persona y Shin Megami Tensei cambiaron el JRPG; creo que de eso no hay ninguna duda. Popularizaron las historias de adolescentes que despiertan sus poderes luchando contra sus traumas, las ambientaciones contemporáneas cargadas de crítica social, los mundos paralelos, la lucha contra los monstruos que habitan en nuestros corazones... Y no solo eso. Persona 3, Persona 4 y Persona 5 hicieron algo más: reivindicaron que el rol podía mostrarse con estilo, ser macarra o incluso maravillosamente hortera. Muchos videojuegos le tomaron la palabra y le copiaron cosillas. Uno de mis juegos de aventura favoritos, Scarlet Nexus, es un claro alumno de Persona. Sus monstruos son similares, así como su tono; pero Scarlet Nexus supo ir más allá de lo aprendido por sus maestros y ofrecer muchísimas cosas propias geniales.
Otro de estos pupilos es la bilogía The Caligula Effect que, por desgracia, no ha sido capaz de alcanzar este logro. Se fija muchísimo en los Persona, pero cualquier atisbo de personalidad propia es arrollada por los Ladrones Fantasma de Corazones. Por eso, y lo aviso desde ya, ni el videojuego original ni la secuela que me toca analizar en esta reseña son tan interesantes como Persona. Le copia tantas cosas que, si Lies of P es un SoulsLike, The Calligula Effect 2 es un PersonaLike con todas las de la ley. Así que, por consiguiente, si os entusiasma Persona 5, es posible que os lo paséis muy bien con este título.
The Caligula Effect 2 es alumno directo de las lecciones de Persona 5
The Caligula Effect 2 cuenta con una historia que no es demasiado original. A poco que hayáis jugado a Sword Art Online o a la serie Hack os sonará. Nuestro personaje se despierta en un mundo virtual. La gracia es que está creado por una idol que controla a todos los habitantes a través de las canciones, y estos temas se los compone su cuadrilla de malhechores.
A los pocos días de irrumpir en este mundo, nuestro héroe es invadido por otra idol que le revela la verdad, que este sitio es irreal. Le dice que los sueños que tiene son del mundo real. Su tarea será liberarse, acabar con la titiritera que maneja los hilos y hacer pandilla con otros habitantes de este universo que también quieren ser libres. Un poco Matrix a la japonesa, ¿verdad? Sí, porque es una trama muy de finales de los 90 y principios de los 2000; muy Persona, en realidad.
La trama se resuelve avanzando por mazmorras, escapando y luchando contra los esbirros que reinan en este mundo virtual, también a través de muchísimas conversaciones que, desgraciadamente, están en inglés. Y es una lástima. No es que el juego sea un alarde de buena escritura, pero sí es verdad que se esfuerza en presentar personajes que huyen de los habituales arquetipos del manga.
Este JRPG cae en demasiados lugares comunes tanto en su argumento como en su jugabilidad
El problema es que este arranque más o menos original acaba llevando al título a demasiados momentos directamente sacados de Persona. Los protagonistas, alumnos de instituto, adquieren la fuerza y los poderes necesarios para luchar contra sus enemigos liberando su mente y constatando que viven en un mundo falso. A partir de ese momento, pueden batallar. Hay también una suerte de Morgana, esquemas de área muy parecidos a los de Persona y hasta la pandilla que se monta de personajes es similar.
Como señalé al analizar en su momento Lies of P, a mí no me importa lo más mínimo que un videojuego copie o se inspire en otro, pero sí que le pido que lo haga bien o de manera interesante. El problema de The Caligula Effect 2 es que no lo hace bien. Las animaciones, los gráficos, el estilo artístico y hasta el diseño de los protagonistas carecen de calidad, y tampoco ofrecen alternativas chulas a lo que ya conocemos de Atlus. Es todo de un nivel muy inferior, y no es capaz de aportar nada fresco que te haga decir: "claro, se inspiraron en esto para poder diseñar ellos esto".
Su parte más original se encuentra en los combates. Las batallas son por turnos. Vemos a los enemigos pululando por las mazmorras y damos comienzo al combate al tocarlos. Hay puntos de vida y también de magia, que son los que se consumen para cada acción. Es decir, como en Persona 5, hay que ahorrar energías y asaltar a nuestros enemigos con cabeza.
En los combates está la parte más original de The Caligula Effect 2
La gracia es que, al atacar, se nos abre una pista de tiempo que podemos mover. Eso nos permite iniciar la correspondiente acción cuando nos interese dentro de una ventana de oportunidad. Al jugar con esta pista, haciéndola avanzar hacia adelante o hacia atrás, vemos el comportamiento del enemigo y el nuestro. De esa forma, si nuestro ataque incluye la característica de "counter", podemos romper el ataque del enemigo si calculamos bien. También podemos sincronizar los golpes de nuestros amigos y romper las defensas de los monstruos al combear, lo que nos da una mejora a nuestra capacidad ofensiva.
La idea no es mala, y es coherente con la historia del juego. Si todo está creado por una muchacha que canta y por sus canciones, tiene sentido contar con un editor de tiempo para modificar la realidad que nos rodea. Es como si editáramos temas pero, en lugar de eso, editamos peleas. El problema es que eso hace que los combates más corrientes ocupen demasiado tiempo. Juro que he acabado pasando de la mayoría porque me aburría mucho tener que preocuparme de este sistema. Es una lata andar moviendo la línea de tiempo para adelante y atrás con cada ataque.
Tampoco me ha fascinado su estilo artístico. En las batallas, peca de embriagarnos en efectos demasiado epilépticos, y las transformaciones de los personajes y sus ataques son extraños y poco inspirados. Yo lo siento mucho, pero no me he podido quitar de la cabeza que todo era demasiado parecido a Persona 5, pero sin gracia. Y esa idea me sacaba constantemente de la experiencia.
Demasiado a la sombra de Persona 5
The Caligula Effect 2 no es un mal juego. Me ha gustado cómo se desarrolla el lore de su mundo, también los enfrentamientos contra los esbirros de la cantante, y cómo abordan su trama tan creepy pasta. De todos modos, el combate no me ha convencido, y tampoco la exploración por sus mazmorras. Y aunque la historia acompañe, si estos dos elementos se te hacen bola, cuesta mucho avanzar con una sonrisa a través de un JRPG
Sin embargo, si te apasiona Persona, quieres un JRPG que le vaya a la zaga y no te importa que a nivel técnico, de presentación o jugabilidad vaya más justo, adelante. Es una de esas aventuras japonesas sobre metaversos que te acaban atrapando por el fondo de su discurso, y eso es lo que te ayudará a llegar al final de la aventura.
The Caligula Effect 2 no es un mal JRPG. Cuenta con una trama interesante, personajes que funcionan e ideas propias en el combate. Sin embargo, no consigue llevarlas a ningún lugar especialmente interesante. Y el problema es que, cuando parece que está a punto de lograrlo, la sombra de Persona 5 se hace demasiado alargada. Le falta ritmo a sus batallas, una exploración más potente y no caer en tantos lugares comunes. Sin embargo, es un juego de rol japonés que los muy fan de Atlus devorarán sin problemas.
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- El sistema de combate tiene buena base, pero se hace demasiado lento.
- Los personajes sí son simpáticos, con personalidades disruptivas.
- Cuenta con un par de giros argumentales interesantes.
- Técnicamente, le falta muchísimo más músculo.
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