El universo Magic: the Gathering está fuerte ahora mismo, en todos los sentidos además. A nivel de historia, venimos de una guerra abierta contra Pirexia —un plano de muerte y metal que viene a ser algo así como el infierno— mientras que en lo tocante a mecánicas, la nueva colección «Marcha de las máquinas» (March of the Machine en inglés) trae consigo un tipo de carta completamente nuevo llamado "batalla" junto con otras habilidades debutantes. Un ejemplo es la Invasión de Segovia, que evidentemente ha despertado un caudal de risas.
Aunque oficialmente las cartas tienen sus propias fechas y sesiones de presentación, en la práctica es habitual que los aficionados descubran los cartones por su cuenta a través de filtraciones o similares. Es así como unas semanas atrás llegaba a Twitter el hechizo de marras, Invasión de Segovia, rodeada de memes como es normal; y te adelantaba más arriba que no es que Wizards of the Coast tenga nada contra el municipio castellanoleonés, sino que en realidad es una de las 34 susodichas batallas; igual que las de Ixalan o Rávnica.
Las batallas de Marcha de las Máquinas son cartas de doble cara relativamente comunes (me han tocado cinco en cinco sobres que me han mandado los "compis" de WotC) que funcionan de la siguiente manera: se juegan como un conjuro cualquiera, pagando su coste en maná durante tu turno y haciendo un efecto, pero se quedan en la mesa como un permanente en el campo del rival que tú elijas. Ese rival no controla la batalla, sino que la defiende como si de un Planeswalker se tratase. Si tú la destruyes, le das la vuelta y la recuperas.
En resumidas cuentas, la batalla se juega en horizontal en el campo de un oponente y una vez la ganas, vuelve a tu poder en vertical: para que te hagas una idea, mi Invasión de Bélenon se convierte en un encantamiento cuando se le da la vuelta; mientras que la de Karsus termina siendo una criatura. La Invasión de Segovia, por cierto, toma cuatro puntos de daño en el lado de tu contrincante y luego vuelve a ti como una criatura 3/3 que otorga "convocar" a otros hechizos que no sean de criatura y te permite enderezar hasta cuatro criaturas.
Por cierto, estas son las primeras cartas de batalla que existen en Magic: the Gathering, y todas ellas vienen alojadas con la subcategoría de "asedio". No descartes (je) que en el futuro tengamos otra clase de batalla que no se juegue en el campo del rival, por ejemplo. ¿Y cómo vemos esto? ¿Ha salido bien la cosa? Bueno, es pronto para sacar conclusiones; y de hecho te animaría a probar la nueva colección ahora que se ha estrenado en el free-to-play MTG Arena. Pero sí veo interesante como mínimo el hecho de obligar al rival a defender cartas.
Quiero decir, la dispersión de daños no es nueva en Magic porque los Planeswalker existen desde hace mucho tiempo y siempre ha resultado interesante poner al rival contra las cuerdas y obligarle a elegir entre atacarte a ti o a tu general; obligarle a defender algo, en cambio, sí que es novedoso. Teniendo en cuenta esto, y que seguramente veamos nuevos tipos de batalla en el futuro más allá del asedio que ya has visto, el experimento no se me hace transformativo pero sí suficientemente fresco como para resultar interesante en muchos mazos.
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