Los creadores de Fallout: New Vegas y KOTOR: Los Lores del Sith dan vida a una espectacular aventura de rol propia de la vieja escuela que sorprende por su profundidad jugable y gran libertad de acción. Pillars of Eternity es una obra maestra que llega para reclamar el trono de un género que pedía a gritos una aventura como esta.
En Obsidian Entertainment no son unos novatos precisamente cuando de lo que se trata es de crear una buena aventura de rol. Por eso confiábamos plenamente en que Pillars of Eternity sería un gran videojuego. Lo que no esperábamos, sin embargo, es que esta aventura rolera diseñada con el espíritu de la vieja escuela y financiada con el apoyo de más de 70.000 aficionados fuera a sorprendernos tan positivamente. ¡Es mucho mejor de lo que imaginábamos! Tanto, que se nos acabarían los calificativos positivos si nos pusiésemos a describir una por una todas sus virtudes. Así que nos limitaremos a decir lo que todos los fans del buen rol esperaban escuchar: estamos ante la auténtica secuela espiritual del genial Baldur’s Gate. Punto.
¿Demasiado bueno para ser realidad? A nosotros también nos costaba creerlo; pero con el paso de las horas, tras superar una y otra mazmorra, derrotar a poderosos enemigos y disfrutar de una magnífica historia, esta creencia se ha hecho más y más firme. Pillars of Eternity es una obra maestra. Un imprescindible para cualquiera que guste del buen rol occidental. Así que... ¿por qué seguís leyendo cuando ya deberíais estar disfrutando de lo nuevo de Obsidian Entertainment?
A la antigua usanza
Iniciar una partida en Pillars of Eternity es como regresar 20 años atrás en el tiempo, a aquellos años en los que las aventuras de rol eran juegos profundos, que ofrecían gran libertad de acción y trasfondos argumentales adultos. Justo lo que prometieron sus creadores cuando iniciaron su desarrollo. Así que los más veteranos del lugar ya os podéis hacer una idea de lo que ofrece este videojuego, empezando por la propia creación de personajes, que recupera el gusto por la libertad de elección; por darle al jugador montones de alternativas para crear al héroe que desee.
Sexo, raza, clase, habilidades iniciales, atributos, trasfondo... muy generoso en opciones de personalización y con muchas variables a tener en cuenta, lo mejor del juego es que en ningún momento os intimidará como sí lo hacían grandes clásicos como Baldur’s Gate o Icewind Dale, en los que el simple hecho de crear al personaje inicial ya requería de un máster en roleo puro y duro. ¿Significa esto que Pillars of Eternity es menos completo que estos juegos? Para nada. Porque si bien es verdad hay menos opciones de personalización donde elegir pues no existen, por ejemplo, las clases duales, una vez te adentras en este lúgubre universo de fantasía las sensaciones son idénticas a las de aquellos mitos del rol.
Hay once arquetipos donde elegir, con opciones tradicionales como los bárbaros, hechiceros, exploradores, sacerdotes o luchadores, y otras más llamativas como los declamadores, que ejercen la función de bardo con sus cánticos y poemas, o los cifradores, que tendrán que extraer energía vital de los enemigos para poder hacer uso de sus habilidades especiales. Y lo mejor es que la elección no se basa exclusivamente en qué clase de personaje controlas y punto, pues dependiendo de qué habilidades escojáis, del equipo que uséis y de cómo invirtáis los puntos de experiencia, los aventureros podrán dirigirse en una u otra dirección.
Y eso sin mencionar el peso que ejercerán fuera del combate. En Pillars of Eternity el sigilo, la diplomacia y la capacidad de detectar rutas alternativas serán virtudes tanto o más importantes como el saber usar una espada o tener buena puntería con el arco. En este sentido, nos encanta que la gran mayoría de misiones puedan resolverse de muy diversas formas en base al tipo de héroe que controlemos, con opciones de diálogo exclusivas para ciertas razas, culturas o religiones. Y sí, habéis leído bien, porque en caso de escoger a un sacerdote o paladín como personajes principales, tendréis que decidir también a qué dioses rezan o qué escuelas de pensamiento siguen, lo que influirá en cómo se comporten durante el desarrollo de la acción y en cómo les ven otros personajes. ¡Como en los viejos tiempos!
Además el diseño de las misiones es excelente, con objetivos variados, mapeados extensos con muchas rutas alternativas, trampas y secretos solo a la vista de aquellos con una buena percepción, e infinidad de tesoros y documentos escritos que nos permitirán aprender más y más acerca de este increíble universo de fantasía. Un mundo siniestro, oscuro, en el que los buenos no son tan buenos ni los malos tan malos. Y eso va por vosotros también. ¿Mataréis a ese ogro por el simple hecho de ser un ogro? ¿O le dejaréis explicarse? Tal vez sus respuestas os hagan cambiar de opinión. Y como ese, mil y un ejemplos más que denotan el mimo y cariño con el que Obsidian ha desarrollado esta imponente aventura de rol. Un videojuego además extenso, que nos tendrá más de 50 horas enganchados mientras resolvemos tan solo las misiones de historia, teniendo a nuestro alcance montones de tareas secundarias que pueden extender su duración hasta el centenar de horas.
Adoramos también el que el juego en ningún momento te lleve de la mano de uno a otro lado. Actúa como quieras. Investiga, explora los mapeados y charla con todo el mundo para averiguar por tu propia cuenta a dónde debes dirigirte. Incluso Pillars of Eternity presenta algún que otro puzle muy ingenioso que solo resolveréis si previamente habéis indagado y buscado las pistas necesarias. También existe un sencillo sistema de artesanía con el que podréis crear vuestras propias pociones y pergaminos con hechizos, y montones de armas, equipo defensivo y amuletos con los que aumentar el poder de vuestros héroes.
