Hace unos días os hablé de Lenovo Legion Go, pero no traté un tema importante, que quería reservar para dedicarle su propio hueco… porque lo merecía. Junto a la consola se me dio la oportunidad de probar las Legion Glasses, unas gafas que funcionan como monitor personal y desde luego suponen un genial complemento para la máquina. Estuve probándolo unos días, y aunque tiene algunos aspectos criticables que luego os contaré, las sensaciones fueron mayormente positivas.
Básicamente, se trata de un dispositivo muy ligero (muy parecido a unas gafas de sol) que permite disfrutar de juegos o películas estés donde estés, siempre que el móvil, portátil o dispositivo que poseas disponga de un puerto USB-C. Se agradece mucho la facilidad de uso y su carácter plug-and-play, ya que en el caso de la Legion Go no tardó nada en conectarse y empezar a funcionar.
La calidad de construcción está fuera de toda duda
Con la pantalla a todas partes
La fortaleza real de estas gafas es precisamente que dispones de una pantalla en cualquier momento y lugar, algo útil si además prefieres tener privacidad a la hora de disfrutar de los juegos o películas que estés viendo. Aparte, está el tema de la comodidad. No necesitas estar inclinando la cabeza en una posición incómoda, sino que puedes recostarte en el sofá o colocarte en la posición que te resulte más confortable.
El tamaño de la pantalla es otro elemento a considerar, ya que aunque parezca lo contrario, la sensación es la de tener delante un monitor de grandes dimensiones. Adicionalmente, la tecnología micro-OLED proporciona un potente brillo de pantalla (ajustable) y un excelente contraste y tratamiento de los colores: es algo que me ha sorprendido de lo bien que funciona. En cuanto a las gafas en sí y como se posicionan en la cabeza, lo cierto es que son cómodas de llevar, aunque tienes que intentar ajustarlas bien para obtener la mejor experiencia.
El soporte de las gafas es totalmente ajustable (y trae recambios)
Con esto llego al principal defecto que le he encontrado, y es que la imagen ofrece a veces bordes difuminados u oscurecidos, con lo cual la solución no es perfecta. Ajustando perfectamente las gafas puedes mitigar este efecto, pero es algo que debes de tener en cuenta si no quieres llevarte sorpresas. Por otro lado, el precio (al menos en nuestro territorio) es muy elevado: 499 euros. Esto lo aleja del gran consumidor y lo convierte en un producto de nicho, aunque no puedo obviar que posee una construcción de bastante calidad.
La resolución que ofrece es de 1920x1080 y puedo confirmaros que no se aprecia pixelación, dejando una impresión excelente a la hora de visualizar vídeos o jugar a videojuegos. Y la comodidad, repito, es la clave principal, con un peso que no llega a los 100 gramos y una sensación agradable al tacto cuando las llevas puestas. Dispone también de botones laterales para ajustar el brillo y el volumen, algo que mejora la experiencia. En mi caso, tampoco me ha provocado mareos ni nada similar, algo que creía importante comentar por si era algo que te preocupaba.
Las gafas vienen con una funda incluida, también de calidad
Así que si te las puedes permitir, es una alternativa interesante por si no puedes disponer de un monitor en determinados momentos, o simplemente agradeces la comodidad de jugar con unas gafas de calidad. El precio desde luego es muy elevado, así que deberás pensarlo bien. Por mi parte, lo único que puedo decirte es que dentro de sus funciones es de lo mejorcito que existe y la calidad del producto es incontestable.
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