Con pluma de oro
Pillars of Eternity es profundo en opciones de personalización y nos ofrece también una gran libertad de movimiento, representada a la perfección por ese Mapa del Mundo que nos dará acceso a las muchas localizaciones del juego. Pero esta también es una aventura escrita con un gusto exquisito, que sorprende por la fuerza de sus diálogos, lo atractivo de su puesta en escena y lo adulto de su argumento. La historia que se nos cuenta es apasionante. Y da igual que hablemos de misiones principales o la más mundana de las tareas secundarias.
Las descripciones que se hace no solo de los personajes, sino también del cómo se comportan frente a nosotros, es otro de los puntos fuertes de esta aventura que transmite como pocas la sensación de estar ante un auténtico relato literario. El mejor ejemplo de ello lo tenemos en esos momentos de la partida en los que, a base de decisiones, nos tocará resolver situaciones de lo más variopintas como si de un libro "Crea tu propia aventura" se tratase. En estos casos, el juego no solo tendrá en cuenta las habilidades y clase de nuestros héroes, sino también el equipo que lleven encima.
Y qué decir de los combates. Apasionantes, épicos y ante todo muy estratégicos. Tanto, que el más mínimo error se suele pagar con la muerte. Combinar a la perfección las habilidades de cada uno de nuestros héroes, escoger bien los blancos antes de atacar, decidir con qué armas lo vamos a hacer y desde qué posición... aunque los primeros encuentros se puedan resolver lanzando al ataque a todos nuestros aventureros, a la larga las contiendas aumentarán en dificultad y complejidad, pudiendo alargarse en el tiempo durante muchos minutos. Y esa es una sensación que echábamos muchísimo de menos. El andar pausando la acción cada segundo para plantear una estrategia de combate; el ejecutar un movimiento y detener inmediatamente la partida para observar el entorno y las alternativas a nuestro alcance, o el lanzar un grito de alegría tras acabar con la vida de un poderoso jefazo y sus esbirros.
Pillars of Eternity recupera, como decíamos, la mejor esencia de la vieja escuela y su sistema de combate es el mejor ejemplo de ello. Está diseñado con gran esmero, el equilibrio de poder está muy conseguido y las opciones son tan amplias como la imaginación de los jugadores. ¿Se puede pedir más? Pues en el caso de esta obra sí, pues también se nos da la oportunidad de regir un gran baluarte desde el que obtendremos mejoras de gran interés, cobraremos impuestos e incluso adiestraremos mercenarios. Para ello, eso sí, antes tendremos que restaurar las ruinas sobre las que se erige este bastión invirtiendo dinero y mucho tiempo. Pero ya os garantizamos que el esfuerzo merece la pena. Sobre todo cuando te paseas por las instancias del castillo y ves a tus súbditos moviéndose con toda la naturalidad del mundo. Y ya que sacamos el tema...
Conviene destacar que lo nuevo de Obsidian Entertainment es una de las aventuras de rol más sorprendentes en lo visual que hemos visto en los últimos años. Desde una perspectiva isométrica, Pillars of Eternity muestra tal espectacularidad y belleza en sus entornos que asusta. La variedad de localizaciones es encomiable, el diseño de monstruos y personajes aliados resulta sobresaliente y qué decir de las animaciones; una auténtica pasada. También los efectos visuales para representar la magia están muy conseguidos, con un amplísimo repertorio de conjuros, sortilegios y poderes elementales que llenarán el escenario de luz y color. Aunque nosotros destacaríamos sobre todo el preciosista diseño de la interfaz de usuario y la claridad con la que muestra todos los contenido del juego. Pocos títulos pueden presumir de la complejidad jugable de esta obra, y a la vez resultar tan amigables de cara a los nuevos jugadores.
En lo tocante al sonido, la banda sonora de Pillars of Eternity es excelente. Épica como ella sola, nos hará vibrar de emoción con cada uno de sus acordes, con esas melodías que nos acompañarán en los momentos de acción, y con esas piezas más lúgubres que sonarán en los momentos de exploración. También los efectos de sonido y el doblaje al inglés presentan un gran acabado, sin olvidar tampoco que el juego está perfectamente traducido al español. Lo que es muy de agradecer dada la enorme cantidad de textos que incluye el juego.
Las expectativas eran altas pero Obsidian Entertainment ha creado la que puede que sea su mejor obra hasta la fecha. Pillars of Eternity es una aventura de rol memorable. Un videojuego que pasará a los anales de la historia como en su día lo hicieron los grandes clásicos como Baldur’s Gate o Planescape: Torment, en los que se inspira para recuperar esa esencia rolera que tanto echábamos de menos y adaptarla a los nuevos tiempos. Hay tal vez menos opciones en aspectos como la configuración de nuestros héroes, pero en líneas generales esta es la evolución lógica de un género que pedía a gritos recuperar esa profundidad jugable y libertad de acción que tanto nos deleitó décadas atrás. Sin duda, estamos ante un imprescindible.
Comprar Pillars of Eternity- Una aventura de rol como las de antaño. Profunda y con gran libertad de acción
- El sistema de combate es tan apasionante como estratégico en su ejecución
- Historia bien hilada con diálogos de enorme calidad
- Diseño de misiones excelente. La mayoría pueden completarse de varias formas
- Amplias opciones de personalización para nuestros héroes
- Que solo intervengan los rasgos personales del protagonista en las conversaciones
- A veces los héroes se arman un lío y se bloquean el paso mutuamente
- El Baluarte. Está muy bien pero podría habérsele sacado más provecho